Una de las cuestiones más complejas, cuando se trata de las políticas públicas en educación que se orientan para resolver las problemáticas que enfrentan los centros educativos, es la manera en que se deben de hacer llegar para que se resuelvan de una u otra manera y se mejoren las condiciones en que se desarrollan los procesos de enseñanza y de aprendizaje en el aula.
De acuerdo con lo establecido en el presupuesto de egresos a nivel nacional, el poder ejecutivo, a partir de la asignación hecha por el Congreso, necesita establecer mecanismos específicos para hacer llegar los recursos, ya sea de manera directa o, como se ha hecho a lo largo los últimos decenios, mediante las obras asignadas a alguna empresa dedicada al ramo, y mediante algún proceso que, en el mejor de los casos, se pueda llevar a cabo por un proceso de licitación.
En muchos de los casos, como fue el caso del fracasado programa Enciclomedia en el sexenio del presidente Fox, las autoridades dieron por hecho que con solo hacer llegar los equipos y sin ningún protocolo de capacitación, el milagro se llevaría a cabo, sin embargo, aún y con todo el apoyo de Fox y posteriormente de Calderón, entre 2004 y 2008 Enciclomedia recibió un presupuesto de 24 mil 827 millones de pesos, los resultados son desastrosos.
En su informe de la fiscalización de la cuenta pública 2009, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) señaló que, de esa cantidad, 11 mil 333 millones (45.6 por ciento) fueron empleados en rubros no relacionados con los fines del programa, amén de que la comisión especial que se integró para la investigación encontró que “las bases de la licitación 0001 10001-012/04, con la que inició Enciclomedia, tenían fallas que las inducían hacia un pequeño grupo de proveedores-
Así, en el sexenio pasado, a pesar de que, con el apoyo del Instituto Nacional de Estadística, Geografía y Estadística (INEGI) – mismo que en la actualidad tiene un papel relevante y lleva a cabo de manera profesional el Censo de Población y Vivienda- se hiciera un ambicioso censo de escuelas y maestros, a fin de poder detectar las escuelas de más bajos recursos económicos, lo cierto es que, a la luz de las diferentes auditorías llevadas a cabo, encontró, entre otras cosas, que la Oficialía Mayor de la Secretaría de Educación Pública (SEP) ejerció entre 2014 y 2018, durante la administración de Enrique Peña Nieto, una partida presupuestal de 23,000 millones de pesos, de la cual, el 95% no se supo en dónde quedó, igualmente los programas de “Escuelas al CIEN” (Pésima dispersión, solo en zonas de votos), así como el de muy lamentables recuerdos de “Bebederos escolares “ (más de Cien mil pesos cada bebedero).
Así, en la actual administración del gobierno federal, se ha planteado una acción completamente diferente, el hacer llegar (como lo ha hecho en otros programas a los adultos mayores, estancias infantiles y jóvenes), el recurso económico de manera directa a las instituciones escolares, a la par de un ambicioso programa en el que se están asignando 21 mil 407 millones de pesos para distribuir en los recientemente creados 25 mil 236 comités escolares de administración participativa, que se conforman por padres de familia y maestros, en donde, además, se asegura que el 80% de esta primera fase corresponde a comunidades indígenas.
Al parecer es una buena línea de apoyo directo a la escuela, sin embargo, habrá que esperar que, en primera instancia, los comités hagan un buen uso de dichos recursos, además, que las características físicas de resistencia de materiales sean las adecuadas para que no suceda algún problema que tenga consecuencias indeseables y, por supuesto, que, luego de las auditorías y dispersión de recursos, lleguen a las personas que debieron haber llegado.