Recomendaciones a directivos para la organización de reapertura de escuelas

El liderazgo de un director escolar tiene un efecto indirecto sobre los aprendizajes de los estudiantes...
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Liderazgo educativo en tiempos de pandemia

El liderazgo puede definirse, en términos generales, como la capacidad de dirigir, organizar y movilizar a los miembros de una comunidad para el bienestar común y desarrollo institucional. Cuando el liderazgo se traslada al ámbito escolar, el objetivo fundamental consiste en organizar buenas prácticas educativas en los centros escolares, movilizando recursos humanos y materiales para el logro de determinadas metas (Álvarez et al., 2016).

Como se ve, el liderazgo de un director escolar tiene un efecto indirecto sobre los aprendizajes de los estudiantes; pese a no trabajar en las aulas, sus acciones coadyuvan en la gestión de las condiciones idóneas para que profesores y estudiantes desarrollen procesos educativos eficaces.

Diversas investigaciones han constatado que el ejercicio de un buen liderazgo escolar contribuye a la obtención de mayores logros académicos en los estudiantes, mejora las relaciones sociales entre docentes y permite superar con éxito las situaciones de riesgo en la institución (Horn y Marfán, 2010).

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Durante el cierre de escuelas por COVID-19 el papel de los directivos ha sido sustancial, tanto para guiar el proceso de adaptación educativa presencial a la modalidad de enseñanza en línea, como para conciliar acciones que respondan a las demandas realizadas por el profesorado, las preocupaciones de las familias y las pautas establecidas por las autoridades educativas. No obstante, también hay que reconocer que durante este tiempo los directores han tenido que lidiar con ciertas disonancias entre las normas oficiales y la realidad escolar que, como sabemos, muchas veces resulta contradictoria.

Sin lugar a duda, el rol de los directivos se ha diversificado más de lo habitual, ya que para dirigir un centro escolar en medio de la incertidumbre generada por COVID-19 se requiere combinar un “liderazgo operacional”, dirigido a la solución problemas de manera inmediata, y un “liderazgo estratégico”, para lograr resultados a largo plazo que contribuyan al proceso de recuperación de la vida escolar. Desde luego, el ejercicio de estos liderazgos requiere un amplio conocimiento del profesorado a su cargo, del alumnado y de los recursos disponibles para concretar las acciones.

La Dra. Louise Stoll de la University College London, experta en el tema de liderazgo educativo, en una entrevista reciente subrayó cinco aspectos fundamentales que los directivos deben considerar para dirigir escuelas durante la pandemia (EduCaixa, 2021):

  • capacidad para saber comunicar de manera clara, precisa y frecuente las estrategias institucionales que conforman el proyecto educativo durante los momentos más críticos, así como estar abierto a las propuestas del profesorado;
  • capacidad de articular soluciones rápidas ante situaciones imprevistas;
  • capacidad para construir planes de contingencia para diferentes escenarios;
  • empatía por las circunstancias particulares de los miembros de la comunidad educativa;
  • compartir el liderazgo con el claustro de profesores y evitar decisiones verticales.

De cara a la reapertura nacional de escuelas en México, es probable que el liderazgo de los directores termine siendo fundamental para concretar las políticas nacionales en planes de organización y diseño de protocolos más acordes a la realidad.

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Dirección de centros educativos: construyendo el escenario para la reapertura de escuelas

En las últimas semanas se ha desarrollado un fuerte debate nacional sobre la política educativa para la reapertura de escuelas en México. Las críticas han sido muy diversas, desde la falta de organización entre las autoridades educativas y el sector salud, hasta la omisión de las bases magisteriales para la toma de acuerdos. Aunque existe un fuerte sector de la población magisterial que ha manifestado su inconformidad, todo parece indicar que no habrá marcha atrás en esta decisión gubernamental, a pesar de las experiencias sobre la reapertura de escuelas en Campeche y ciudad de México.

En este escenario, los directores de escuelas han comenzado a manifestar su preocupación con mayor énfasis sobre cómo garantizar el bienestar de su comunidad escolar cuando llegue el momento de regresar a las aulas.

A continuación, con el propósito de apoyar a quienes ejercen algún cargo de dirección escolar, en cualquier nivel educativo, compartimos algunas recomendaciones generales para desarrollar sus planes de reapertura.

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  1. Programar un retorno progresivo a las instalaciones para evitar aglomeraciones, teniendo en cuenta la distribución de horarios de asistencia en las instalaciones, aforo de las aulas y organización del trabajo académico por grados, ciclos y asignaturas.
  2. Gestionar, ante las autoridades correspondientes, los insumos mínimos imprescindibles para la desinfección de instalaciones, establecimiento de filtros de corresponsabilidad y materiales de limpieza (dispensadores de alcohol y gel, dispensadores de toallas, dispensadores de jabón líquido, entre otros).
  3. Realizar las gestiones pertinentes para proveer agua y ventilación adecuadas para prevenir la propagación y contagio.
  4. Organizar sesiones informativas para el personal (profesores, personal de limpieza, personal administrativo, personal de seguridad y demás) que labora en la institución sobre las medidas que se implementarán para el retorno seguro a las clases. Todo el personal debe estar capacitado sobre la enfermedad COVID-19 para estar atento a la aparición de fiebre, tos, dificultad para respirar u otros síntomas asociados.
  5. Organizar la logística para la señalización de rutas de circulación en un solo sentido, distribución de carteles para recordar las medidas de seguridad y controles de vigilancia en los accesos.
  6. Identificar a los miembros del personal docente y administrativo que se ubican dentro alguna población en riesgo y determinar acciones específicas para ellos.
  7. Establecer los medios de contacto con los servicios de salud para el reporte de los casos sospechosos.
  8. Elaborar un plan de respuesta en caso de posibles cierres escolares por nuevos brotes de casos COVID-19.
  9. Planificar sesiones informativas para la comunidad estudiantil y tutores sobre los protocolos de seguridad que se aplicarán para el retorno seguro a las aulas; estas sesiones también pueden aprovecharse para informar sobre las estrategias de la nueva modalidad educativa que se implementará para dar continuidad al ciclo escolar.
  10. Habilitar dentro de las instalaciones un espacio de aislamiento preventivo, para remitir posibles casos sospechosos de COVID-19.
  11. Planificar la realización de simulacros con todo el personal y la comunidad estudiantil sobre la mitigación temprana ante posibles casos de COVID-19 en la escuela.
  12. Identificar los niveles de deserción escolar y sus causas para diseñar estrategias estrategias que coadyuven a la pronta reincorporación de los estudiantes al ciclo escolar.

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Recuerda que las buenas prácticas de liderazgo educativo se distinguen por reconocer un problema antes de que sea una emergencia y crear las condiciones para convertir las dificultades en oportunidades de cambio con la participación de toda la comunidad escolar.

Autores:


Juan Carlos Castellanos Ramírez: Doctor en Psicología de la Educación por la Universidad de Barcelona, España. Profesor de la Universidad Autónoma de Baja California. Director del grupo consultor ConCienci@ educativa A.C.

juan.castellanos8@uabc.edu.mx

https://orcid.org/0000-0002-0682-9085

Twitter: @jupexi


Shamaly Alhelí Niño Carrasco: Doctora en Psicología de la Educación por la Universidad de Barcelona, España. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores y profesora de la Universidad Autónoma de Baja California.

shamaly.nino@uabc.edu.mx

https://orcid.org/0000-0002-5623-4418

Twitter: @shamaly


REFERENCIAS

Álvarez, J., Torres, A., y Chaparro, E. (2016). Diagnóstico del liderazgo educativo en las Instituciones de Educación Superior del Valle de Toluca. Revista de Investigación Educativa, 34(1), 51-68. https://doi.org/10.6018/rie.34.1.206881

Horn, A., y Marfan, J. (2010). Relación entre liderazgo educativo y desempeño escolar: Revisión de la investigación en chile. Psicoperspectivas, 9(2), 82-104. https://doi.org/10.5027/psicoperspectivas-Vol9-Issue2-fulltext-116

EduCaixa. (2021). Louise Stoll. Liderazgo para el aprendizaje. Autor. https://educaixa.org/documents/10180/0/Por+que%CC%81+el+liderazgo+para+el+aprendizaje.pdf/d4bb0f57-0d7c-9f9c-3c02-8fb3cad89377?t=1553196592897&fbclid=IwAR2MV08YZDL-jVhPv9QX_YNTyk-5m_jysGW34gV0qogdfUDEDYuhakWMvyA

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