Y no podía ser de otra manera, han recibido auto de libertad los 11 detenidos después de la marcha del 20 de noviembre porque los delitos que se les imputaban no pudieron sostenerse.
Es muy triste comprobar cada día que estamos gobernados por personas que no tienen la inteligencia, por lo menos, para integrar su equipo de colaboradores con personas que conozcan el oficio y a partir de eso, tengan la humildad de dejarse asesorar, no de contratar marionetas que se muevan “pensando” en “quedar bien” con quien los contrató; aunque con esto en lugar de ayudarle lo perjudiquen.
Desde el primer día del mandato de Peña Nieto, quedó demostrada la violencia que se ejercería contra quien manifestara su inconformidad por el regreso del PRI (¿ o RIP ?…. por aquello de tanto muerto)…Un respetuoso recuerdo para el Director de cine que después de permanecer en coma por varios meses finalmente murió gracias a los asesinos a sueldo del gobierno. Hasta hace poco tiempo el mundo no veía las atrocidades que se cometían en nuestro país y la prensa extranjera se deshacía en elogios para quien tal vez creían un buen gobernante, afortunadamente eso ya pasó, ahora el mundo vive pendiente de lo que nos sucede ¡Gracias a Dios! porque es a lo único que le temen nuestros gobernantes abusivos. Como los esposos golpeadores, al exterior son unos amantísimos esposos y padres, de la puerta hacia adentro la familia padece un infierno… así vivimos los mexicanos.
Los asesinatos de Tlatlaya por miembros del ejército y la infamia de Ayotzinapa han abierto los ojos a los países y organismos internacionales; además de haber sacudido la conciencia de los mexicanos ante la necesidad de solidarizarnos para enfrentar el abuso de autoridad, el tráfico de influencias, la impunidad y la simulación de la clase gobernante.
El 29 de noviembre fue un gran día para todos los mexicanos, no solo para los 11 encarcelados y sus familias, la liberación de los 8 y las tres mujeres llevados a penales de alta seguridad por haber participado en una marcha pacífica, es producto de la presión social y la mirada y opinión internacional que obligó a quienes pretendían utilizarlos para aterrorizar a quienes osan manifestarse, acusándolos de crímenes tan descabellados, pero como se dice popularmente “les salió el tiro por la culata” ya que lo único que lograron colocar al gobierno mexicano en un ridículo de dimensiones internacionales.
En este sentido también fueron muy importantes las evidencias grabadas por quienes fueron insultados por los policías, gracias a la tecnología ya nada podrá borrarse u ocultarse como antes… mientras la policía no decomise los aparatos… esta pequeña gran victoria nos debe dar la fortaleza para seguir señalando los errores y atrocidades de los gobiernos de cada rincón del país y para que a través de los medios a nuestro alcance hagamos un llamado a la lucha pacífica por el respeto a nuestros derechos, a la defensa de nuestra integridad personal y de toda la población, para que demos a conocer las condiciones de marginación en que viven algunos o muchos ciudadanos de nuestro entorno, para que difundamos la información de interés general que llegue a nuestras manos, en una palabra , que a partir de hoy sintamos que la unión hace la fuerza y nos mantengamos unidos para enfrentar el mal gobierno, además de hacer del conocimiento público que no estamos dispuestos a seguir aguantando; así, hasta hacerlos retroceder en sus arbitrariedades y que le bajen unas rayitas a su prepotencia, soberbia y falta de humanismo; recordemos aquello de que ” el abusivo abusa hasta que el cobarde quiere”, ya lo demostraron las autodefensas de algunos lugares y muchos grupos indígenas , casi analfabetas nos han puesto el ejemplo.
El llamado a vestir de negro este primero de diciembre lo entiendo como una forma de dar por muerto al miedo, a la apatía , a la falta de solidaridad con quienes se han visto mayormente afectados durante todos estos años, al pensamiento egoísta de que si algunos tenemos lo estrictamente necesario para sobrevivir dejemos pasar las arbitrariedades que se cometen contra los dueños de la tierra para otorgar concesiones mineras a los extranjeros.
Vestidos de negro o no inscribamos un RIP en la tumba de la mezquindad.