Desde el inicio de la pandemia y en el transcurso de la misma, seguramente usted como agremiado ha recibido por parte de nuestra organización sindical, un reconocimiento efusivo por parte de sus dirigentes, seguramente también recibió parte de las cuotas sindicales para sufragar algunos gastos médicos o gastos generados por el uso de internet y de dispositivos electrónicos.
Es probable también que a través de las secciones sindicales, comités delegacionales o secretarios de organización se hayan conformado brigadas de atención a agremiados en situación de vulnerabilidad. Seguramente ha sido a través de esas mismas brigadas, que llegaron a su escuela enormes paquetes con los insumos necesarios para mantener las medidas de higiene de todos y cada uno de los docentes que pertenecen al SNTE, a lo mejor alguno que otro cubre boca con el logo bordado, cajas de gel antibacterial con los logos impresos, termómetros y demás enseres necesarios.
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Supongamos que, por alguna razón, lo descrito en párrafos anteriores no ocurrió, pero, seguramente ante los embates de la autoridad mediante el uso de narrativas dirigidas a padres de familia, insinuando que, quienes no queríamos regresar a clases somos los maestros agremiados al SNTE, la dirigencia seccional y todos sus combativos y aguerridos integrantes emitieron sendos comunicados defendiendo a ultranza el derecho de sus agremiados. Porque imagine usted que solamente hayan avalado lo que la autoridad dice, o que hayan copiado y pegado sus mismos comunicados para evitar la fatiga, sería un descaro ¿verdad?
Bueno, pues si usted llego hasta esta parte leyendo, espero que lo haya hecho con extremo sarcasmo. Porque nuestro glorioso comité seccional, que en el caso de Quintana Roo, lleva casi seis años de período, dos años más de su tiempo establecido. Este tiempo han estado resguardados en la comodidad de supongo su hogar o algún espacio seguro, porque en las oficinas de la sección que ahora tiene el mote de panal abandonado, nunca hay nadie. O había nadie. Me explico:
Ahora que la secretaría del trabajo se niega a prorrogar las tomas de notas de los comités seccionales a los que se les ha vencido el tiempo, seguramente aparecerán como por arte de magia estos personajes, saldrán de sus madrigueras a decir que ellos han sido los más férreos defensores de su gremio, que sabrán llevar la voz del magisterio ante cualquier autoridad educativa y que podrían incluso pasar otros seis años sordos, ciegos y mudos, si el gremio los elige.
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Ahora que las reglas para elegir dirigentes sindicales requieren de la votación de todos los integrantes de una sección sindical, ahora que se acabaron los delegados y congresos estatales, cada uno de quienes aspiramos tendremos que ir a cada rincón del estado buscando el voto de los maestros, pedimos por lo menos piso parejo, o los miembros del comité seccional regresan a sus grupos durante la campaña o los que aspiramos a dirigir nuestras secciones sindicales gozamos de movilidad por un espacio de tiempo que permita hacer campaña en todo los rincones de nuestra geografía estatal.
El SNTE es un ente que merece reconstruirse, que requiere un renacer magisterial, que requiere que las nuevas generaciones se inmiscuyan y construyan sindicato, que se atrevan a formar el nuevo modelo sindical que requieren estos tiempos, que ayuden a mover al elefante reumático en el que se ha convertido, es por ello que yo, Jorge Isaac Alvarado Alcocer, Profesor de Educación Telesecundaria, estoy dispuesto a construir una planilla plural que le dé a cada uno de los niveles educativos su justa dimensión y que de ellos emane la agenda urgente e importante que dará rumbo a nuestro proyecto.
¡Vamos por un Renacer Magisterial!