En su afán de seducir clientelas y sumar votos, al costo que sea, Andrés Manuel López Obrador ofrece “derogar la reforma educativa” si gana la Presidencia de México. ¿Realmente cree que los mexicanos se lo permitirían?
La reforma se sustenta en una adición a la Constitución, que garantiza el derecho a una educación de calidad con equidad. ¿No es eso lo que todo padre de familia desea para sus hijos, en México o en Estados Unidos? ¿Es esto lo que se pretende destruir?
La reforma educativa elevó a rango constitucional la definición de educación de calidad, “de manera que los materiales y métodos educativos, la organización escolar, la infraestructura educativa y la idoneidad de los docentes y los directivos garanticen el máximo logro de aprendizaje de los educandos”.
Las autoridades educativas organizamos foros regionales y nacionales para revisar el modelo y adecuarlo a las necesidades del México del siglo XXI. Participaron miles de docentes, especialistas, organizaciones de la sociedad civil, autoridades locales, organismos empresariales, legisladores y ciudadanos. Todos con la convicción y anhelo de hacer de la educación la herramienta para que las niñas y niños logren forjarse un futuro mejor para ellos, sus familias y sus comunidades.
De ese proceso surgieron miles de ideas que han permitido construir un nuevo Modelo Educativo para que contemos con mejores maestros, mejores escuelas, mejores planes y programas de estudio y con apoyos para una trayectoria escolar exitosa. ¿Es esto lo que AMLO quiere cambiar? ¿Para qué?
“Derogar la reforma educativa” significaría un grave retroceso para el país, si se consideran los avances que ya se han logrado en los cinco ejes.
La enseñanza en la educación básica hoy cuenta con un nuevo plan de estudios que incorpora contenidos y una pedagogía innovadora, que abren paso a una nueva generación de libros y materiales educativos, gratuitos. Más de 185 millones de ejemplares llegarán a las aulas en agosto próximo. Casi un millón doscientos mil profesores de educación básica se están capacitando para implementarlo.
Con la estrategia Escuela al Centro se impulsa un modelo de organización escolar más vigoroso que confiere la mayor prioridad a los aprendizajes, atendiendo al contexto y necesidades de los alumnos. Más de 50,000 escuelas han recibido recursos monetarios para mejorar su gestión educativa. Casi 50,000 escuelas han sido apoyadas mediante infraestructura y equipamiento. Se incrementaron de 6,000 a más de 25,000 las Escuelas de Tiempo Completo. Más de 89,000 escuelas participan en el Programa Nacional de Convivencia Escolar.
Antes de la reforma, muchas de las plazas de directores, subdirectores, supervisores y profesores se compraban o se heredaban por personas que no tenían ni la vocación ni la preparación necesaria. En las visitas que realizo a las escuelas, profesores y padres de familia me han comentado malas experiencias que tuvieron en el pasado con personas que cobraban como profesores, sin serlo.
Con la reforma educativa esta situación cambió. Hay una nueva generación de profesionales de la educación que ganaron su plaza por mérito propio, en concursos de oposición abiertos. Más de un millón doscientos mil profesores, en todo el país, han participado en procesos de evaluación para ingresar al servicio, concursar por una mejor posición, mejorar su desempeño y sus remuneraciones. En 2017 más de 626,000 profesores participaron en programas de capacitación. La evaluación formativa, con respeto a los derechos laborales, es una realidad.
La Estrategia de Equidad e Inclusión mejora el acceso de la población más vulnerable a una educación de calidad, así como las acciones para atender la diversidad étnica, lingüística y cultural. Actualmente se otorgan becas a 565,000 alumnos de las 10,147 escuelas primarias indígenas del país y más de 3,300 escuelas de tiempo completo benefician a 271,000 niñas y niños indígenas.
La reforma impulsa una nueva gobernanza educativa. Hoy las autoridades, especialistas, organizaciones de la sociedad civil, padres de familia, legisladores, empresarios, están más involucrados en el mejoramiento de los servicios educativos. En México existe una conciencia creciente de la importancia que una buena educación tiene para el progreso del país. Estoy convencido que la sociedad evitará cualquier retroceso.
La construcción del Modelo Educativo es el esfuerzo más importante, en décadas recientes, para lograr que el sistema educativo responda a los retos de México en el siglo XXI. Su propósito es hacer que las niñas, niños y jóvenes mexicanos desarrollen todo su potencial. Nuestro desafío es continuar, con disciplina, responsabilidad y perseverancia, en su implementación.
Artículo publicado en Univisión.