Mucha Niebla Doctor Gilberto

En días recientes tuve la oportunidad de leer un artículo del Doctor Gilberto Guevara Niebla, el actual consejero del INEE lanza la pregunta: “¿Quién ...
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En días recientes tuve la oportunidad de leer un artículo del Doctor Gilberto Guevara Niebla, el actual consejero del INEE lanza la pregunta: “¿Quién teme a la evaluación?”, posteriormente redacta su punto de vista a favor (como era de esperarse) del proceso. Uno de los primeros puntos que señala Guevara Niebla y en el cual coincido plenamente, es que existe demasiada desinformación sobre el tema de la evaluación docente, el estudioso del movimiento estudiantil del 68, agrega que los profesores se han valido de chismes y mentiras para sustentar la protesta magisterial, en esta última parte difiero, los maestros que se han manifestado en contra de la reforma educativa se escudan en muchas cosas, detalles que van más allá de ser un chisme o una mentira.

Responder a la pregunta que lanza Guevara Niebla es sencillo, ningún profesional de la educación tiene miedo de evaluarse, los profesores tienen miedo a un sistema que poco a poco va terminando con sus derechos, temen por su trabajo, por su sustento, les espanta la idea de que en algún momento, por cualquier detalle que se pueda presentar (y no por falta de capacidad) el trabajo del cual depende su familia pueda verse arrebatado o comprometido.

También sienten pánico por la constante exposición mediática, por la falsa información que manejan las cadenas televisivas que tristemente doblegan la crítica y sentido del pueblo mexicano, por cierto, estas últimas en comparación con el movimiento magisterial, sí se valen de mentiras y engaños para lavar los cerebros de sus espectadores, para venderles un México que avanza y en el cual “no pasa nada”.

Gilberto Guevara pretende como textualmente lo redacta “dar luz” a los lectores sobre la importancia de la evaluación, y expone lo que todos los inmersos en la educación conocemos, “las etapas e instrumentos de evaluación”. Para ser más precisos, da una reseña que describe el informe de responsabilidades docentes, en segundo lugar habla sobre el portafolio de evidencias, seguido por el examen de conocimientos (además de un ejemplo de las preguntas que lo conforman) y finaliza con la famosa planeación didáctica argumentada. Niebla, corona su análisis con una frase que señala que “la evaluación no pregunta al maestro nada sofisticado, insólito o absurdo y se centra en la práctica profesional”, advierte que la evaluación sólo exige que un maestro cumpla con lo básico.

Retomando la última frase del anterior párrafo, lo mismo exigimos los maestros, que nuestras autoridades cumplan con lo básico, que nuestros centros de trabajo cumplan con lo básico, que nuestro sueldo cubra lo básico. Inclusive y por qué no decirlo que la evaluación cubra con lo básico, que respete los procesos de cada maestro, que se centre realmente en su contexto, que impacte positivamente en su desarrollo y no sea una herramienta que lo exponga y satanice ante la sociedad, que cumpla con los llamados “beneficios” en tiempo y forma y que éstos realmente sean beneficios, cómo comparar el aumento de un 35% mensual con los jugosos aumentos o bonos de ciertas personalidades. Cómo querer hacer culpable a quien a todas luces es víctima.

El análisis del respetable doctor Gilberto demuestra que ellos son los que están desinformados, son ellos quienes ignoran (o no quieren aceptar) la realidad del sistema educativo mexicano, tal vez ellos son los que le temen a exponer los verdaderos factores por los cuales nuestra educación se encuentra estancada, quizá los extraordinarios sueldos con los que ellos cuentan los han nublado, los llenaron de niebla y piensan que los docentes cobran igual, eso sería extraordinario, tal vez sería el primer paso para una verdadera reforma educativa, contar con un sueldo que permitiese al docente concentrarse en su trabajo al cien por ciento, dar lo mejor de sí, y no preocuparse por los problemas de vivienda, alimento, salud y vestido. Un sueldo de calidad que obviamente permita brindar educación de calidad, no los míseros tres mil pesos con los que cuenta una plaza base y que apenas alcanzan para la renta, el transporte y el alimento (no contemos para variar los materiales que cada profesor costea para sus alumnos); un sueldo que brinde la posibilidad de buscar una profesionalización adecuada y que potencie en verdad las competencias docentes, contar con algo decoroso que permita al docente no preocuparse por el día a día, la devaluación del peso, el aumento de la gasolina y la canasta básica, un sueldo que permita pensar como lo hace “la destacada conductora y economista de Televisa” (chiste local).

Doctor Gilberto hay mucha niebla en su texto, ojalá algún día personas de su talla y peso intelectual expongan situaciones como: “Las excesivas jornadas escolares en la educación básica” o bien “Los admirables Maestros mexicanos, los peor pagados de la OCDE”, que le parece el título “La persecución y exposición mediática de los profesores en México”; o quizá, más acorde con su texto “¿Por qué hay que temerle a la evaluación?”. Dejemos de defender lo indefendible, dejemos de culpar al magisterio por los males que nuestro gobierno ha causado a esta nación, seamos honestos, empáticos, críticos. Dialoguemos, el magisterio necesita ser escuchado, basta de represión y de artículos que pretenden disfrazar el fracaso de la reforma, basta del uso excesivo de la fuerza para imponer, escuchemos y tomémosle la palabra de la presidenta del INEE (Sylvia Schmelkes) y dialoguemos para mejorar esta reforma, considero será fácil realizar cambios de mejora a algo que tiene tantos aspectos turbios y negativos; nadie discute que el magisterio necesita profesionalizarse, eso nadie lo reprocha, es nuestro deber como profesionales, sin embargo, hay maneras, y como dicen los que saben “en la forma de pedir, está el recibir”, disipemos la niebla, informemos y construyamos, evitemos a toda costa más sangre y sufrimiento, escuchemos las voces de los niños que reclaman su derecho a la educación, de los padres que bancan a sus docentes sobre todo y contra todo y de un México que pide a gritos justicia, al igual que una sociedad que necesita un cambio que sólo la educación puede brindar.

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