México: EL ESTALLIDO QUE VIENE…

Avatar de Columna 'Cortocircuitos'

El malestar docente, estudiantil, laboral, académico está ahí, se expresó de manera aislada, pero coetánea.


Estamos conscientes del efecto que puede producir este título: “un texto más que augura el caos”, “otro que anuncia desgracias que nunca llegan, como el colapso del peso”, y de ahí lo que sigue: derechairos, conservas y todos los epítetos habidos y por haber en las filas de los adherentes a la 4T.

Aunque también podría haber algunos prianistas o algunas marchantes de la Marea Rosa que digan: “bien dicho, así es, la Gen Z viene”; “es cierto, lo hemos vaticinado desde hace tiempo”. Lo sentimos -la verdad no, no lo sentimos-; pero muchísimo menos va por ahí el asunto.

A pesar de esos riesgos evidentes, vale la pena intentar construir un argumento provocador. No para instalarse en los relatos apocalípticos, sino en los llamados de atención a los contingentes en lucha. Hay que saltarse lo inmediato para advertir las tendencias y las posibilidades del poder, pero también de las resistencias.

Se ve en lo que hemos llamado Conflictos en educación superior. Un conjunto de varias decenas de universidades, tecnológicos y normales que en el semestre agosto- diciembre de 2025 realizaron múltiples protestas, muchas de las cuales -más de 70- llegaron al paro y la toma de instalaciones.

La magnitud de las protestas ha pasado desapercibida por su heterogeneidad. Ni siquiera en una misma institución se han logrado definir o articular, o siquiera conocer el número, las demandas o las soluciones. No hay relaciones intra-institucionales consistentes, menos aún coordinaciones inter-institucionales.

Sin embargo, en muchos momentos del semestre, las dos principales Instituciones de Educación Superior (IES) estaban en paro. La UNAM alcanzó a tener más de la mitad de sus escuelas con suspensiones de actividades, lo que implica cientos de miles de estudiantes. El IPN, la segunda institución de educación superior más grande del país, tiene escuelas en paro indefinido desde septiembre. La ESIME de Culhuacán tiene más de 70 días en paro; Turismo, la ESIA y varias vocacionales también – ni sus voceros saben bien a bien cuántas han sido -. Es otro caso de decenas de miles de estudiantes en paro. Algo similar ocurría en la U de G, la tercera universidad más grande del país.

En la facultad de Psicología de la Universidad Veracruzana, el paro terminó el 3 de diciembre, pero algunos tecnológicos, como el de Durango, hicieron un retiro táctico durante la temporada decembrina, sin bajar la guardia, sin  transigir en las demandas. Sin embargo, la UPN, como la ESIME, continuan en paro indefinido. En uno y otro caso, enfrentando la andanada de las autoridades de sus escuelas y también de la SEP.

En Otoño caliente en educación superior. Parte 1. , mostramos la similitud de las demandas en todas las protestas: condiciones materiales de estudios, destitución de autoridades, seguridad escolar y actualización de planes, programas y proyectos. También hemos advertido la semejanza en las respuestas: defensa de funcionarios cuestionados, promesas, mentiras, amenazas, alargamiento del paro, todo junto.

Este cóctel de demandas y respuestas es todo menos resolutivo. Quienes han tenido que regresar a clases o suspender protestas, no lo han hecho porque se solucionaron las demandas, menos aún porque los contingentes en lucha están satisfechos o reconozcan la gestión gubernamental: todo lo contrario. Quienes siguen en los paros están atrapados por los tiempos del calendario, las vacaciones, el fin del semestre y las exigencias jurídico-administrativas de becas, comisiones, trabajos y demás.

Son tiempos difíciles. En ningún caso los conflictos se han resuelto. Solo prorrogado, con una experiencia: han vivido en carne propia el humanismo de la 4T. Ya no solo de directivos de sus escuelas, que podrían ser piezas maleadas, sino de los funcionarios de la SEP que los protegen, incluso del mismo secretario, ante la mirada oblicua de la presidenta.

Esa es una de las grandes enseñanzas de este ciclo de protestas. Las demandas no refieren a un pasado neoliberal, sino a un presente presuntamente progresista. Un gobierno federal que actúa igual (políticas de austeridad que deterioran condiciones materiales de estudio, corruptelas, falta de transparencia, negligencia, defensa de autoridades, burlas y amenizada); que habla igual (mentiras, tropos: “son un grupito”, puertas abiertas que siempre están cerradas, “intereses oscuros”); que se comporta igual ( “ni los veo ni los oigo”, burlas y amenazas, desdén); por tanto, han percibido que entre el neoliberalismo y el humanismo no parece haber mucha diferencia, y contra uno y contra otro hay que luchar.

Repetimos: los conflictos no se han resuelto, solo se quieren desactivar. Esa no es una solución verdadera, solo se añaden nuevas razones al descontento; por eso, en realidad ¿a quién puede sorprender el título de este texto?

El malestar docente, estudiantil, laboral, académico está ahí, se expresó de manera aislada, pero coetánea. Se están sacando lecciones, se identificaron señales, procedimientos, discurso, tácticas y estrategias del adversario. ¡Ya se identificó al adversario!  No son más las autoridades del plantel, ni siquiera los funcionarios de rango medio y superior de las instituciones educativas, esas concepciones ya se probaron, ahora es el humanismo real de la 4 T: el gobierno presuntamente progresista que actúa, piensa y habla como los gobiernos anteriores. Incluso sus declaraciones y acciones son, en muchos casos, similares a la hora de enfrentar los conflictos.

Pero también las protestas de este ciclo han identificado -o empiezan a identificar- sus falencias y oportunidades. Una de ellas es central: la coordinación intra e inter- institucional. Faltan más cuerpos mezclados, no solo links o memes, sino marchas conjuntas, colectivos actuantes, interrelaciones con otros. Falta todo eso, que será parte sustantiva del estallido que viene. ¿Cuándo, a qué hora, dónde? Eso sí que nadie lo sabe, pero está ahí, en potencia, incluso visible, perceptible, aunque  no se haya actualizado. Todavía.[1]


[1] Obviamente todo esto no es sino una invitación a leer, en clave política, Lo actual y lo virtual


Artículo publicado en Insurgencia Magisterial


COMENTARIOS