A partir de que se tuvo la propuesta de los planes y programas de estudio, como anuncio la Maestra Delfina Gómez –el pasado 30 de enero– se dio a conocer que la siguiente etapa sería difundirlos, para que se analicen y critiquen a fin de ajustar lo que se tenga que ajustar.
Por lo que, a partir del 31 de enero, un equipo técnico de la SEP inicio una ruta que concluirá el próximo 24 de marzo, periodo en que se espera recorrer todos los estados de la república, para hacer el análisis del currículo que se tiene como propuesta. Encabeza dicho equipo técnico para recoger el sentir y expresiones de la población, es el Dr. Marx Arriaga, actual director general de Materiales Educativos de la SEP.
Por ello, en medio de la acción educativa que se ha propuesto impulsar el gobierno federal mediante la denominada Nueva Escuela Mexicana, conveniente reflexionar en algunos elementos que vienen jugando un papel importante en la conformación del proyecto educativo federal.
Al revisar el organigrama de la SEP, en su última actualización (enero 2022) se aprecia que esta dependencia cuenta con tres subsecretarias: básica, media y superior. Asimismo, se observa que la DGME depende de la subsecretaría de educación básica. Esta dirección como lo dice su portal, “es el área encargada de actualizar tanto los contenidos, como la función y uso de los libros de texto gratuitos”. Además de “acercar a la escuela una diversidad de materiales educativos (en soportes físicos y digitales), así como mejorar el acervo de las bibliotecas escolares”.
También, se conciben como el área encargada de actualizar tanto los contenidos, como la función y utilización de los libros de texto gratuitos, para acercar a las escuelas una diversidad de materiales educativos. Además, las atribuciones que le señala el reglamento interior de la SEP le facultan para intervenir en los contenidos de los libros de texto gratuitos, para autorizar en su momento a la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (CONALITEG) imprimir y distribuir dichos materiales. Es decir, que la DGME y CONALITEG caminan de manera paralela en la producción de libros de texto.
Lo preocupante es que al parecer está dirección y la normativa, conciben únicamente a los libros de texto gratuitos como materiales educativos. Conviene recordar que la fracción XIII del reglamento interior de la SEP señala a la propia DGME “proponer a la Coordinación General @prende.mx el uso de materiales educativos con componentes digitales vinculados a los procesos pedagógicos de enseñanza y aprendizaje de la educación básica y especial”.
Lo que haría pensar que en estos momentos en que abundan por todos lados los recursos, herramientas y materiales digitales, que cada vez son más necesarios y oportunos para los procesos de enseñanza-aprendizaje, la DGME debería contar con un sitio electrónico en que se brindará a los profesores recursos y materiales educativos digitales, pero desafortunadamente no es así. En pocas palabras, la DGME no coadyuva en la labor de los docentes de educación básica. No les provee de apoyos y recursos educativos, empero, cumple al momento con la tarea encargada de recoger expresiones, deseos, peticiones, sueños y palabras escritas o verbales de los asistentes a la ruta de las asambleas de análisis de los Planes y Programas de Estudio 2022.
La realización de estas asambleas sentará las bases para dar cierta legitimidad a la propuesta construida. La intención final es dejar de lado los Planes y Programas 2011 y 2017 que son los que se están utilizando hasta este momento en todo el país en Educación Inicial, Preescolar, Primaria y Secundaria. Es decir, la SEP lanzó su reforma curricular, pero requiere la aprobación y aceptación del personal operativo, es decir de los docentes. Por ello, es preciso ponerla a su consideración, acercarla suave y sutilmente, pero sin ser tan abiertos a que le metan mano demás.
Que quede claro, la SEP no ha convocado a los asistentes a las asambleas a hacer sugerencias a la propuesta inicial, sino que convoca a hacer análisis para el diseño de los libros de texto gratuitos. Es por lo que, ha delegado dicha responsabilidad a la DGME.
Para quienes damos seguimiento a la política educativa, esto confunde, ya que, si se recuerda, para las modificaciones, reformas, adiciones y derogaciones a los artículos 3o., 31 y 73 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en materia educativa, si se abrieron diversos foros de discusión –incluso en los recintos legislativos y en un portal electrónico– pero para la elaboración del Currículo no se ha dado tanta apertura.
Los profesores son quienes están en las aulas escolares, ellos son el verdadero currículo, son la realidad de los estudiantes, son quienes dan la cara en las escuelas, a los niños y a los padres de familia.
Es verdad que dentro del portal de la SEP*, existe un apartado para dar seguimiento y participar en el diseño del Plan y los Programas de Estudio para la Educación Básica, pero a decir de una gran parte de la comunidad interesada en estos temas, no ha sido suficiente, se ha quedado a deber en transparencia, difusión y convocatoria.
Dicho portal se ha venido actualizando y se ha anunciado que habrá un nuevo acercamiento con una nueva acción legitimadora: la consulta.
Justo al finalizar las asambleas, se pondrán en marcha diálogos con diversas figuras como son: Comunidad académica, de investigación y especialistas en educación; Pueblos indígenas y personas afromexicanas; Niñas, niños, adolescentes y familias; Sectores de la Cultura y las Artes; Consejos Técnicos Escolares y, Organizaciones de la Sociedad Civil.
Ojalá el nuevo mecanismo de acercamiento con estas audiencias sea mejor que el limitado tiempo que se ha destinado en las asambleas que solo duran entre seis y nueve horas, para escuchar a una limitada cantidad de profesores, después de la pasarela de funcionarios y autoridades que se la pasan halagándose en cada acto plenario y coordinado por el encargado de dicha tarea.
Las preguntas es, ¿Quién llevará a cabo la consulta y diálogo con las nuevas audiencias? Sigamos tomando nota.