Este año se realizará una nueva edición de la evaluación de desempeño (ED). Considerando experiencias previas, el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación ha diseñado un nuevo paradigma para esta evaluación con el cual se busca superar las dificultades que del pasado, al mismo tiempo se pretende aumentar la pertinencia del ejercicio, enfatizar los efectos formativos y poner el acento en el trabajo desde la escuela y el contexto.
Todo esto dentro de la perspectiva de que la evaluación incida en la mejora de la enseñanza. La nueva propuesta de ED considera tres etapas de evaluación: 1) Un (doble) informe de responsabilidades profesionales: por un lado, un informe que emite la autoridad escolar; por otro, un ejercicio de autoevaluación del docente en el cual identifica fortalezas y debilidades en su propia formación; 2) Un proyecto de enseñanza: el docente hace un proyecto en el cual trabajará determinados aprendizajes esperados a lo largo de tres a cinco sesiones con su grupo y el proyecto debe incluir una parte de planeación didáctica, otra de implementación y una tercera de reflexión sobre los resultados de su intervención; 3) finalmente, una examen de conocimientos pedagógicos y curriculares o disciplinarios.
Como puede verse, el eje de esta evaluación es la segunda etapa que se apoya en la práctica del docente. El proyecto de enseñanza (para cuya realización se dará un plazo de ocho semanas) propone, primero, que se defina un objetivo, no en abstracto, sino en función de la práctica real del profesor; en otras palabras, de lo que se trata es de seleccionar un aprendizaje esperado dentro de la materia que se imparte y realizar en torno a él un ejercicio de planeación didáctica. Enseguida se quiere que el profesor ponga en acción en el aula su propia planeación (a lo largo de tres a cinco sesiones) y que recoja evidencias de aprendizaje de sus alumnos, finalmente, la etapa concluye con un ejercicio de autoreflexión crítica que hace el maestro sobre el conjunto de su proyecto.
Los profesores que participarán en esta evaluación de desempeño están siendo notificados por la autoridad educativa local —notificación que concluye formalmente a fines de julio—. A partir de agosto, los profesores que participarán en la ED tendrán acceso a un curso vía digital que se denomina Proyectar la enseñanza (se podrá acceder a este curso en agosto en el sitio electrónico de la Dirección General de Formación Continua de la SEP). Los informes de responsabilidades se deberán enviar en la última quincena de octubre. Por su parte, el periodo para realizar el proyecto de enseñanza correrá del primero de septiembre al día 3 de noviembre. La parte final, el examen de conocimientos didácticos y curriculares se hará entre el 4 y el 26 de noviembre.
Los docentes que se evaluarán recibirán apoyos académicos: a través de un programa de fortalecimiento y actualización de conocimientos disciplinarios, a través del curso, antes mencionado y por medio de los recursos que se ofrecen en el capítulo de formación continua.
Como se puede ver, la evaluación docente en esta modalidad de desempeño no se reduce a la aplicación de una prueba, sino que es un desarrollo denso que quiere atender la complejidad de la práctica docente y que ha sido concebido teniendo como meta, tanto la mejora de la práctica de la enseñanza, como el desarrollo profesional del docente. En respuesta a la diversidad de circunstancias en las que trabajan los profesores, esta evaluación hará posible que sea el propio docente quien describa su contexto, los rasgos de su grupo y explique de qué manera adapta su enseñanza a las circunstancias del contexto.
El esquema de ED que he explicado en sus elementos principales es similar al que habrá de regir para directores, subdirectores, supervisores y jefes de sector. Claro, sus términos serán diferentes y pertinentes para cada caso (21 julio 2017).
Artículo publicado en Crónica