Y con el regreso del carácter obligatorio de la evaluación del desempeño docente en 2017, vale la pena evidenciar las múltiples ofertas lucrativas en torno a este ejercicio a mi juicio, denigrante para los maestros.
Y es que proliferan las editoriales que, aprovechando la coyuntura punitiva de la evaluación docente, lanzan al mercado magisterial guías de estudio para que los docentes “cuiden su plaza”.
Es más, se atreve a ofertar la garantía de ingreso al servicio docente o promoción en la función, así como más horas laborales.
Es decir, aquí se cumple el viejo y conocido refrán: a río revuelto, ganancia de pescadores.
Lo digo porque tampoco debe olvidarse el presupuesto de mil 809 millones de pesos para la formación continua de los maestros en 2016 que, a decir del titular del Secretaría de Educación Pública (SEP), Aurelio Nuño Mayer, tuvo un incremento de casi 900 por ciento en comparación con el presupuesto de 2015.
En ese sentido no está demás preguntar considerando el contexto lucrativo cuando se paga a costa del erario: ¿cómo se invirtió tamaño presupuesto? ¿qué instituciones fueron fondeadas con recursos públicos para capacitar a los maestros? ¿eran cursos acordes a las necesidades formativas de los docentes?
En fin. Ofertas y más ofertas. Desde librerías, sitios webs, redes sociales, Mercado libre, Amazon y…la propia SEP. Sin duda una apuesta atractiva si consideramos el ambiente de pánico y desconfianza que campea en el magisterio.