Los quema libros, los oligarcas, los que añoran la educación confesional… ¡NO PASARÁN!

La ultraderecha, la extrema derecha, la derecha moderna, o como se le quiera llamar, no tiene argumentos, tiene odios e intereses.
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La guerra educativa va escalando. Empezaron las quemas de libros y las marchas del Frente Nacional para la Familia y la Unión Nacional de Padres de Familia.

Ya no son solo batallas judiciales, ni descalificaciones presuntamente académicas, menos aún debates editoriales, ni siquiera son los Libros de Texto Gratuito: se trata de una guerra entre el pasado y el futuro, entre la educación que produce y reproduce las desigualdades y exclusiones, con sus disciplinas y sus aprendizajes claves, sus competencias impuestas y evaluaciones estandarizadas, y otra que tímidamente, a tropiezos y con muchas dificultades y contradicciones, se atreve a balbucear que otra educación es posible.

No nos engañemos por esas expertas defenestradas, esos ex integrantes del INEE, esos científicos que hablan desde sus privilegios perdidos y no desde la curiosidad que presuntamente valora la ciencia, esos maestros que piensan que en sus tiempos todo era mejor, mucho menos por esas académicas que  detestan todo lo contra-hegemónico, TODOS Y TODAS ELLAS HAN PROPORCIONADO LAS COARTADAS pseudo-argumentales para enlazarse con los prianistas y los oligarcas, con la UNPF, las iglesias evangélicas, los obispos que no ocultan sus preferencias ideológicas, el Frente Nacional por la Familia, Xóchitl Gálvez, Marko Cortés, las gobernadoras opositoras y demás miembros de la derecha extrema.

Digámoslo claro. Ya no es tiempo de andar con eufemismos ni con tardanzas en las tomas de posición:

¡Los libros son una oportunidad para que la ultraderecha se posicione!

¡No son los libros, es la ultraderecha y contra ella hay que ir sin miramientos!

Y no hay que andar con tibiezas. La ultraderecha, la extrema derecha, la derecha moderna, o como se le quiera llamar, no tiene argumentos, tiene odios e intereses.

¡Ahora resulta que la Unión Nacional de Padres de Familia grita ciencia sí, ideología no! ¡LA UNPF! El chiste se cuenta solo.

Todo es demasiado ridículo para siquiera ser considerado.  A estas alturas todavía andar con que solo hay dos sexos, cuando justamente toda la biología ha mostrado la complejidad de todo eso.[1] ¿De cuándo acá los prejuicios y la ignorancia más supina es argumento científico?

¿Y qué decir del que alguna vez fue dirigente estudiantil del 68 y ahora dice que con el nuevo plan y libros de texto se perderá la libertad, que son adoctrinamientos, que es pura ideología y que retrocederá la educación? ¿Él, que ha sido funcionario y/o asesor de la SEP desde hace 30 años, es decir, todo el período neoliberal, cuando no se avanzó ni un ápice en las pruebas las evaluaciones estandarizadas de los aprendizajes claves, tan añorados por él y los suyos? ¿Con eso se atreven a hacer diagnósticos catastrofistas del futuro pero nunca de su actuación?

Que en este momento se ensamblen los discursos científicos, los de pedagogas desplazadas, los de asesores educativos, los de ex funcionarios, con lo más rancio de la retórica de la ultra-derecha política, religiosa, económica y partidaria no es casual; corresponde a un modo de entender los procesos educativos en la producción de la vida en común.

Llaman ideología a lo que son valores políticos, como la democracia y la lucha contra la opresión. Porque señores y señoras ultra-derechosas, NO HAY LIBERTAD PARA DISCRIMINAR, NI PARA EXCLUIR, NI PARA OPRIMIR, eso no es libertad, eso es el derecho de los opresores, y cada vez se decantan más ustedes por eso.

Es lo mismo que sucede con los ataques a la perspectiva de género, que ni siquiera es lucha anti-patriarcal; o a la lingüística descriptiva y a la igualdad sustantiva. Todo en estos libros y en el Plan de Estudios 2022 está medido, no llega a donde debería, su argumentación está limitada por la misma reforma constitucional de la IV T, por eso la hemos criticado y lo seguiremos haciendo, pero si aún una reforma tibia como esta desata las fuerzas del capital, de las iglesias y de la educación bancaria que denunciaba Freire (si, Freire, para que les siga doliendo); si frente a los libros de texto que apenas reconocen la educación como algo ligado a la vida lanzan anatemas, queman y rompen libros, no queda sino actualizar una vieja consigna contra los fachos y los opresores:

¡NO PASARÁN!

Dejarlos pasar esta vez es invitar al Mieli mexicano a salir del closet en el que todavía se encuentra; es permitir que la retórica de Bolsonaro, Trump y Abascal se expanda. Es convertir a Quadri en un ciudadano excepcional. ¡Eso es lo que buscan, anhelan y persiguen!

No callaremos frente a las contradicciones, los errores, las incoherencias, las mentiras y las limitaciones de la IV T. Nunca lo haremos, porque el ejercicio crítico desbloquea las trampas conceptuales del capital y de la derecha, aun cuando se ponga máscaras de izquierda.

Pero en momentos como los actuales no hay duda alguna, llamamos a combatir en toda la línea a los fascistas, a los ultra-derechosos, a quienes llaman a quemar libros, a quienes mienten sin recato alguno para preservar sus privilegios y continuar las opresiones de todo tipo: de clase, de. género, de corporalidad, de idioma, de región, de etnia, de orientación sexual, de identidad y expresión de género, de capacidades, etc.

A todos ellos y ellas les decimos:

¡NO PASARÁN!

[1] Para que vean que contribuimos aquí a la educación científica, lean un poco a Anne-Fausto Sterling, Cuerpos sexuados, Barcelona: Melusina, 2006.

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