Nadie podría discutir que reconocer a Maestros destacados es un gesto sustantivamente bueno. Mexicanos Primero reconoce la labor de docentes destacados con el Premio ABC.
Según la ONG, este Premio es “es un llamado a la conciencia nacional, queremos que en México a toda la gente se le abran los ojos, se le abra el corazón para que descubran que existen extraordinarios maestros que se han preparado constantemente, que van más allá de su deber típico, que tienen un compromiso muy fuerte, que va desde el cumplimiento del calendario escolar de una forma muy escrupulosa hasta el compromiso con el derecho de sus niños a aprender”
En efecto, tiene razón Mexicanos Primero cuando llama a la conciencia nacional para que la sociedad desvíe su mirada hacia los buenos maestros. Esos Maestros con labor encomiable tradicionalmente no han tenido espacio ni reconocimiento, lo que a mi juicio se traduce en un castigo inmerecido.
Sin embargo, llama la atención esa táctica implícita que utiliza la ONG para dar mediatismo a los 9 maestros galardonados con el Premio ABC 2012.
En el noticiero matutino de Carlos Loret de Mola pasaron notas del plantón que mantienen los estudiantes normalistas de Michoacán así como de las marchas de maestros que se oponen a las reformas que afectan sus intereses. Después de esas notas el reportaje de una Maestra reconocida con el Premio ABC 2012.
Con esa técnica propia del SNTE donde, un pizarrón dividido en dos partes, clasifica a los maestros buenos (del SNTE) y los malos (los de la CNTE) fue utilizada por Mexicanos Primero patrocinado por Televisa.
Usaron el trabajo destacado de una Maestra para, de manera sigilosa, clasificar a los buenos (los reconocidos con el premio ABC) y los malos (normalistas y paristas). Eso –en mi opinión- no lo merecen los Maestros que han sido reconocidos con el Premio ABC. No lo merecen porque lo que menos esperan es un reconocimiento con doble filo.
¿Será no entienden que, reconocer a un Maestro es un momento sublime, único y decoroso?. Nada debiera desvirtuar una acción generosa como -al parecer- lo hace Mexicanos Primero. Si en verdad son ellos, “Maestros de los que Aprendemos”, entonces que así sea. Que su ejemplo se propague con tal, no como una estrategia ramplona para golpear al enemigo.
Por eso, cuando Loret de Mola señala muy ufano en su noticiero que en México “si hay buenos Maestros”, no está descubriendo el hilo negro, lo que no reconoce es que ha faltado honestidad y ética para presentarlos ante la sociedad.