Antes de que diera inicio formalmente el presente ciclo escolar, todos los maestros de este país tuvimos 2 semanas de cursos intensivos, la primera semana revisamos lo que ahora se denomina la Nueva Escuela Mexicana (NEM), que para muchos analistas del tema educativo no existe, y para muchos maestros tampoco. En realidad lo que hicimos en dicha semana fue el análisis de la propuesta que el gobierno federal pretende construir conjuntamente con todos los maestros de México, en lo personal me pareció interesante el proceso, la sensibilización a través de videos, las charlas TED, las diferentes herramientas que utilizamos con miras a ser parte de la construcción de un nuevo modelo educativo. La propia guía de la NEM, lo presenta así:
“La transformación de nuestras escuelas tiene como base la convicción de que todos nuestros esfuerzos deben estar centrados en el aprendizaje y desarrollo integral de niñas, niños, adolescentes y jóvenes. Para que ello suceda es necesario un magisterio orgulloso de su profesión, comprometido y consciente de su papel social; por eso impulsamos acciones específicas para la revaloración del magisterio nacional”
Me parece que en esta parte no hay perder de vista la importancia de que los niños, niñas, adolescentes y jóvenes deben estar siempre al centro de todas las acciones encaminadas a mejorar el proceso educativo y su propio desarrollo, sin embargo, menciona que para que esto suceda es necesario que el maestro se sienta orgulloso de serlo, que se sienta valorado, reconocido y para ello deberán impulsarse acciones específicas desde el gobierno, y es a partir de aquí, en esta última parte donde vale la pena hacer algunos análisis:
Coincido plenamente en la justificación que se hace para establecer nuevas formas de hacer funcionar las escuelas en nuestro país, coincido en que efectivamente revalorar la función de los maestros es parte fundamental en el proceso pretendido, de hecho, el gobierno federal sabe que parte fundamental de que hoy sean gobierno, se lo deben al magisterio en general a través de sus múltiples expresiones organizadas en diversas siglas, los maestros votamos decididamente por nuestro hoy Presidente.
Lo de la revalorización del magisterio no es una ocurrencia, me atrevo a decir que casi de manera generalizada, en el magisterio entendimos que si no nos manifestábamos masivamente en las urnas, la bota que teníamos en el cuello, que fue impuesta con el uso de la fuerza por EPN a través del pacto por México y avalada por los “dirigentes del magisterio institucional”, nunca tendríamos voz en las decisiones que se dieran en materia educativa, parte de la revaloración que el magisterio requiere, es precisamente ser tratados como trabajadores que quieren y pueden opinar acerca de sus condiciones de trabajo, de lo que consideran injusto y de todo aquello que no está funcionando en el Sistema educativo nacional (SEN).
A muchos actores de la política nacional, de los sectores empresariales y representantes de corrientes de pensamiento anacrónicos, les convino un magisterio callado, quieto, amordazado, enseñando orden, disciplina y contemplación, mirando de lejos. Únicamente algunas expresiones como la CNTE mantuvo siempre un frente abierto, disminuido, pero frente al fin, tal vez no coincida en los métodos utilizados por los miembros de la coordinadora, pero en una guerra cada quien lucha como puede y sabe, hoy que vemos la enorme influencia que tienen en la construcción de las leyes educativas y su exigencia a ultranza de la bilateralidad (que ahora parece que será trilateralidad) y que vemos sus rastros por todas partes podemos comprender que saben perfectamente lo que hacen, así como en su momento los sectores empresariales lo hicieron a través del pacto por México, no sé porque andan de persignados, es política, nos guste o no, a veces se gana otras se pierde. En ambos casos la política ha sido un medio para sus fines, que evidentemente son distintos.
Al margen de todo lo anterior están los maestros que miran como se empieza a reconstruir un tejido que parecía muerto, el sindicalismo, para muchos revivir el sindicato es un error, es de todos sabido los excesos que muchos dirigentes sindicales cometieron, y es precisamente por ello la importancia de participar en la democratización de los sindicatos, el gobierno está haciendo su parte, falta que los maestros se interesen en construir el nuevo sindicalismo, mover al elefante reumático y ayudarlo a sacudirse la enfermedad que lo tiene postrado. Los representantes sindicales tendrán voz en las mesas tripartitas que definan los procesos de ingreso, promoción en la función y ascensos en el escalafón, es por ello que los representantes sindicales deben ser personas que defiendan realmente la causa magisterial.
En el escenario actual también he podido observar una nueva generación de maestros que se salen del molde tradicional, investigan, se documentan, escriben, opinan, pero no participan activamente en ninguna expresión, muchas de sus opiniones son acertadas, muchas de ellas vienen cargadas de situaciones personales que le restan objetividad, he leído como se decepcionan ante lo que creían que debía hacerse en materia educativa, no han encontrado la forma de que sus opiniones sean tomadas en cuenta, me parece que, en ellos está el germen de una nueva forma de organización docente, a través de twitter he podido observar que alguno de ellos ya empezó a hablar de formar un Colegio de Maestros, creo que la nueva escuela Mexicana puede llegar a enriquecerse mucho con un cuerpo colegiado que pueda incidir en la construcción de políticas púbicas educativas, pero el tramo para constituirse como actores importantes que incidan en la vida pública es largo y tortuoso, no se desanimen, estoy seguro que en esta nueva forma de gobierno, cabemos todos.
La NEM necesita de todos los actores educativos posibles, para poder constituirse como una posibilidad real donde se den los cambios y transformaciones que se requieren dar en el aula, la escuela y el sistema en su conjunto, para poder brindar un servicio educativo que ponga al centro el aprendizaje de niñas, niños, adolescentes y jóvenes, para finalmente incidir positivamente en la transformación social de nuestro país.
