Por: PAOLA GONZÁLEZ-RUBIO NOVOA*
En el contexto de los foros de Consulta estatales sobre educación que lleva a cabo el equipo de transición, liderado por el próximo secretario de Educación, Esteban Moctezuma, resulta preocupante la ausencia de participación de niñas, niños y jóvenes (NNJ).
De acuerdo con el equipo de transición, el objetivo de los foros es recuperar las opiniones e intereses de los principales actores involucrados en el tema educativo y de ciudadanos en general para dar contenido al Acuerdo Nacional sobre la Educación que se presentará el 1º de diciembre.
En Mexicanos Primero, en nuestro rol como organización de la sociedad civil y centro de investigación de política educativa, hemos observado todos los foros realizados hasta ahora y estado presentes en cuatro, en dos tuvimos la oportunidad de participar como ponentes (Puebla y Sonora).
En todos los foros en los que estuvimos de observadores, la constante ha sido una limitadísima participación de NNJ y la inexistencia de espacios para escuchar su voz.
La participación de niñas, niños y jóvenes en decisiones que son de su interés no es simplemente un buen deseo, es su DERECHO, como estipula la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, y se debe garantizar.
Las NNJ son en sí mismos agentes de cambio de su educación y pueden jugar un papel determinante en la implementación de la política educativa en las escuelas, retroalimentándola, evaluándola y aterrizándola.
Su voz debe ser escuchada, considerada, e incluida en cualquier decisión educativa; y al pensar en espacios para esto, debemos dejar de lado una visión adulto-centrista que podría llevar a mecanismos como los actuales: foros de ponencias y presentaciones.
Promover una participación efectiva de las niñas, niños y jóvenes implica responder a: ¿cómo se plantea la participación para que se relacione directamente con la vida escolar de NNJ?, ¿las NNJ tienen claridad sobre por qué están siendo involucrados y cuáles son las expectativas sobre su participación?, ¿se está considerando a NNJ de una diversidad de contextos y edades?.
¿El lugar, lenguaje y estructura utilizado es “amigable” con NNJ?, ¿los mecanismos de participación promueven que NNJ alcen su voz de manera segura?, ¿cómo se dará retroalimentación a NNJ sobre su participación y cómo ésta impacta el acuerdo final?, ¿cómo se generará una relación de confianza con las y los participantes, entre ellos, y los adultos presentes?
Un ejercicio de esta naturaleza no sólo asegura que se escuchen las inquietudes y propuestas de los principales afectados con las políticas educativas, sino que promueve en ellos un empoderamiento y sentido de ciudadanía desde temprana edad.
Mucho se dice sobre la falta de participación de los maestros en las decisiones que llevaron a las reformas de 2013, pero poco o nada sobre la de NNJ. No cometamos los mismos errores, estamos frente a una gran oportunidad de incluir significativamente a quienes nos debemos.
*Es investigadora en Mexicanos Primero.