Esto dice la SEP en la página 26 de la primera versión de Un Libro sin recetas. 3ª fase:
La información sobre sus alumnos y sus contextos socio-culturales, puede integrarla en su codiseño y usarla como base para el desarrollo de actividades pedagógicas en los diferentes escenarios. Es importante señalar que un nuevo modelo educativo requiere nuevas praxis pedagógicas cuya base sean ideas diferentes, dado que la innovación en los materiales es superflua si ésta no viene acompañada de un pensamiento revolucionario.
Nosotrxs empezaríamos a creerle a la SEP si el párrafo dijera lo siguiente:
…Es importante señalar que un nuevo modelo educativo requiere nuevas praxis pedagógicas cuya base sean ideas diferentes, dado que la innovación en los materiales es superflua si ésta no viene acompañada de un pensamiento y una acción revolucionaria.
Porque…¿cómo está eso de nuevas praxis pedagógicas basadas en formas de contratación inestables, en salarios depauperados, en plazas inexistentes, en grupos abarrotados, en escuelas jodidas, en trabajo realizado no reconocido y menos pagado, en la extensión e intensificación de las jornadas de trabajo, en la precarización docente, en la subordinación total del magisterio a la SEP?
¿Qué extraña revolución en el aula es ésa que pregona la SEP, cuando ni siquiera reconoce la sobrexplotación docente, o peor, la perpetúa a través de la romantización del sacrificio de la vocación? ¿De qué revolución se trata cuando únicamente se reconoce el contexto sociocultural de lxs almnxs pero nunca el contexto institucional ni las condiciones laborales en que trabaja el magisterio?
¿Cuáles son esas ideas diferentes de la SEP cuando continúa profundizando la autonomía de gestión que no es otra cosa que el mantenimiento de las escuelas públicas a costa del financiamiento familiar y/o el exiguo salario de los docentes?
¿Qué revolución de mentiritas es ésa que recurre a una interminable retahíla de citas de autores que la SEP considera progres, para ocultar las prácticas neoliberales efectivas en las escuelas y la incertidumbre institucionalizada mediante las evaluaciones de ese engendro llamado USICAMM?
¿Cómo supone la SEP que los y las maestras contratados por unas cuantas horas semanales y escasas oportunidades de incrementarlas, realizarán los programas analíticos y las planeaciones didácticas? ¿Cómo realizará el magisterio este arduo trabajo de planeación en forma colegiada, sin que se reconozca todo el tiempo no pagado que le dedicarán, y en consecuencia, la intensificación laboral?
Nosotros empezaríamos a creerle a la SEP que quiere una reforma revolucionaria cuando:
- Atienda y resuelva todos los casos de profesores a los que les adeuda su salario.
- Reconozca a los teachers PRONI y docentes de educación especial como lo que son, docentes con los mismos derechos que sus pares.
- Elimine el sistema de “barreras” en que se ha convertido USICAMM
- Mejore las condiciones salariales y materiales de trabajo del magisterio, por ejemplo reducir el número de alumnos por aula, disminuir cargas de trabajo relacionadas con la gestión de información para alimentar el SEN, como es la captura de información en plataformas.
- Modifique las condiciones organizativas de las escuelas, principalmente en secundaria, donde la jornada está completamente fragmentada.
- Contemple tiempo específico pagado, para trabajar colectivamente, respetando las formas que las mismas comunidades escolares se han dado.
- Incremente los recursos públicos para el mantenimiento de la infraestructura escolar.
- Cree condiciones propicias para ejercer el pensamiento crítico empezando por lxs docentes.
- Que las jubilaciones se calculen con base en SM en lugar de UMAS.
En pocas palabras, creeríamos que la SEP inicia una reforma educativa revolucionaria cuando renuncie al control férreo sobre el magisterio mediante medidas administrativas, reconociendo sus saberes, los esfuerzos que realizan las maestras desde abajo, como la rebelión pedagógica que emprendieron durante el confinamiento.
Empezaremos a creer que es revolucionaria el día en que reconozca, respete y les dé lugar a todas las iniciativas pedagógicas que de por sí llevan a cabo los profes desde abajo y no unos dizque expertos o expertas, expertos que se acomodan a cuanta moda pedagógica surge. ¿Se han preguntado dónde estaban esos y esas funcionarias de la SEP en la lucha contra la reforma educativa neoliberal? ¿Se lo han preguntado?
Por eso, nosotrxs insistimos, en que no basta chorear con la revolución, se necesitan acciones revolucionarias… cuando las veamos creeremos en que apenas se inicia la reforma educativa revolucionaria que dice Un Libro sin recetas.
Publicado en Insurgencia Magisterial
