Justicia para el profesor José Manuel

Muchos colegas de la pluma y papel, hemos dado cuenta en diversas columnas sobre la situación que el magisterio está viviendo en estos días.
Maestro José Manuel
FOTO: FACEBOOK UTT

¿Qué necesitaría pasar para que el gobierno o las autoridades educativas federales y estatales volteen la mirada a los terribles y a veces trágicos incidentes que está viviendo el magisterio mexicano en estos días? Fue la pregunta que formulé en mi mente después de conocer del caso del maestro José Manuel N., presuntamente asesinado por uno de sus estudiantes el pasado 4 de julio en el estado de Tlaxcala.

Caray, no habían pasado ni quince días de que escribí y publiqué el texto “Justicia para el profesor Esteban” cuando nuevamente las redes sociales sacudieron al medio educativo con el trágico fallecimiento del profesor José Manuel que impartía clases en la Universidad Tecnológica de Tlaxcala (UTT), así como en el subsistema Cecyte en la misma entidad.

De acuerdo a las indagatorias correspondientes, dadas a conocer a través de diversos medios de comunicación de ese estado y otros a nivel nacional, se sabe que el pasado 4 de julio el estudiante, después de discutir con el profesor, lo golpeó con un objeto hasta dejarlo sin vida. Después de tal hecho, la madre del joven le aconsejó que se deshiciera del cuerpo tirándolo en una barranca y para ello se trasladó a la comunidad de San Isidro Buensuceso en el municipio de San Pablo del Monte, Tlax. Acto seguido, hijo y madre prendieron fuego a las pertenencias del docente, así como a su vehículo.

Como era de esperarse, tales atrocidades salieron a la luz derivado de la denuncia que interpusieron los familiares del profesor y de la búsqueda incansable de amigos, docentes y alumnos pues, desde su desaparición, las redes sociales y otros medios de comunicación golpearon con fuerza en diversos escenarios. Días más tarde, el cuerpo del maestro fue hallado en la referida barranca y, tanto el alumno como su madre, presuntos implicados en su asesinato, fueron detenidos. Se espera que se defina su situación jurídica el próximo 15 de julio.

Obviamente que tales hechos conmocionaron no solo a los habitantes del estado de Tlaxcala, sino a buena parte de la sociedad mexicana. ¿Cómo es posible que un docente de 37 años de edad y otros tantos más de servicio pierda la vida en manos de un estudiante?, ¿qué tendría que pasar para que las autoridades hagan algo y en verdad se den cuenta de que hoy día ser docente representa ya un peligro?, ¿hasta cuando estas autoridades dejarán de simular y harán su trabajo para poner en su lugar a muchos padres de familia en virtud del empoderamiento que les ha sido otorgado?, ¿hasta cuándo la sociedad y, particularmente padres de familia, reflexionaremos sobre la terribles consecuencias de no educar a nuestros hijos?, ¿HASTA CUÁNDO EL DOCENTE PAGARÁ POR NUESTRA INCAPACIDAD PARA ASUMIR LA RESPONSABILIDAD QUE NOS CORERSPONDE COMO PADRES DE FAMILIA?

Después de este trágico hecho, tanto el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Secciones 31 y 55, así como autoridades de la Secretaría de Educación Pública de la entidad Tlaxcalteca, ofrecieron sendos comunicados o ruedas de prensa. Los primeros, para manifestar su consternación y exigir a las autoridades justicia para el profesor aplicando todo el peso de la ley hacia los responsables. ¡Qué cinismo! De unos años para acá, las denuncias públicas de amenazas a los trabajadores de la educación en el estado se han manifestado y poco o nada han hecho, por el contrario, han dejado en estado de indefensión al trabajador que ha sido agredido dadas las negociaciones que establecen estos “representantes sindicales” con la autoridad educativa o gubernamental. Por lo que respecta a los segundos, es decir, a las autoridades educativas, el mismo Secretario de Educación en la entidad, manifestó que en lo que va de este año, 90 docentes han sido agredidos en sus espacios escolares; sí se leyó bien: 90 docentes. Obviamente que, en una intentona por calmar las aguas revueltas en el magisterio tlaxcalteca, anunció que se va enviar una iniciativa al legislativo del estado que desde hace 2 años se venía preparando, pero que no se había enviado por diversas circunstancias. Discúlpese mi expresión, pero en algunos pueblos se expresa un refrán muy popular que a la letra dice: “ahogado el niño a tapar el pozo”. ¿Por qué si ya se tenía una iniciativa desde hace dos años no se había enviado para consideración de los legisladores?, ¿90 docentes agredidos en lo que va de este año y tuvo que pasar una tragedia para que se intente hacer algo? En fin.

Desde hace algunos años se ha observado un incremento de la violencia hacia las y los docentes de todo México. Me parece increíble que las autoridades educativas y/o secretarios generales del SNTE apenas se den cuenta de tales agravios hacia quien siempre había representado un respeto y hasta admiración en la sociedad mexicana.

Muchos colegas de la pluma y papel, hemos dado cuenta en diversas columnas sobre la situación que el magisterio está viviendo en estos días. Vaya, por lo que a mí respecta, no recuerdo cuántos artículos de opinión he escrito sobre este tema, y bueno, como docente frente a grupo, también he vivido en carne propia estos agravios que me han llevado a interponer algunas denuncias ante las autoridades competentes por amenazas que atentan contra mi vida. Desde luego, poco o nada ha sucedido por parte de éstas, pero bueno, aquí seguimos.

No niego (sería absurdo e irrespetuoso no hacerlo), que en el gremio magisterial se encuentra de todo; trabajadores y trabajadores que por ningún motivo tendrían que estar frente a un grupo de estudiantes o en alguna escuela, sin embargo, con sus raras excepciones, se sabe que muchas veces estos son los protegidos del sindicato o de las autoridades educativas. Repito: ¿Qué otra cosa tiene que pasar para que dichas autoridades y/o sindicatos hagan su trabajo?

Es trágica la muerte del profesor José Manuel o “Josma” como sus familiares, amigos y alumnos le conocían. El grito de justicia es un grito que debería y debe retumbar con fuerza en todo el Sistema Educativo.

De ninguna manera puede ya justificarse y, mucho menos solaparse las agresiones violentas de las que están siendo objeto las y los maestros, tanto por estudiantes como por padres de familia o autoridades de distintos órdenes.

¡Exigir justicia para el profesor Josma es un ya basta!

Espero que la marcha convocada para este 14 de julio en la entidad tlaxcalteca, no sea una pasarela donde el protagonismo de los “líderes sindicales” o de ciertas “autoridades” sea mayúsculo. Espero que, tanto el gobierno del estado como de las autoridades educativas tlaxcaltecas no minimicen tal expresión y por fin hagan su trabajo, porque, como alguien alguna vez expresó: si no pueden con el cargo, renuncien.

Personalmente han sido días difíciles, sin embargo, ruego por el eterno descanso del profesor José Manuel y, desde este espacio, expreso mi más sentido pésame a sus familiares, amigos y alumnos.

El magisterio tlaxcalteca está de luto.

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