The Brookings Institution (www.brookings.edu), cuya sede se encuentra en Washington, DC, es una organización sin fines de lucro que se dedica a la investigación y solución en materia de políticas públicas. Con este fin, su Centro para la Educación Universal realizó el estudio Habilidades para un Mundo Cambiante, en el que participaron cuatro países: Kenia, Filipinas, México y Sudáfrica. La inclusión de estos cuatro países se debe a que recientemente han extendido los años de la educación obligatoria o, bien, a que en sus currículos se han incorporado las “habilidades del siglo XXI”.
El proyecto consistió, básicamente, en entrevistar a padres de familia, miembros de la comunidad, docentes, formadores de maestros y personal del ámbito de la administración educativa que respondieron a dos preguntas: 1) ¿cuáles son las habilidades que se asocian con una persona exitosa? y 2) ¿cuáles son las habilidades importantes que deben desarrollar los niños y los estudiantes? Los resultados del estudio para el caso de nuestro país se publicaron en el documento Habilidades para un Mundo Cambiante: Estudio de Caso en México.
En cuanto a la primera pregunta, los hallazgos de mayor importancia se pueden resumir en los siguientes cinco puntos. Primero, casi todos los grupos señalaron la necesidad de que el alumno adquiera una amplia gama de habilidades para tener éxito en la escuela, en su vida adulta y en el empleo; asimismo, de manera generalizada mencionaron la imaginación, la creatividad y la felicidad como “habilidades” que deben desarrollarse. Segundo, los padres de familia enfatizaron la importancia que tienen las habilidades socioemocionales, tanto de índole intrapersonal (como la autoestima, autorregulación y autoconciencia) como de carácter intrapersonal (como la comunicación, empatía, respeto y sociabilidad).
Tercero, los maestros de educación secundaria, los formadores de docentes, los líderes de opinión y los formuladores de políticas públicas consideraron muy importantes las habilidades en materia de pensamiento crítico y de resolución de problemas; sin embargo, estas habilidades no fueron mencionadas por el resto de los grupos entrevistados. Cuarto, únicamente los formadores de docentes hicieron referencia al uso de tecnologías. Quinto, ningún grupo señaló como necesarias las habilidades cognitivas tradicionales como la lectura, la escritura y la matemática.
Por otro lado, la segunda pregunta del estudio indagó acerca de las habilidades que deberían enseñarse en la actualidad en los centros escolares. Es interesante hacer notar que los padres de familia enfatizaron la necesidad de desarrollar en los estudiantes las habilidades de tipo cognitivo, mientras que restaron importancia a la enseñanza de las habilidades socioemocionales al considerarlas como innatas y no susceptibles de enseñarse en las escuelas.
Por su parte, los docentes identificaron las habilidades socioemocionales que deben enseñarse en los diferentes niveles escolares. Por ejemplo, los maestros de primaria hicieron hincapié en la habilidad de aprender a convivir, en tanto que los docentes de secundaria subrayaron la habilidad de la resolución de conflictos intrapersonales. En general, el trabajo en equipo se señaló como una habilidad clave que debe enseñarse en la escuela.
El estudio también señala que ha habido una desconexión importante entre lo que se enseña en la escuela y lo que exige el mercado laboral debido, principalmente, a la falta de mecanismos efectivos entre los sectores educativo y productivo. Igualmente, se reconoce que, si bien ha habido un aumento en el acceso a la escolarización, persisten muchos rezagos de aprendizaje en los estudiantes de estratos socioeconómicos bajos, de zonas rurales y de grupos marginalizados, en particular de los indígenas.
Finalmente, las personas entrevistadas señalaron que muchas de las habilidades antes mencionadas pueden adquirirse también en entornos pedagógicos informales; el hogar figuró como el más importante, pero además se identificaron como posibles ambientes de aprendizaje a los parques, las calles y la comunidad. A la televisión y a otros medios de comunicación se les identificó como elementos que pueden generar influencias positivas y negativas en la adquisición de estas habilidades.
Fue publicado en El Universal