En breve, el Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación (SNTE) presentará a la autoridad educativa el pliego general de demandas, el cual contiene las (supuestas) necesidades de sus agremiados.
Será la tercera ocasión bajo el principio de Negociación Nacional Única, en el marco de la Ley de Coordinación Fiscal.
Considero y hay expresarlo a todo pulmón que, aunque los liderazgos del SNTE encabezados por Juan Díaz de la Torre quieran presentar al organismo sindical como modelo de transparencia, la verdad es que la opacidad ha sido la principal característica que lo distingue.
Existe una premisa bastante arraigada no solo en el SNTE, sino en la vida sindical del País, en donde los agremiados son los últimos que se enteran del contenido del pliego de demandas en el cual se exigen sus más básicas necesidades laborales.
Los líderes sindicales han pasado de la representación laboral, a la brutal dominación, que margina a sus agremiados de cuestiones tan elementales como el conocimiento, ya no se diga elaboración, de un pliego de demandas que presentarán a la parte patronal.
En el caso del SNTE, cada año se forma una comisión que se encarga de integrar las demandas de los trabajadores de la educación de todas las secciones sindicales del País, sin embargo, ¿algún maestro tiene idea de cómo se integra dicha comisión? es más, ¿saben los trabajadores de la educación cómo y cuándo recogieron las secciones sindicales sus necesidades laborales?
Nadie lo sabe, sencillamente nos engañan. Y digo nos engañan porque soy maestro y me indigna que desde el cuerpo gobernante del SNTE se presuma con falsa vanagloria que, en la negociación salarial 2016, se buscará “la mejor alternativa para hacer evidentes los reclamos, las aspiraciones, sobre todo las necesidades de los trabajadores en términos de su remuneración” (comunicado SNTE 16 de febrero de 2016)
Pregunto: ¿cuáles reclamos? ¿cuáles aspiraciones? ¿qué necesidades?…¿fueron expresadas por los trabajadores de la educación?
Pienso entonces que llegó el momento de que los trabajadores del servicio educativo, pilares que sostienen al SNTE, comencemos a exigir a las secciones sindicales participación activa y democrática en la construcción de los pliegos generales de demandas.
Es impostergable pasar de los pliegos elaborados desde la cúpula del SNTE, a los pliegos más de carne y hueso, es decir, los que expresen con mayor nitidez las verdaderas necesidades laborales de los agremiados.
