La comisionada de la Junta Directiva de la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu), Etelvina Sandoval Flores, consideró que el camino recorrido en nuestro país ha mostrado que la mejora de la educación no puede darse por prescripción externa ni omitir la participación del magisterio y las diversidades que entrecruzan las trayectorias educativas de niñas, niños y jóvenes.
Por ello, destacó que es necesario establecer políticas educativas —como la actual— que se orienten hacia la mejora educativa, garanticen la participación del magisterio, recuperen el prestigio profesional de la docencia y reconozcan las condiciones de los educandos.
En su conferencia Los retos del profesorado para la apropiación del Plan de Estudios para la Educación Básica 2022, la funcionaria expresó que se trata de políticas que ayuden a movilizar la capacidad interna del cambio desde las escuelas y los docentes; apelen por un currículum flexible; una cultura de la responsabilidad dentro de las escuelas y el colectivo docente, y apuesten por un cambio sostenible.
Como parte del evento Diálogos por la profesionalización docente —enmarcado en la Estrategia Nacional para difundir el mapa curricular y la reforma educativa— Sandoval Flores se reunió de manera previa con el secretario de Educación y Cultura de Colima, Adolfo Núñez González.
Durante su conferencia —dictada en compañía de María Elena García Rivera, directora del Instituto Superior de Educación Normal del Estado de Colima (ISENCO), y de personal docente y directivo de la entidad— señaló que la Nueva Escuela Mexicana implica un cambio de paradigma profundo que concibe a la educación desde una perspectiva integral; a la escuela como un centro de aprendizaje que dialoga con la comunidad; al currículo como un documento que se enriquece con la reflexión y la participación del magisterio; a los educandos como sujetos de derecho a la educación y a los docentes como profesionales de la transformación educativa.
Lo anterior, dijo, implica movilizar saberes docentes que permitan reflexionar sobre las prácticas existentes y construir versiones situadas y alternativas que hagan garante el derecho a la educación de niñas, niños y adolescentes, y que marquen la ruta para la construcción de nuevos escenarios de transformación educativa.
“Estos aspectos no se dan por decreto, son parte de procesos de apropiación progresivos, situados y diferenciales donde se ponen en juego saberes, conocimientos y experiencias”, señaló.
Consideró que el Plan de Estudios 2022 implica ir de la acción individual y competitiva a la colectiva y colaborativa; de la centralización curricular a la descentralización; de un alumno y docente homogéneos al reconocimiento de la diversidad; de la formación disciplinaria a la formación integral; de la escuela bancaria al modelo dialógico; de la evaluación sumativa a la evaluación formativa, y de la formación en cascada a la formación docente situada.
Al referirse a los desafíos para la apropiación del Plan de Estudios 2022, señaló que es necesario transitar hacia una formación situada que tome como centro las prácticas docentes y reafirme el sentido intelectual, profesional y humano de la docencia.
Por último, Sandoval Flores apuntó que para concretar esta transformación es propicio fortalecer la figura directiva y los cuerpos técnicos de formación de las secretarías de educación estatales, para que junto con el magisterio trabajen en la definición de los ejes pedagógicos que orienten la educación del país.