El nuevo modelo educativo entrará en vigor este próximo ciclo escolar 2018-2019; prácticamente estamos a unos meses. El planteamiento pedagógico- quizá débil y poco sólido- que se plasma en este documento, expresa el rumbo y las acciones que se deben de emprender en la educación, cuestión no menor. En el documento se señalan cinco ejes: 1) planteamiento curricular, 2) la escuela al centro del sistema educativo nacional, 3) la formación y desarrollo profesional docente, 4) inclusión y equidad y, 5) la gobernanza del sistema educativo. A partir de estos elementos se pretende reorganizar el sistema educativo nacional, con la finalidad de que los niños y niñas puedan responder de forma pertinente a las demandas del siglo XXI. En el presente escrito se recupera el aspecto del planteamiento curricular, en relación al desarrollo de los aprendizajes clave. Es necesario hacer una reflexión acerca de qué tan claves son los aprendizajes clave, para ello, se advierten tres aspectos:
a) Los aprendizajes clave: entre el tiempo de política educativa y la coyuntura electoral. Parece que los aprendizajes clave serían fundamentales y necesarios. La selección de contenidos y el desarrollo de los aprendizajes clave es algo que se tuvo que poner a discusión en los primeros momentos en los que se impulsó la reforma educativa. No lo hicieron, quizá con estas acciones queda claro que la prioridad no era comenzar con un planteamiento pedagógico, sino laboral y administrativo. Lo pedagógico pudo pensarse distinto, probablemente como lo primero que se tendría que poner a discusión. Quizá, no pensar en términos de subordinar lo pedagógico a lo laboral. Prácticamente, a la política educativa le ganó el tiempo. No es congruente que, en la fase final de la administración actual, se implemente una cuestión central y fundamental en la educación: lo pedagógico. Hay un desfase importante en la política educativa, que hoy se articula de forma interesante con la coyuntura electoral. Aquí la cuestión es, que parece que las acciones que se generen en torno al nuevo modelo educativo y a otras más, van a ser proyecto de botín electoral. La incertidumbre es inevitable, la forma en cómo continuará la reforma educativa será lo que se tendrá que seguir. Derogarla, puede ser un discurso, hacerlo real, parece no ser tan sencillo. Convertir a la política educativa en proyecto político con tintes de aspiración presidencial; sí, puede ser lo viable. En suma, la política educativa es clave, no en cuanto a planteamiento pedagógico; sí, en cuanto coyuntura y acción política.
b) El SNTE, promotor y difusor clave del modelo educativo. El SNTE es un interlocutor necesario y clave para las acciones de política educativa; la SEP, lo sabe. Muestra de ello es que la SEP, entregó al SNTE en 2017 la cantidad de 400 millones de pesos para impulsar el nuevo modelo educativo. El SNTE contó con la libertad para establecer las estrategias que considere convenientes para difundir y promover el nuevo modelo educativo a través del programa entre sus agremiados y fomentar la participación del personal de supervisión, director, asesor técnico pedagógico y docente (La jornada, 10 de enero del 2018). Al colocar la partida destinada al Programa Nacional de Apoyo al Modelo Educativo, en manos del SNTE, las cuestiones parecen no ser tan claras. Incluso, Laura Poy Solano, en la misma nota periodística de la jornada que se cita, lo refiere. Al mencionar que el SNTE tiene el poder de decidir en qué se gasta la partida, lo cual podía ir desde el pago de cursos y talleres, hasta el pago de viáticos. Parece que colocar al SNTE, como un actor clave para la difusión e impulso del modelo educativo, no fue la mejor opción en términos de transparencia, rendición de cuentas y del marco pedagógico; pues parece que el margen de actuación es muy amplio, quizá ambicioso, no apto para este tipo de actores. El hecho de que fuera el SNTE el que definiera el uso de los recursos y determinara las acciones a seguir, es una estrategia política centralista para determinados fines, donde los medios- SNTE- son importantes, y no, una estrategia democrática y participativa; como pudiese mirarse, bajo otro ángulo. En síntesis, los aprendizajes claves que se impulsan a través del modelo educativo son claves en términos políticos y financieros, pero en asuntos pedagógicos se advierte otra cuestión, quizá menos sólida e incongruente. La participación de otros actores y en ciertas condiciones- en apariencia- en la política educativa; no la hace más democrática, al contrario, hace más visible su simulación y cinismo.
c) En los aprendizajes clave se identifica la debilidad en las estrategias didácticas, más no se profundiza. Un punto importante en el nuevo modelo educativo y en específico en los aprendizajes clave, es que identifica ciertas carencias en los docentes al momento de desarrollar su práctica. Sin duda alguna, es un punto clave e importante de trabajar y reflexionar. La cuestión es que no se trabaja con políticas de acompañamiento serias y de impacto para los docentes. Por ejemplo, ahora a los docentes de educación básica se les invitó- voluntariamente a fuerzas- a participar en un curso que ofrece en línea la SEP. La situación es que estos cursos corren el riesgo de caer en una simulación, pues los docentes pueden o no ser ellos quienes aprovechen o desarrollen el curso, como pasó con las evidencias en la evaluación al desempeño docente, según el INEE. Además, parece, que los docentes necesitan, que precisamente se trabaje con el cómo enseñar, pero no mediante esos mecanismos. Es importante que los docentes se apropien de herramientas que coadyuven a la mejora de su práctica docente, con mecanismos que propicien la verdadera reflexión y crítica de su práctica, de lo contrario será pura simulación.
Los aprendizajes clave, no pueden ser clave, porque sólo son tratados como fundamentales y necesarios en términos políticos, no pedagógicos. Esa es la cuestión. Así no se puede. En suma, los aprendizajes clave… ni tan clave. O clave para qué o para quién.
