No es una pregunta ingenua, tampoco absurda. Ojalá nos moviéramos en un esquema donde este cuestionamiento no fuera pertinente. Lamentablemente, es necesario preguntarlo. Parece que, en estos tiempos de reflexión, es relevante cuestionarse sobre el tránsito de la educación. Precisamente, en este gobierno, la reforma educativa tomó una posición y una figura importante, lástima, que sólo dibujaron mediática y políticamente un dibujo mal trazado o con trazos muy tenues. Lo que vemos en la educación y que preocupa mucho, es que percibimos a la educación circunscrita a lo político y a lo electoral, poco a lo pedagógico, lo que sería fundamental y necesario. En este sentido, mencionaré algunos puntos que nos puedan hacer reflexionar acerca de a quién le importa la educación y cual parece ser el rumbo.
a) Uno de los primeros personajes que se nos viene a la mente, es el exsecretario de Educación Pública, Aurelio Nuño, quien siempre apareció en los medios de comunicación como un dirigente “preocupado” por la educación, cuestión que hizo valer en múltiples ocasiones en sus discursos, a través de señalar de manera reiterada, la política de evaluación hacia los docentes, el alma de la reforma educativa. La reforma educativa era la base para avanzar hacia la anhelada calidad educativa. Sin embargo, los tiempos pedagógicos no se sincronizan con los tiempos políticos y electorales. Las elecciones están en puerta, lo educativo, pasó a segundo plano-bueno, nunca fue el primero-, el deseo por el poder, el privilegio y la ambición están por encima de lo deseable para los ciudadanos. Una vez más, lo pedagógico se subordina a lo político. Aurelio Nuño, el actual coordinador de la campaña de José Mead, no le importó la educación, no le interesó la educación de los niños y niñas de México. Le interesa mantener una situación de privilegio y de poder, por eso dejó la secretaría y se fue. No tuvo un serio compromiso con la educación, no es una gente ética. Sin embargo, a los docentes, sí les pide que laboren con ética, incluso se les evalúa a través de este criterio. En pocas palabras, la educación no le interesa al exsecretario.
b) La educación tiene que ser un aspecto que brinde mejores oportunidades a los niños, niñas y jóvenes. El ámbito educativo es el espacio importante para que los jóvenes puedan construir las bases de un mundo mejor, no se pueden acotar esos lugares. No podemos permitir que más jóvenes, como es el caso de José Luis, “el pirata de culiacán”, estén infiltrados en situaciones de riesgo importantes. Es muy triste que muchos de los jóvenes se construyan una identidad basada en la narcocultura, donde sus expectativas están en relación con este tipo de prácticas y, no precisamente, con prácticas educativas. Parece que la educación tiene una gran tarea y un reto formidable. No podemos cerrar los espacios educativos a los jóvenes, se tienen que crear más espacios para atraerlos. Las políticas públicas que se emprendan tienen que ser serias, comprometidas y con visión. La educación tiene que ser un escenario importante y promover cuestiones interesantes, tiene que preocuparse por las opciones de empleo. Sobre estas cuestiones tienen que trabajar nuestras autoridades educativas, pero de forma seria, con sentido. No es justo que esto no les interese a nuestras autoridades. Las faltas de oportunidades en educación y empleo no pueden seguir siendo factores para que los jóvenes tomen caminos de riesgo. La educación tiene que ser una oportunidad de “vida”, no un obstáculo.
c) Se empiezan a alistar “las mágicas alianzas políticas”. Casi de manera paralela, se anuncian dos cuestiones, por un lado, que el PRI y el Panal van juntos a las elecciones del 2018 y, por otro lado, se le concede la prisión domiciliaria a la exlideresa del Sindicato Nacional para Trabajadores de la Educación (SNTE), Elba Esther Gordillo ¿una negociación política? lo que parece más acertado. Lo que se pretende ilustrar con ello, es que la educación parece no interesar ni autoridades ni a políticos, lo que importa es crear coaliciones fuertes con personajes emblemáticos, que puedan coadyuvar a mantener en el poder al grupo hegemónico. No importa el tipo de negociación que se tenga que hacer, ni con quien. Es lo de menos, incluso son buenos negociadores y saben cómo mover las fichas en el ajedrez. Esto es una cuestión muy importante, pues parece que una vez más la reforma educativa, no se consolidará. A la educación le llegaron los tiempos electorales, con ello las alianzas y el cinismo de las prácticas políticas depredadores. Con todas estas “rarezas” es que el 2018 nos espera. Un próximo año, donde Don dinero, jugará sus mejores juegos.
En fin, así está el panorama en el ámbito educativo. En la educación no se trabaja para la educación, no se trabaja para los niños, niñas y jóvenes. En la educación se trabaja para la política y para mantener el privilegio del grupo hegemónico. Es un descaro y un cinismo. A ellos, no les importa la educación. Qué lamentable. Pedimos lo justo. Autoridades y políticos: hagan lo que les corresponde en términos educativos.
Los dejo con esto que aparece en el texto de Alicia en el país de las maravillas: “Si cada uno se ocupará de sus asuntos, el mundo giraría mucho mejor y con menos pérdida de tiempo”.