México desde hace mucho se ha convertido en el país de las maravillas, pero sin Alicia. Es una tragicomedia donde el rico humilla al pobre sin que aparezca el redentor o por lo menos un “chapulín colorado” con escuetas intenciones de hacerle justicia. Nuestro país se desangra, se corrompe en todos y cada uno de los ámbitos sociales. Muy pocos espacios aún resisten la mancha infecciosa de la descomposición social.
La SEP padece de un cáncer que la carcome, y su principal tumor lamentablemente es el mismísimo Secretario de Educación. Hasta el momento no ha habido cura, solo paliativos, ineficaces retrovirales que solo causan enojo a la gran mayoría de los docentes, mismos que cada vez se convencen que en casos como estos lo más viable y compasivo sería aplicar la eutanasia.
Si, lamentablemente la Secretaría de Educación atraviesa un momento muy álgido, todo lo contrario al pronóstico gubernamental. La Secretaría ha mostrado hoy, más que ayer, su precario compromiso con los objetivos educativos nacionales; solo copia y mal edita sus responsabilidades pedagógicas, manipulando preceptos legales al antojo administrativo del vaivén político.
No es de esa manera que la situación educativa nacional dejará de ser un lastre mundial, y uno de los más grandes errores del mexicano en general es todavía conformarse con la limosna presupuestal que llega a cada uno de los centros escolares (muchos hay a los que no les llega nada). Es por eso que no habrá mejoría significativa que refleje los efectos de la vanagloriosa “Reforma Educativa” (Que en realidad es una Reforma Laboral Docente, como se le ha llamado popularmente).
La desigualdad e inequidad educativa si son factores reales y trascendentes que han creado grietas y cercos muy parecidos a los campos de concentración nazi, esos creados durante las décadas de 1930 y 1940, donde los dirigentes nazis alemanes encarcelaron a judíos, gitanos, homosexuales, comunistas, eslavos y otros grupos. ¿Por qué hago ésta comparación figurativa? Debido a que hay alumnos que viven en condiciones de miseria, medios de desarrollo nocivo desde su origen, zonas donde los planes y programas educativos parecen un mal chiste; El país está dividido y ha clasificado a sus habitantes, dando a cada uno lo que merece según la perspectiva del gobierno en turno.
No solo es la muestra propagandística de los comerciales, ni los discursos presidenciales que argumentan bienestar y progreso, no aquellos boletines y conferencias de prensa anunciando sanciones y castigo; no es solo ese el México que existe.
Por lo pronto, preparémonos para las pruebas… (Como si fueran las Plagas de Egipto).