Actualmente no podemos perder de vista lo que acontece en el ámbito educativo nacional, a raíz de la pandemia por Covid-19. Desde el mes de marzo, las estrategias educativas, en el nivel básico, se han mostrado oscuras e imprecisas. La educación ha vivido sus episodios más desamparados desde hace ya algunas décadas, la comunicación por parte de la Secretaria de Educación Pública ha provocado incertidumbre en la población. Si bien no es un mal reciente, se ha intensificado con la escasa respuesta hacia un sinfín de interrogantes, que aún no tienen respuesta.
También es verdad que la contingencia sanitaria ha sido un reto global que ha puesto a prueba los sistemas educativos de las diversas naciones, aceptando algunas de ellas, que no se estaba preparado para afrontar esta situación de dicha naturaleza. Además de acotar que, los intereses políticos no pueden estar por encima de las vidas humanas tal como lo mencionó Angela Merkel, Canciller federal de Alemania ante el Parlamento Europeo: “La pandemia no puede ser combatida con mentiras y desinformación, ni tampoco con odio y disturbios. El populismo que niega los hechos está mostrando sus límites. Una democracia necesita verdad y transparencia”.
Sin embargo en nuestro país, el Presidente López Obrador ha desestimado las normas y medidas preventivas impuestas por su propio aparatado de salud. Tal es el caso que el 22 de marzo comentará: “Yo les voy a decir cuando no salgan, pero si pueden y tienen posibilidad económica, sigan llevando a la familia comer, a los restaurantes, a las fondas porque eso es fortalecer la economía”. Lo anterior cuando ya se tenía indicaciones de un futuro confinamiento.
Otra acción desafortunada. El 19 de abril, un día antes de entrar a clases posterior al periodo vacacional de “semana santa”, el Presidente mencionó: “De acuerdo a nuestros técnicos vamos a poder salir de la gravedad”.
Por último y para terminar con esta breve cronología, el 3 de junio Andrés Manuel López Obrador, en plena pandemia, dio el banderazo de inicio del segundo tramo de la construcción del Tren Maya, que es uno de sus grande proyectos. Esto a pesar de contar con 11,729 muertes y sobrepasar los 100,000 casos confirmados.
El 29 de mayo, la SEP daba a conocer la Estrategia de Regreso a Clases Escalonada en caso de semáforo verde, en donde la capacitación y CTE Fase Intensiva iniciarían a partir del 20 de julio, “sanitización” de la infraestructura escolar e inscripciones el 3 de agosto y regreso a clases el 10 del mismo mes. Los planes se vinieron abajo con una realidad de casi medio millón de casos confirmados y 46,688 fallecidos y 688 en las últimas 24 horas.
Se llevó acabo un Taller “virtual” con duración de cinco días sobre diversas temáticas enfocadas a un posible regreso a clases y a la reflexión de los docentes en estos tiempos complicados, acciones que se vieron opacadas con el anuncio de que el 3 de agosto se daría, nuevamente, la estrategia de regreso a clases.
Fue así como el Presidente acompañado del Secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma Barragán y empresarios de las cadenas televisoras mas importantes de México, anunciaba que no existían condiciones sanitarias para regresar de manera presencial a las aulas, por lo tanto, el 24 de agosto se regresaría a clases a distancia por medio de la Televisión, advirtiendo que los programas tendrían valor curricular, organizados en una parrilla de programas que a su vez contendrán los contendidos educativos.
En algún momento la televisión abierta en México fue responsabilizada y criticada por ofrecer contenidos sin calidad y de desinformación. El mismo Presidente en uno de sus tantos actos públicos, mencionaba: “Televisa es la fábrica más grande de producción de mentiras de México”, a lo cual cambió de discurso después de anunciar el regreso a clases por: “Les adelanto que no son propósitos de lucro, a lo que quiero agradecer a las televisoras, porque lo que se les va a pagar es para los gastos de operación, adelanto también de que se trata de la cuota mínima, no es tarifa política, no es tarifa gubernamental , no es tarifa comercial, es tarifa social”.
Con esto se establece que la televisión puede ser un recurso más para la educación a distancia, pero los intereses políticos hacen cambiar ideas acorde a los tiempos convenientes.
Por otro lado, el anuncio de la “teleducación” con bombo y platillos, no evita pensar que el verdadero reto de la educación en “tiempos de pandemia” es la de capacitar a los docentes en el uso de las TIC, el diseño instruccional, manejo de plataformas, metodología de E-Learning, entre otros, ya que la mayoría de los docentes no tienen la formación en estos aspectos de la enseñanza a distancia.
Históricamente la actualización y formación docente, carece de elementos para transformar la práctica docente dentro de las aulas. ¿Qué nos hace pensar que los maestros saben trabajar con una computadora, internet y alumnos virtuales?
Agregamos otro aspecto fundamental para la educación en este periodo de confinamiento y vulnerable a la salud, es la cobertura y acceso a internet. Ya no hablemos de equipos de cómputo o digitales que también es otro factor que impera para el desarrollo de la educación a distancia, pues en México cerca del 88% de la población (no del territorio) tiene cobertura, es decir tiene conexión a una red. También hay brechas de acceso, ya que 30% de quienes no pueden conectarse a internet no pueden hacerlo porque no tienen recursos y sólo 2% no pueden usarlo porque no tienen cobertura (fuente El Economista, 2019), por lo que los gobiernos municipales y estatales tienen la misión de crear alianzas público-privada como herramientas efectivas para el cierre de la brecha
En ese sentido, resultó más sencillo firmar un convenio por 450 mdp (El Financiero https://www.elfinanciero.com.mx/nacional/la-sep-pagara-450-mdp-a-televisoras-por-servicios-para-el-programa-aprende-en-casa) con las televisoras por servicios del programa “Aprende en casa”, que capacitar a los docentes en el uso de Tecnologías para la comunicación e información, expandir la cobertura y acceso a internet de la población y territorio mexicano.
Menciona Eduardo Andere, “México no está listo para una estrategia nacional e inmediata de educación a distancia. Según dicho diagnóstico, con datos para el 2019, 43% de los hogares de México carecía de conexión a internet; solo el 43% de la población de seis años o más era usuario de computadora, 70% de internet y 75% de telefonía móvil. De estos últimos 10.9% o sea 9.5 millones de personas, carecía de equipo con capacidad para procesar datos. En áreas rurales la situación era mucho peor. Además, casi la mitad de la población rural que tiene acceso a computadoras lo hace fuera del hogar, con el “Quédate en casa”, esa población quedaría más marginada”.
Actualmente los procesos del sistema Educativo Nacional se encuentran bajo la sombra de una comunicación atónita por la falta de contacto físico y cero experiencia por la contingencia. La desnutrida capacitación docentes que año con año se da está expuesta por la “calidad” que se pretende por la vía del internet. Las inscripciones serán un dolor de cabeza para los padres de familia y alumnos que necesiten un espacio para continuar sus estudios cerca de sus domicilios. Los resultados educativos tendrán que ser medidos, pues la estrategia de la televisión tampoco contempla la educación contextualizada que tanto se ha solicitado. Los edificios escolares abandonados bajo el mínimo esfuerzo de las autoridades locales para salvaguardar los bienes muebles e inmuebles.
Las habilidades socioemocionales que no se practican o que se desvanecen bajo la violencia familiar y de género que se vive a diario en algunos hogares. El trabajo docente abandonado y sin rumbo, pues los docentes hacen lo que pueden por sacar a delante los procesos administrativos y didácticos. Estrategias inexistentes para abatir el abandono y rezago escolar, la invisibilidad de los alumnos con barreras de aprendizaje y una serie de necesidades, problemáticas y situaciones que a los políticos parece no interesar, ya que existen asuntos más importantes que atender como las próximas elecciones y mantener el número de simpatizantes electorales.