Maestro, a ti, ¿cómo te fue con la evaluación? Y no me refiero a la numérica, a la cuantitativa, a aquella que tuviste que hacer tú con una pasión y una gran entrega para darla a conocer a tus alumnos y sus papás en estos días.
Me refiero y enfoco más en tu evaluación; en la personal, la que sale de tu corazón y que tú solo conoces; a la evaluación de la virtualidad y la fatiga que va generando el paso de los días, la evaluación de corazón a corazón, la visualización de lo realzado y lo vivido.
Cuántos dieces obtuviste por tu invaluable apoyo durante este primer trimestre virtual; cuántas menciones honoríficas por el espléndido camino andado; cuántos reconocimientos por las tardes y noches en vela preparando los materiales, las planeaciones, las clases virtuales, los ejercicios de Classroom, las evaluaciones especiales, el audiocuento, la presentación especial, las frases bonitas, los videos animados y con sonido, los ejercicios divertidos, las explicaciones breves pero fáciles de entender, las operaciones matemáticas, los juegos compartidos, etcétera, etcétera…
Cuántas sonrisas has recibido por el conocimiento entendido a distancia, cuántas frases bonitas traducidas en agradecimiento por todos tus esfuerzos y cansancios acumulados; cuántos ¡Hola maestro! ¿Cómo amaneció? de tus alumnos al inicio de la clase virtual?; ¡cuántos y cuántos reconocimientos acumulados!
Y es que la verdad, al término de este primer trimestre virtual no queda nada por decir más que ¡GRACIAS! Y en ese vocablo se engloban todos los dieces, menciones honoríficas y deseos buenos que se pueda imaginar, pues lo que estás haciendo maestro, es para celebrarse hoy y siempre.
Así que si no te has tomado un momento para recapitular la valía de la evaluación, de tu evaluación, te invito a que lo hagas y que te dediques unos instantes para ti y te felicites, pues créeme que todo ha valido la pena.
Y a ti, maestro; ¿cómo te fue con la evaluación?
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