Trae truco la flexibilización del calendario escolar

Ya se sabe cómo le hará la Secretaría de Educación Pública para cumplir con una de las prioridades del programa Escuelas al Centro, es decir, las ...
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Ya se sabe cómo le hará la Secretaría de Educación Pública para cumplir con una de las prioridades del programa Escuelas al Centro, es decir, las escuelas de verano.

Serán los maestros que opten por el calendario de 185 días, concretamente aquellas que no están en condiciones para agregar más tiempo a la jornada escolar, infiero: como las escuelas de tiempo completo y de horario ampliado.

Dichas escuelas asumen el compromiso de (cito literal la guía de la séptima sesión del Consejo Técnico Escolar del mes de mayo):

a. Acciones de atención focalizada de alumnos con bajos niveles de logro educativo.

b. Proyectos innovadores de fortalecimiento de la calidad educativa del plantel. Por ejemplo talleres con padres de familia o alumnos; ciclos de conferencias; torneos deportivos o académicos; actividades artísticas y culturales o de fortalecimiento de las habilidades para la convivencia, etc.

c. Escuela de verano

Incluso, el mismo Aurelio Nuño había adelantado en un artículo de opinión que, con el ajuste al calendario se buscaría aprovechar las vacaciones de verano con base en la ley y sin afectar los derechos de los maestros.

“De manera complementaria a los ajustes que proponemos al calendario escolar, buscaremos un mejor aprovechamiento de las vacaciones de verano. Al igual que los nuevos horarios de las preescolares, esto permitirá no solamente mejorar la calidad de la educación, sino también la equidad, al ofrecer en escuelas pública actividades deportivas, culturales, así como de reforzamiento académico a los hijos de aquellos padres de familia que así lo deseen. Lanzaremos un programa piloto este mismo verano con la intención de escalarlo a escala nacional en el ciclo 2017-2018. Todos estos cambios se realizarán con estricto apego a la ley y sin afectar los derecho laborales de los maestros”. (SEP 25 de enero de 2016)

Implementar escuelas de verano en México no es nada nuevo.   Basta refrescar la memoria para recordar el fracaso del programa “Escuelas siempre abierta” que Fernando González Sánchez, yerno de Elba Esther Gordillo, impulsó sin éxito desde la Subsecretaría de Educación Básica en el sexenio de Felipe Calderón. (SEP 28 de junio de 2008)

Sin embargo las escuelas de verano de Aurelio Nuño serán implementadas a través de un truco que, desde mi perspectiva, tuerce la lógica y el principal objetivo por el cual se aprobó la iniciativa para flexibilizar el calendario escolar, es decir, el uso más efectivo de la jornada escolar con menos días, pero mismas horas de clases.

Y es que el Problema al Centro no es si hay más o menos días u horas de clases, sino la burocracia escolar que indudablemente asfixia el quehacer pedagógico de los maestros.

Si tan solo el Secretario Nuño se concretara a atender las inequidades que permean en el sistema educativo mexicano, donde todas, absolutamente todas la escuelas mutigrado del País, tienen a su Director haciendo de todo, menos dirigiendo el destino pedagógico de sus centros escolares.

El problema de fondo es que en la SEP de Aurelio Nuño no hay imaginación ni voluntad suficiente para implementar políticas que eliminen la doble carga (pedagógica y administrativa) a los maestros de escuelas multigrado.

Es más, Aurelio Nuño no solo es sordo al reclamo magisterial, sino al mismo INEE que es su informe “La educación obligatoria en México. Informe 2016”, señala con rudeza:

“Contrario a lo que dictan la legislación y las políticas, las características y las condiciones de los servicios educativos que el Estado mexicano brinda en los contextos más vulnerables reproducen y profundizan la estratificación social”.

Y remata con una acertada afirmación: “…hay una clara asociación entre pobreza del entorno y pobreza de la oferta de educación, pues en las comunidades más marginadas están las escuelas menos dotadas en todos los sentidos. Esto, consecuentemente, produce también desigualdad en los resultados educativos”.  (La educación obligatoria en México. Informe 2016, pag. 89)

En ese panorama sombrío que puso sobre la mesa del debate educativo el INEE no solo están infantes mexicanos, principales objetivos del sistema educativo que no tiene más opción que su escuela marginada, sino también los maestros que ahí laboran.

Aquí es donde aflora la desvergüenza de autoridades embrutecidas con el poder como Aurelio Nuño, que se pavonean en cómodas plazas escolares lanzando un lunes sí y el otro también, no solo amenazas al magisterio, sino promesas superficiales y truquedas como la flexibilización del calendario escolar que no atiende ni por asomo, las más pronunciadas y prioritarias desigualdades que aquejan al sistema educativo nacional.

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