Jorge Fuentes Álvarez podría representar mucho más que un acta administrativa. Representaría la poca, muy poca voluntad del gobierno del estado por solucionar los problemas que se mantienen con el magisterio veracruzano.
No es poca cosa que el director de una escuela secundaria salga al escenario público y diga, sin empacho, que no tenía conocimiento de documento alguno firmado entre autoridades de la SEV y el magisterio movilizado. No es poca cosa que el directivo escolar diga que el documento que levantó en contra de cuatro maestros sigue solamente la normatividad: “es un acta circunstanciada por falta de asistencia, entonces no hay ningún documento que lo justifique y de acuerdo a la normatividad vigente yo tengo que actuar (…) si hay sanción o no eso lo decide la Secretaría de Educación (…) el documento (el acuerdo) yo lo bajé de las redes sociales, pero ninguna autoridad oficial me lo ha mandado, nadie me supo contestar nada. Pregunté pero nadie, así que procede el levantamiento del acta y si el documento es válido, la autoridad lo debe respetar; aunque a mí nadie me ha dicho nada, ahora van cuatro actas para maestros (…) si es oficial el acuerdo esta acta queda sin efecto”.
Si es verdad que Jorge Fuentes Álvarez, director de la Secundaria General Número 4 “David Alfaro Siqueiros”, tuvo que bajar de la red el documento en cuestión, ello quiere decir que José Ojeda Rodríguez, subdirector de Recursos Humanos de la SEV, no se tomó la molestia de enviarlo a los integrantes de la estructura directiva de la SEV, lo cual quiere decir que el funcionario tendría responsabilidad jurídica; además, quedaría claro que la intención del funcionario de la SEV o la orden que recibió fue en el sentido de engañar, una vez más a los maestros, en una especie de “yo les firmo el documento, pero falta que lo haga saber a los directores generales, subdirectores, delegados regionales, jefes de sector, jefes de zona, inspectores, supervisores, directores y subdirectores de planteles educativos”. Podría también no haberle pasado copia a Adolfo Mota Hernández y a Edgar Spinoso Carrera, secretario de Educación y Oficial Mayor de la SEV, respectivamente, como se aprecia en los documentos.
Si es verdad que Jorge Fuentes Álvarez preguntó en la SEV acerca del documento en cuestión, pero ahí “nadie me supo contestar nada. Pregunté pero nadie”, entonces podría confirmarse la mala voluntad que se tiene contra “los mejores maestros de México”. Pero podría haber más. Las escuelas secundarias generales son jurisdicción de la Sección 32 del SNTE. Si el documento firmado por José Ojeda no circuló entre la estructura directiva de la SEV es porque podría haberse quedado en el escritorio del funcionario con la intención de que maestros que están contra la reforma educativa y contra sus líderes sindicales cayeran, tarde o temprano, en manos de sus directivos teniendo la garantía de que sus dirigentes no muevan un dedo para defenderlos, en este caso Juan Nicolás Callejas Roldán, secretario general de la Sección 32, a quienes muchos, incluso Ojeda Rodríguez tal vez, deben hasta la vida.
Jorge Fuentes Álvarez, director de la Secundaria General Número 4 “David Alfaro Siqueiros” de Xalapa afirmó durante la mañana de este lunes que no atendió al documento de Ojeda Rodríguez porque no tenía conocimiento del mismo, aún cuando José Ojeda es su superior. Cuando los representantes del Movimiento Magisterial le comentaron: “Oiga, pero es su jefe”. El directivo respondió: “No, mi jefa es la inspectora…”, la cual debió haber tenido en sus manos, en algún momento, el documento firmado por el subdirector de Recursos Humanos de la SEV y si no fue así ¿por qué no circuló ese documento entre la estructura directiva?
En el norte del estado hay otro caso de coacción, intimidación y amenaza, a pesar del documento firmado por el subdirector de Recursos Humanos. Eulogio Hernández Hernández, jefe del Sector 02 de Educación Indígena con sede en Mexcatla, Chicontepec, es el protagonista de los hechos.
El jueves 3 de octubre, los maestros de ese sistema tomaron por segunda vez las instalaciones de la jefatura y ante ello el citado Eulogio Hernández Hernández los intimidó y exigió que retornaran a las labores calificándolos de ignorantes, porque según el funcionario “no leen ni entienden la reforma educativa que a todos conviene”. Acusó a los maestros de ser parte integrante de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación y que deben saber bien que viven en Veracruz y no en Oaxaca.
El citado jefe de sector amenazó a los maestros con tener serios problemas con él y de reportarlos a la SEV si siguen en esa actitud para que no se les pague la próxima quincena; además, pretende levantar reportes de maestros por medio de los supervisores de cada zona escolar. Esa actitud implica coacciones, intimidaciones y amenazas que, según José Ojeda, deben estar ausentes de los centros de trabajo.
El problema es que a Eulogio Hernández Hernández se le olvida la gran cantidad de actos de corrupción en los que se encuentra inmerso junto con Felipe Hernández Martínez, coordinador de la Región 1 de Tantoyuca y ex secretario del Colegiado de Asuntos Laborales de la Sección 32 del SNTE, y Quintil Escobar Hinojosa, ex director de Educación Indígena en el estado, de quien se dice ya regresó a Chicontepec a tomar su lugar en la jefatura del Sector 02 y que incluso ya está firmando documentos por obra y gracia de la Sección 32 y su dirigente. Es una historia larga de corrupción que merece ser contada en los próximos días.
Así pues, Jorge Fuentes Álvarez, director de la Secundaria General Número 4 “David Alfaro Siqueiros”, es apenas el inicio de la madeja ¿de corrupción?, ¿de mentiras?, ¿de encubrimiento?, que el movimiento magisterial ha dejado al descubierto en los últimos días.
De acuerdo con los oficios firmados por José A. Ojeda Rodríguez, subdirector de Recursos Humanos de la SEV, hay trabajadores de la educación afectados por coacciones, intimidaciones y amenazas. De acuerdo con lo pactado con los maestros veracruzanos, la SEV debe ejecutar las sanciones correspondientes a quienes han incurrido en dichas prácticas con apego a la normatividad vigente, aunque ello implique la destitución del cargo del mismo José Ojeda.
Los maestros de Veracruz se sienten muy desilusionados del gobierno del estado, se sienten desilusionados y enojados. No ejecutar sanciones contra quien o quienes sean responsables de las acciones descritas es seguir engañando a “los mejores maestros de México”.