Recomendaciones para el Taller de Formación Continua de julio

Ojalá la SEP sea sensible y entienda que lo que está en juego no es un Plan de Estudios, ni la capacidad que pueda o no tener el magisterio para ...
Image

Se acerca el cierre del ciclo escolar y con ello el Taller Intensivo de Formación Continua para Docentes Fin de Ciclo Escolar 2022-2023; atrás quedaron los enredos de la propia Secretaría de Educación Pública (SEP) en cuanto la pésima estrategia que “emplearon” para comunicar a los docentes las intenciones pedagógicas y didácticas de la llamada Nueva Escuela Mexicana, pero también, del Plan de Estudios 2022, Programas Sintéticos y Analíticos y, desde luego, lo relacionado con lo didáctico.

Fueron meses intensos de trabajo los que se vivieron en buena parte de los Consejos Técnicos Escolares (CTE) en las escuelas de educación básica; como parece obvio, el efecto “cascada” que ha caracterizado al Sistema Educativo Mexicano, propició algo que desde hace unos meses denominé “teléfono descompuesto”, en virtud de la decisión tomada por la SEP para que, mediante dichos CTE (primero con supervisores y directivos y luego de éstos con sus colectivos docentes) se abordara lo relacionado al análisis, reflexión y conocimiento del Plan de Estudios 2022 y Programas Sintéticos (en construcción), para la construcción de un Programa Analítico sin que se llegara a lo que esta Dependencia denominó plano didáctico.

Obviamente, las guías de esos inflexibles CTE fueron sustituidas por orientaciones, con la finalidad de que los colectivos docentes tomaran las mejores decisiones para organizar el trabajo en cada uno de sus espacios; no obstante, poco le importó a la SEP la revisión y/o seguimiento del Programa Escolar de Mejora Continua (PEM) que, como se sabe, se elabora al inicio de cada ciclo con el propósito de identificar ciertas problemáticas que, mediante la organización del trabajo colegiado, podrían ser atendidas a partir de los ámbitos que este mismo programa contempla. Curiosamente, la misma SEP, en una de esas sesiones del CTE y en alguno de los documentos que les proporcionó a los profesores reconoció que, para la construcción de los Programas Analíticos, el PEMC era una fuente de información importante.

Atrás quedó la verborrea del funcionario que dirige una importante y trascendental Dirección, como lo es la de Materiales Educativos pues, al final de cuentas, con o sin esa verborrea, las maestras y maestros emplearán en el siguiente ciclo escolar los Libros de Texto Gratuito (LTG) conforme a su formación, experiencia y/o conocimiento porque, en efecto, cada docente los utiliza según estos elementos. Atrás quedaron aquellos penosos momentos de una Secretaria de Educación que solo estuvo en el cargo porque, como bien lo señaló en su momento “no iba a cambiar nada” (y lo cumplió), o de otra Secretaria de Educación cuya falta de experiencia y conocimiento (por no decir ignorancia) fue expuesta a nivel nacional e internacional por una reportera de un canal televisivo. En fin, atrás quedaron las lamentables y desafortunadas “filtraciones” por las redes sociales de quién sabe cuántos documentos que la SEP fue elaborando y dando a conocer por esos medios.

En resumidas cuentas, el cierre del ciclo escolar se aproxima, el Taller Intensivo de Formación Continua está más cerca que nunca, y el receso escolar para miles de maestras y maestros nada más no llega.

Dicho esto, a continuación, propondré una serie de sugerencias/reflexiones con la intención de que los colectivos docentes puedan revisar y dialogar sobre aquello que, posiblemente, han construido en cada uno de sus espacios escolares a partir de la necesaria exigencia de contar con un Programa Analítico:

  • El Plan de Estudios 2022 parte de la Realidad (análisis y problematización) para organizar el trabajo curricular considerando los ejes articuladores, campos formativos, contenidos, procesos de desarrollo de los estudiantes, etc. Esto marca una diferencia importante con los Planes de Estudio anteriores (2011 y 2017) debido a que éstos partían de lo que el estudiante debía aprender para conocer la realidad en la que está inmerso y, por ello, los campos formativos, aprendizajes esperados, etc., antecedían la estructuración curricular.
  • Este ejercicio, el del Análisis y Problematización de la realidad, es uno de los ejes fundamentales para la construcción de los Programas Analíticos; por ello, el Análisis del Contexto Socioeducativo considera un Diagnóstico que puede ser obtenido del PEMC, porque contempla, por ejemplo: el contexto externo de la escuela (tipo de comunidad, nivel socioeconómico de las familias, costumbres y tradiciones comunitarias relevantes que influyen en el proceso de E y A, tipo de relación de la escuela con los padres-comunidad, etc.), el contexto interno (infraestructura educativa, mobiliario, plantilla de personal, recursos y materiales didácticos, etc.) y el grupal (número de alumnos, intereses, características generales, formas de convivencia, etc.).
  • El resultado de este Diagnóstico, que siempre debe tener un sustento a partir de información obtenida de entrevistas, registros, diarios, documentos, etc., favorece la identificación/obtención de “x” número de Problemas/Problemáticas, que pueden ser jerarquizadas con la finalidad priorizar su atención mediante la construcción del Programa Analítico; esto, es un ejercicio fundamental porque de ello se desprenden las Situaciones Problema que, como decía, se convierten en uno de los ejes del Programa Analítico que se elabora por grado-fase-escuela.
  • Con los Problemas/Problemáticas identificadas, se observa su vínculo con ciertos Ejes Articuladores y Campos Formativos (contenidos y procesos de desarrollo de aprendizajes); para ello se hace necesario el conocimiento, reflexión, análisis y comprensión, tanto individual como colectiva de éstos; un ejercicio que, mediante el diálogo, independientemente del grado de formación profesional que tengan los colectivos docentes, podría propiciar el enriquecimiento de saberes y experiencias de los profesores.
  • Entonces, hecho el Análisis del Contexto Socioeducativo (Diagnóstico, Problematización y vínculo con los Ejes Articuladores y Campos Formativos) se toma una decisión importante: qué, cómo, cuándo, por qué, para qué, con qué (entre otras preguntas que materializan la Situación Problema) se va a atender lo hallado mediante la construcción de un Programa Analítico.
  • Justo entonces en este proceso surge un momento importante, el conocido como Contextualización, que no es otra cosa más que el acercamiento: 1) a los Programas Sintéticos, 2) a las posibles Estrategias Nacionales que pudieran apoyar la realización de actividades relacionadas con la Situación Problema, 3) el trabajo que se realiza en el CTE que permite definir las Estrategias de Intervención que podrían ponerse en marcha, pero, para ello, se hace necesario el análisis del Mapa General de Contenidos ubicado en los Programas Sintéticos, 4) con lo anterior, se da paso a la selección/elección de las posibles Metodologías Activas (Aprendizaje basado en proyectos, en problemas, en servicio, STEAM, etc.), lo cual obliga a conocer dichas metodologías y la manera en que pueden ser desarrolladas en los espacios escolares; en este sentido es importante considerar que en este momento no se habla de una planeación didáctica sino del establecimiento de una secuencia de actividades que pueden ser trabajadas en un tiempo y espacio determinado conforme a las metodologías seleccionadas.
  • ¿Qué sigue después de este primer ejercicio? La incorporación de los posibles Contenidos Locales que respondan a las necesidades específicas de la escuela y, para ello, de nueva cuenta, el análisis y reflexión entre los integrantes del colectivo docente, en los CTE, resulta fundamental para este proceso puesto que, la toma de decisiones es relevante para la construcción de ese Contenido Local y de sus respectivos Procesos de desarrollo de los aprendizajes (ambos locales).
  • Construidos los Contenidos Locales, debe justificarse su incorporación, pero también, el “x” número de Procesos de desarrollo de los aprendizajes que se buscan impulsar con estas propuestas de contenido.
  • Entonces, lo expuesto hasta este momento permite redactar o construir un Programa Analítico sin considerar un FORMATO en específico, pero, si así se considera, podría emplearse uno elaborado por todo el colectivo docente y no por el que la autoridad educativa determine, ya sea de la SEP (oficinas centrales), de los Supervisores o Jefes de sector, entre otros; no es porque no sea relevante considerar las propuesta que emanan de dichos actores, sino porque, como es obvio, quienes van a materializar el trabajo son los docentes y no las autoridades educativas.
  • Por ello debe entenderse, que el Programa Analítico es un documento que favorece la organización curricular a partir del análisis de la realidad; realidad que docentes y alumnos conocen muy bien, porque diariamente la viven en sus comunidades y en la escuela. Entonces, como una forma de organización, brinda la posibilidad de hacer efectiva la autonomía profesional del docente, en un tiempo y espacio específico, para tomar lo que haya que tomar de los Programas Sintéticos, pero también, para proponer los Contenidos Locales con sus propios Procesos de desarrollo de los aprendizajes que así se consideren pertinentes.
  • Todo lo anterior daría paso al hecho Didáctico, es decir, a la manera en que el docente tendría que planear didácticamente sus actividades, dependiendo de la metodología elegida y considerando la secuencia que exige el desarrollo de ésta, por ello no debe perderse de vista que un elemento fundamental es el Programa Analítico, porque ahí se estableció una secuencia de trabajo conforme a los Contenidos (obtenidos de los programas sintéticos y los locales); en consecuencia, esos Contenidos se tendrían que planear para ser trabajados en sesiones (que tienen sus propias secuencias de desarrollo: inicio, desarrollo y cierre, por sesión y por proyecto) y, para ello, el docente podría tomar los LTG y otros recursos que, hoy día están a su alcance.

Es cierto, debemos reconocer que la SEP ha fallado en la estrategia de comunicación de la propuesta curricular de la Nueva Escuela Mexicana; ello, pienso, es un hecho innegable e inocultable; es cierto, el Plan de Estudios 2022, con todas las críticas que yo mismo y otros colegas hemos hecho, puede ser mejorado en la medida en que comencemos a desarrollarlo en las escuelas; es cierto, también hay que reconocerlo, que este Plan de Estudios brinda la posibilidad de tener esa autonomía profesional docente ampliamente demandada y exigida, por ello es que, pienso, las maestras y maestros podrían comenzar a exigir una menor carga administrativa para dedicarle mayor tiempo a lo pedagógico y didáctico de su función.

Ojalá la SEP sea sensible y entienda que lo que está en juego no es un Plan de Estudios, ni la capacidad que pueda o no tener el magisterio para implementarlo, lo que verdaderamente está en juego es la formación de miles de niñas, niños y adolescentes que, independientemente de las ideologías que en este momento se encuentran en disputa en el país, esperan en las aulas a sus maestras y maestros para seguir aprendiendo; espero la SEP aprenda de ello.

Al tiempo.