Al participar en la conferencia “El futuro de la educación en México” en Madrid, España, invitado por la Fundación Ortega y Gasset-Gregorio Marañón, el secretario mexicano de Educación Pública, Emilio Chuayffet Chemor, defendió la base democrática de la reforma educativa impulsada por el gobierno de México, pues según el funcionario, cuenta con la mayoría del apoyo parlamentario en el país.
Asimismo aprovechó para rechazar que la reforma sea cuestionada como medida política impuesta, pues la misma cuenta con 80 por ciento del Congreso y 25 legislaturas estatales.
Acompañado del presidente de la fundación, José Ortega Varela, apuntó que el principal cuestionamiento al gobierno mexicano en esta reforma es sobre si se aplica retroactivamente a los derechos adquiridos por los docentes.
“No se trata de un examen, el profesor será vigilado en planeación, resultados, relación con alumnos, con padres de familia y con demás maestros y autoridades directivas”, precisó.
Destacó que un profesor sólo será separado del aula cuando por tercera vez no aprueba ese proceso de evaluación, pero seguirá dentro de la administración pública.
“Necesitamos que quien enseñe sea el personaje más calificado para llevar a cabo este trabajo. Según una encuesta realizada, enseña mejor el que se comunica mejor con alumnos y recibe reciprocidad”, abundó.
La reforma permite “volver a lo básico, a la lectura y redacción, comprensión, ciencia, cultura y música”.
Precisó que el principal principio de la reforma es la calidad educativa, que se trató en las negociaciones del Pacto por México y “tienen que pasar muchos años para que los resultados sean visibles en la sociedad”.
“La reforma tiene principios de calidad, que es definida por la eficiencia, eficacia, pertinencia y equidad. No puede haber calidad para unos y para otros tener bajos niveles o inequitativos. Equidad y calidad con binomios en los que extremos valen exactamente igual”, sostuvo.
Chuayffet Chemor afirmó que uno de los retos son los 5.2 millones de analfabetas en el país, “gente que no va a la escuela y no sabe leer ni escribir, y los 10.1 millones de analfabetas funcionales que es gente que por desuso perdió escritura, lectura y operaciones aritméticas fundamentales”.
Agregó que además hay 17 millones que no concluyeron la educación básica, “que no son analfabetas pero no tienen el mínimo de educación que la constitución reclama para cada mexicano, mientras que la deserción es cada vez más elevada”.
Y ofreció datos donde señaló que México tiene una cobertura de 100 por ciento en educación básica, en nivel medio de 66 por ciento, y en superior de 28.1 por ciento.
Apuntó que otro de los proyectos que acompañan esta reforma, es el proceso de transformación de las 447 escuelas normales en el país, para hacer que cumplan mejor con los principios de formación.