En México, la expresión coloquial “eso es pura piña” se usa como sinónimo de mentir, engañar o sorprender; en ciertas circunstancias tiene la connotación de distraer. Y eso es más o menos lo que está detrás de la sustitución del tan impugnado por incompetente Francisco Cartas, ex titular de la USICAMM. En su lugar fue nombrada la exdiputada Adela Piña Bernal, protagonista principal de la mal llamada cancelación de la reforma educativa de Peña Nieto.
Cartas ya es historia, será recordado como el funcionario inoperante, incompetente, e ineficaz que alguna vez ocupó la titularidad de la USICAMM; no por nada las maestras y maestros se hicieron oír en redes sociales con el #FueraCartas, la intensidad de circulación de este hashtag aumentaba cada vez que la unidad de la que era responsable el ahora despedido, cambiaba sobre la marcha las reglas del juego evaluador.
Su gestión se caracterizó por la confusión, las señales contradictorias, el cambio constante de calendarios, criterios y etapas de las evaluaciones de ingreso y promoción de docentes al servicio educativo. Es el vivo ejemplo de la inoperancia, mediocridad y arrogancia que, salvo honrosas excepciones (¿las hay?), caracteriza a los funcionarios del sector educativo en la era de la 4T.
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A partir del 21 de junio, comenzó la era Piña en lo que antes se llamaba Comisión Nacional del Servicio Profesional Docente (CNSPD). A juzgar por su trayectoria, muy probablemente, la nueva titular llegará a hacer “la piña” en la USICAMM.
¿Quién es Adela Piña?
Esta es una pregunta obligada. Adela Piña es licenciada en Educación, se desempeñó como docente de educación básica de 1984 a 1998, año en que fue comisionada como coordinadora sindical en la Sección 9 de la CNTE por casi diez años. Del 2007 al 2016, retornó a sus labores como docente frente a grupo; en ese lapso, fue presidenta del comité ejecutivo municipal de MORENA en Cuajimalpa, Ciudad de México.
Luego ingresó a las grandes ligas de la política partidista, y a partir de ahí cambió su suerte. De 2018 a junio de 2020 fue diputada federal por la vía plurinominal a la LXIV Legislatura y presidenta de la comisión de Educación. Adquirió protagonismo en el período de aprobación de la reforma constitucional y sus respectivas leyes secundarias. Ya como legisladora, una de sus primeras acciones fue promover un punto de acuerdo -una especie de llamado a misa-, aprobado en el pleno de San Lázaro por la mayoría morenista y sus aliados, que emplazaba a la SEP, al INEE y a la Coordinación Nacional del Servicio Profesional Docente CNSPD), así como a las autoridades educativas de todas las entidades, a suspender los procesos de evaluación para el ingreso, promoción, reconocimiento y permanencia de los docentes.
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A fines de septiembre de 2018 Adela Piña es nombrada presidenta de la Comisión de Educación en la Cámara de Diputados. Una de sus primeras declaraciones ya desempeñando este encargo, fue: “no vamos a buscar cancelar de tajo la reforma educativa -2013-, vamos a hacer una revisión, a corregir lo que está mal y a rescatar lo que se hizo bien, no es correcto ni preciso afirmar que se vaya a eliminar hasta última coma, sino de iniciar una revisión de los temas más fundamentales, con una visión seria, amplia y con disposición siempre al diálogo” (Dan Comisión de Educación a lideresa de la Coordinadora). Ahí están sus declaraciones para cualquiera que desee consultarlas, no engañaba a nadie, su postura era transparente y muy clara; igual que la de Delfina Gómez, su ahora jefa, cuando dijo “no vengo a cambiar nada”.
En enero de 2019 adquirió protagonismo la flamante presidenta de la comisión de educación anunció la definición de una ruta de trabajo para conformar la iniciativa de Reforma Educativa. En esa ocasión, advirtió que ya existía un avance del documento a discutir; si bien la discusión se realizaría a través de un parlamento abierto, la Comisión de Educación ya tenía una serien de resolutivos. Dos años después ya sabemos qué fue y en qué terminó eso.
Finalmente, el 19 de septiembre, Adela Piña declaró triunfante: “No hay imposición de ningún tipo, hay democracia, hay ánimo de sacar adelante de una vez por todas al lastimado sistema educativo. Hoy es un día histórico, es el día que va a caer de manera completa y plena la mal llamada reforma educativa del 2013” (Hoy caerá completamente la mal llamada reforma educativa). Hoy sabemos que el ¡Ya cayó!, ¡ya cayó! fue secundado por la CNUN de la CNTE, la misma que hoy se encuentra en plantón frente a Palacio Nacional exigiendo la desaparición de la USICAMM.
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El verdadero rostro de Adela Piña
Durante el proceso de aprobación de las leyes secundarias, Adela Piña se jactó de la amplia legitimidad con que contaba la iniciativa, al haber sido redactada luego de un proceso abierto y plural en el que se atendió a todas las voces del ámbito educativo (Abrogación de la Reforma Educativa es legítima).
Desde esta lógica, los grupos y sectores magisteriales quejosos, no tenían razón alguna. Este fue el caso de profesores de Educación Especial que cuestionaron la injerencia de entidades privadas en la provisión de esta modalidad educativa. Lo mismo ocurrió con los asesores técnico pedagógicos (ATPs), que prácticamente vieron desaparecer la posibilidad, abierta por la reforma anterior, de ser reconocidos como figuras con funciones definidas y nombramiento propio. Paradojas de la vida: sus reclamos se basaban en el cumplimiento de un proceso de evaluación establecido en una LGSPD que ya no estaría vigente.
El caso es que muy pronto la paciencia de la entonces diputada se agotó; los grupos magisteriales que acudieron en busca de su apoyo, pasaron de la esperanza al enojo, los encuentros se tornaron en desencuentros. Maestros en funciones de ATP se manifestaron en Palacio Nacional, logrando establecer contacto con López Obrador, quien dio instrucciones para que se atendieran sus peticiones (Asesores técnico pedagógicos en Palacio Nacional); pero nada ocurrió, Adela Piña ensordeció y encegueció.
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Con estos antecedentes, el nombramiento de Adela Piña como titular de la USICAMM, no es una buena noticia. No hay nada que celebrar, tampoco motivos para alegrarse; la que fue figura clave en la aprobación de unas leyes construidas sobre las mismas bases neoliberales de la anterior, dejando intactas casi todas las comas que prometieron quitarle, ahora será quien se encargue de su operación.
Para la 4T, el costo político de este recambio es cero; al contrario, envía el mensaje de que la exigencia de remoción de Francisco Cartas fue atendida, luego del malestar expresado en redes por las pifias acumuladas, producto de la incompetencia manifiesta del funcionario.
Nuestro pronóstico es que todo seguirá igual pero peor; no se necesita una bola de cristal para saber que el verdadero fondo del asunto, es un esquema de evaluación que somete al magisterio, lo precariza y lo priva de un trabajo digno. La máquina abstracta de control diseñada y puesta en práctica por la reforma educativa 2013, sigue funcionando.
Publicado en Insurgencia Magisterial