“No sé cuál sea la clave para el éxito, pero la clave del fracaso es querer quedar bien con todo mundo”
¿A qué llama David Calderón, presidente ejecutivo y cofundador de Mexicanos Primero, “participar de verdad”, en el artículo[1] de su autoría, publicado el 20 de mayo de 2021 en El Financiero?
La duda es legítima, porque en él se afirma textualmente
“La participación de maestras y maestros está, con mucho, limitada a esperar con agobio que se reestablezcan las páginas web en las que deben capturar sus datos de calificaciones, o de aspiraciones a promoción”
Refiriéndose al incumplimiento de la SEP según el artículo 145 de la Ley General de Educación, debido a que no ha convocado hasta la fecha al Consejo Nacional de Participación Social y al papel que el brazo jurídico de la asociación ha desempeñado para hacer valer la ley.
Y es que pesar de que al inicio del libelo se apela al indiscutible interés superior de la niñez y el derecho a la educación como parte de esa promesa constitucional, para el autor la única participación “de verdad” ha sido la que él representa. La duda legítima ¿es necesario menospreciar a todos los demás actores educativos en su afán por quedar bien con los poderes que representa?
Es aún más meritorio que un docente, directivo, ATP, supervisor o Jefe de Sector construya desde la vía política -porque simple y sencillamente no cuenta con el aparato económico que lo respalde- lo que Mexicanos Primero pelea por la vía legal: el respeto a la ley por parte de las Autoridades Educativas Federales, Estatales y Locales.
La parte lamentabilísima es que para David Calderón ambas batallas son excluyentes ¡Qué diferencia con el maestro Fausto, profesor Triqui que desde su sabiduría ancestral y cosmovisión dual, dio cátedra a los maestros que nos sentimos agraviados con esta asociación desde “de Panzazo”!, pues “ambos (docentes y ONGs) son necesarios para trabajar en equipo desde nuestras trincheras por el bien no solamente de los niños más vulnerables, sino de nosotros mismos: Ningún trabajo hecho con amor, se queda corto, alcanza para todos”, dijo.
El tema del artículo de David Calderón no es, pues, la participación como vía para construir un “nosotros” sino una forma de consolidar el “yo” descalificando los esfuerzos de quienes no solamente no acaba de entender y por ende menosprecia, sino que a través de su narrativa, la ONG se convierte en el único instrumento efectivo de combate a la ilegalidad.
¿De qué le sirvió, pedir perdón en el foro “¿Qué sigue? Debate sobre el futuro de las políticas educativas y científicas”[2], organizado por el COMIE, IISUE, DIE y la UAM en 2018?
“Siempre estuvimos por que hubiera observación en el aula, pero no fuimos suficientemente firmes a ese respecto, sí usamos y mal usamos los términos ‘mérito’, por ejemplo, ‘evaluación con consecuencias’, después aclarábamos, ‘la primera consecuencia tiene que ser el apoyo’, pero eso ya no se escuchaba, entonces, contribuimos a la construcción de un imaginario que resultó negativo (…)
No me avergüenza decirlo, nos equivocamos, nos equivocamos muchísimo, me avergonzaría seguir en esa equivocación; estamos buscando nuevos caminos, no los tenemos muy claros. Lo que en todo caso sí nos convoca es a cómo construimos de todos modos, con firmeza, poniendo en el centro el derecho de los niños, eso queremos reiterarlo». Afirmó Calderón
Sobra decir que los primeros en vitorear el perdón del Presidente de Mexicanos Primero fueron los líderes sindicales y alfiles de Elba Esther cuya narrativa desconoce y demerita la evaluación de ingreso y promoción, que mezcló indignamente David Calderón en su calculada intervención para conseguir un aplauso que no solamente nadie le otorgó, pero que sí contribuyó a consolidar la torcida narrativa de una parte de la academia, gremial y populista de que los docentes que ingresaron y consiguieron promocionarse con las leyes de 2013 no merecían tales logros.
Si, hubo errores en la Reforma Educativa de 2013. Efectivamente, había que enmendar la evaluación de permanencia y ciertamente no conozco a ningún docente cuya “idoneidad” pueda ser probada por un examen, pero ¡¡¿cómo pudo pasar por alto la ruptura de los cacicazgos sindicales en el manejo de las plazas de ingreso y en las oportunidades de promoción (puestos y lugares) sobre todo para las mujeres maestras que logró la Reforma Educativa de 2013?!!
¿David Calderón cobra su nómina en Mexicanos Primero o en las oficinas del SNTE? Con las pruebas que él mismo ha aportado, la duda es más que pertinente.
El ojo avizor no pasa por alto que el liderazgo de David Calderón al frente de Mexicanos Primero ha contribuido a la crisis educativa que padecemos los docentes hoy en día en perjuicio del derecho a la educación de los niños de este país, que tanto dice defender porque ha demostrado que su prioridad -como la de tantos desubicados académicos- es el aplauso y reconocimiento a costa de quien y lo que sea. Y eso es peligrosísimo, considerando la cantidad de recursos económicos, políticos y legales que tiene a su alcance.
“Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca”
Apocalipsis 3:16
Tan tóxico como un liderazgo gremial que opera como cartera de votos en el mercado electoral, es una posición gerencial que adrede utiliza el término “Autoridad Educativa” (ver artículo) en abstracto para debilitar las posiciones de liderazgo de quienes hacen lo que pueden con lo que tienen a pesar de tener en contra no solo a los aparatos gubernamentales y sindicales, sino a quienes supuestamente luchan por lo mismo, socavando al resto.
Esos son los verdaderos tontos útiles de la historia, que no ayudan pero sí estorban a todos aquellos que “de verdad” como afirma el Presidente de Mexicanos Primero en su artículo, trabajan para construir un mejor futuro para los niños de este país, más allá del discurso y de “perdones” que nadie ha pedido, por convivir.
¿Usted qué opina, estimado lector?
[1] https://www.elfinanciero.com.mx/opinion/david-calderon/2021/05/20/participar-de-verdad/
[2] https://www.educacionfutura.org/mexicanos-primero-erro-al-promover-evaluacion-docente-david-calderon/