En días recientes, a través de las redes sociales principalmente, ha corrido el rumor de que el actual secretario de educación, Mario Delgado, dejaría la titularidad de esta dependencia de nuestro país. Quiero pensar que esto se debe al proceso electoral que se avecina en 2027, mejor conocido como el de “elecciones intermedias” donde se elegirán a 17 gobernadores en los siguientes estados: Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Campeche, Chihuahua, Colima, Guerrero, Michoacán, Nayarit, Nuevo León, Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Zacatecas. Bajo esta lógica, se supondría que Delgado Carrillo dejaría la SEP para buscar la candidatura de su partido para ser gobernador en su estado natal: Colima. Entonces, si el rumor contiene algo de verdad, sería bueno conocer cuántos secretarios de educación han dejado el cargo, ya sea para ocupar otro puesto o para desempeñar otra enmienda.
Un recorrido rápido en la red me permitió encontrar información interesante; desde luego que tomé como referente el sexenio de Carlos Salinas de Gortari a la fecha, pensando en ofrecer un breve panorama para contextualizar el punto al que quiero llegar más adelante. Veamos.
- Manuel Bartlett estuvo en la Secretaría de Educación hasta 1992, porque fue electo gobernador de Puebla en 1993, razón por la cual dejó el cargo designado por Salinas de Gortari.
- Ernesto Zedillo tuvo un tránsito efímero en esta institución, pues fue nombrado secretario a la salida de Bartlett, sin embargo, renunció en 1993 porque fue nombrado coordinador de la campaña de Luis Donaldo Colosio.
- Josefina Vázquez Mota dejó esta dependencia en abril de 2009, porque asumió una diputación federal por su partido, el PAN.
- Aurelio Nuño también dejó la SEP en diciembre de 2017 para unirse a la campaña de José Antonio Meade, como su coordinador.
- Ya en la era de la 4T, Esteban Moctezuma dejó el cargo en febrero de 2021 para ser designado embajador de México en Estados Unidos.
- Y Delfina Gómez se fue de la Secretaría en agosto de 2022 para buscar la candidatura por su partido para ser gobernadora en el Estado de México, puesto que ocupa actualmente.
En esta búsqueda rápida encontré un par de datos curiosos que quiero compartirles, me refiero al caso de Fausto Alzatu Araiza (durante el sexenio de Zedillo) y Emilio Chuayffet (durante el sexenio de Peña), ya que estos personajes tuvieron un paso muy breve en esta Secretaría, pero, por esas “cosas raras” que tiene la vida, ambos dejaron el cargo por situaciones, digamos, un poco extrañas: el primero derivado de un escándalo por el uso indebido del grado de Doctor cuando no contaba con él y, el segundo, porque debía atender su estado de salud justo cuando el sistema de evaluación de las y los docentes estaba a tambor batiente en 2015.
Llegando a este punto de interés o conocimiento, me preguntaba cuántos de estos secretarios de educación dejaron esta dependencia para competir por la candidatura de su partido para asumir una gubernatura, porque es obvio que, de los mencionados, por ejemplo, hay nombres que no aparecen como el de Leticia Ramírez.
Tomado como referencia el mismo periodo, el de Carlos Salinas a la fecha, encontré que solo dos dejaron el cargo para contender por una gubernatura, me refiero a Manuel Bartlett y Delfina Gómez. El primero fue gobernador de Puebla de 1993 a 1999 y, la segunda, de 2023 hasta nuestros días. Y bueno, ya que estamos hablando de gobernadores, me llamaron la atención otros dos casos, el de Emilio Chuayffet y Otto Granados, porque ellos ya habían sido gobernadores de dos entidades, del Estado de México y de Aguascalientes, respectivamente y, aunque no dejaron sus cargos para ocupar la Secretaría de Educación, si fueron políticos que por alguna razón llegaron a una de las dependencias más importantes del estado mexicano.
Como se ha visto, dejar esta Secretaría durante un sexenio es tan sencillo como el “cambiar de calzones”, y luego nos preguntamos ¿por qué nuestro sistema educativo está como está en nuestros días? Vaya, si me pongo un poquito quisquilloso, no me preocuparía tanto el que haya cambios repentinos en una dependencia gubernamental, porque entiendo que es parte de la administración pública, principalmente, de la toma decisiones, ya sea institucionales o personales. Lo que realmente llega a ser preocupante (y a todas y todos nos debería de preocupar), es la falta de un proyecto educativo y la continuidad de este para beneficio de las y los mexicanos.
Sobre este último punto, recuerdo que hace varios años alguien pensó en un Plan de Once años, donde por cierto solo hubo dos secretarios, Jaime Torres Bodet (durante el gobierno de Adolfo López Mateos) y Agustín Yáñez Delgadillo (durante el sexenio de Gustavo Díaz Ordaz). Los aciertos y desaciertos de ese plan están, o han estado, a la vista de todas y todos.
De Carlos Salinas a la fecha, es claro que cada Secretario o Secretaria anhelan, desean o quieran dejar su huella en esa Secretaría, insisto, de las más importantes del estado mexicano, tal vez siguiendo la línea del presidente de la República en turno o de los organismos internacionales como sucedió en el periodo de Peña Nieto y compañía; esto, aunado a la nula, escasa o limitada visión de un proyecto transexenal, ha complicado mucho más el escenario educativo de nuestro país. Peor aún, si a todo esto que he comentado le agregamos lo que recientemente se está viviendo en esta Dependencia, me refiero a la disputa ideológica sobre un “proyecto educativo” entre Marx Arriaga y Mario Delgado, la cosa se pone peor… pero mucho peor.
Si el señor secretario se va a competir por una gubernatura o se queda en esta Secretaría es un tema que no tendría que preocuparnos mucho, en lo que va de lo que se ha llamado “la cuarta transformación”, ni Esteban Moctezuma, ni Delfina Gómez, ni Leticia Ramírez o el propio Mario Delgado han dado el ancho para atender y cumplir con uno de los preceptos más valiosos del ser humano: la educación; esto último, las maestras y maestros de a pie lo saben y lo saben muy bien. En fin.
Lo que tendría que verdaderamente ocuparnos y preocuparnos, es la absurda idea de que en el país existe un proyecto educativo cuando no es así; eso es lo que debería mantenernos alertas, pero también, exigentes, demandantes y combatientes, cosa no miro por muchos lados.
Por mi parte solo le podría pedir al actual secretario, en caso de que así suceda: que no se vaya… pero a quedar o a regresar.
¡Ya queremos una Secretaria o a un Secretario a la altura de las circunstancias y de la propia Secretaría de Educación Pública!
Al tiempo.
