La organización civil Mexicanos Primero se pronunció en contra de todo acuerdo político-electoral que pretenda negociar el futuro de los niños y jóvenes mexicanos.
En un comunicado de prensa, la organización aseguró que en el tema educativo, López Obrador utiliza la mentira, la excesiva simplificación y la selección discrecional de adversarios.
“La insistencia de Andrés Manuel López Obrador en reducir todo el proceso de transformación educativa a un sexenio, el sexenio a una ley y la ley a una disposición, ya no puede atribuirse a la ignorancia del candidato y de su equipo, sino a una estrategia mediática basada en la mentira, la excesiva simplificación y la selección discrecional de adversarios”.
Advirtió que durante el encuentro con maestros en Guelatao, Oaxaca, López Obrador aseguró que cancelará la reforma educativa, además de que busca impedir o sabotear la evaluación docente.
“Impedir o sabotear la evaluación docente, en lugar de ajustarla y mejorarla, es violar la ley vigente. Proponer eliminarla como oferta de campaña combina desconocimiento del Orden Jurídico Nacional y de la división democrática de poderes. Eso tal vez atraiga algunos votantes adultos, pero claramente resta oportunidades a las nuevas generaciones. Es inaceptable negociar votos por niños”.
Lamentó que López Obrador busque cancelar la reforma educativa, lo cual sería un paso atrás en el reconocimiento de los docentes como profesionales.
Agregó que la propuesta de cancelar la reforma educativa “atrae a figuras que dirigieron las peores versiones del ataque a la educación pública y privatizaron sus plazas: el exlíder de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) en Oaxaca, y los remantes del círculo de la Profesora Elba Esther Gordillo y su desprestigiada dirigencia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE)”.
Asimismo, Mexicanos Primero acusó a López Obrador de querer capitalizar la molestia y ofuscación de los maestros con la reforma educativa que impulsó el Presidente Enrique Peña Nieto.
“La “cancelación”, que al máximo sería un ilegal incumplimiento unilateral, no apela a la inteligencia de los maestros, sino busca capitalizar su molestia y eventual ofuscación”.
Y puntualizó:
“La evaluación es un episodio de la formación, no su finalidad; pero en su ausencia sólo la opacidad, el abuso y la simulación prosperan. Defender el derecho de los niños a aprender pasa también por asegurar que sus maestros ejercerán su derecho a contar con oportunidades significativas de aprendizaje como profesionales”.