De nuevo inicio un texto con un llamado a no asombrarnos.
Para muchos —me incluyo—, el nombramiento de Mario Delgado Carrillo como titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP) fue un error de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.
Para quienes no lo recuerdan —o no lo vivieron—, Delgado fue un legislador activo a favor de la reforma educativa impulsada por Enrique Peña Nieto, una reforma que generó un amplio rechazo entre el magisterio.
Incluso fue aliado de uno de los principales adversarios del magisterio: Claudio X. González. Pocos quizá recuerdan que este último literalmente “quemó” a Delgado cuando, desde su cuenta de X (antes Twitter), reveló que el 21 de diciembre de 2012, de madrugada, el ahora secretario de Educación lo llamó para avisarle, “jubiloso”, de la aprobación de la reforma educativa.
“21/12/12, recibo llamada de senador del PRD para informarme, jubiloso, que acaba de aprobarse, con su voto a favor, reforma al 3º Const. 12/9/18, misma persona, coordinador de diputados Morena: ‘no quedará ni una coma’ de esa reforma. Lo que son 6 años… y un cambio de camiseta”, escribió González el 14 de septiembre de 2018.
Como puede notarse, en ese mismo comentario, el empresario y férreo opositor a la Cuarta Transformación también señaló otra incongruencia de Delgado Carrillo —ya enfundado en la camiseta de Morena—: su promesa de que “no quedará ni una coma” de la reforma educativa peñista.
Muchos advertimos ya del clásico cinismo de un político también clásico: Mario Delgado. ¿No así la presidenta? Pienso que su nombramiento fue para premiar su gestión al frente de Morena, gestión de la cual Sheinbaum Pardo se hizo de la candidatura para la Presidencia de la República.
Hoy, como secretario de Estado y titular de una de las dependencias más complejas —la Secretaría de Educación Pública—, Mario Delgado no decepciona.
Van unos ejemplos: sólo a un político de su calibre se le ocurre impulsar una campaña a favor de la alimentación saludable en las escuelas… ¡con la participación de empresas que fomentan justo lo contrario! Increíble.
Sólo a Mario Delgado se le pudo ocurrir dar tanto poder al actual líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Alfonso Cepeda Salas, cuyo liderazgo confirma que el charrismo sindical vive hoy su mejor momento.
Pero el colmo —ya no del cinismo, sino de la insensibilidad— fue su “turismo europeo”.
Mientras el magisterio esperaba, sin éxito, el pago del retroactivo salarial en la primera quincena de julio, el alegre funcionario de la SEP no tenía por qué preocuparse: se dejó ver disfrutando de unas vacaciones en Portugal.
La verdad no molesta que se tome vacaciones. Coincido con la presidenta: todos tienen derecho a descansar, siempre y cuando lo paguen de su bolsillo.
Lo que cala es la hipocresía. Un funcionario que forma parte de un Gobierno que se dice a favor de los pobres y la austeridad, además de crítico feroz del neoliberalismo, contrastando con su estilo de vida de opulencia y gozando…¡como todo un neoliberal!
Pero insisto, no hay que asombrarse. El sexenio de Claudia Sheinbaum todavía es joven, por lo que esperamos todavía más tropelías del Secretario Mario Delgado.
