Con nuestra nueva realidad virtual en las clases a distancia, todos los docentes hemos comprendido que somos Universos de infinitas posibilidades pues tuvimos que adecuar de un momento a otro la realidad de nuestros alumnos y de nosotros mismos para poder organizar la planeación curricular a la cotidianidad.
Y no solo estoy hablando de la situación académica, también de la importancia de la educación socioemocional que va de la mano de esta virtualidad que a todos nos llegó de manera inesperada y pronta.
Y fue ahí que los maestros hemos descubierto la infinidad de posibilidades que tuvimos que allegarnos para brindar nuestras clases a distancia, desde adaptar nuestra casa para convertirla en aula digital hasta el aprendizaje de las plataformas virtuales, compartir pantalla, hacer video llamadas, conectarnos virtualmente y una infinidad más de posibilidades que nos permiten ser más que todo terreno.
En gran medida lo que estamos haciendo es corresponder con los nuevos tiempos y ser solución y no un problema a estos nuevos tiempos.
La nueva cotidianidad implica tocar a la distancia a los alumnos y a los padres intentando darles pautas para seguir adelante ante esta situación que nos involucra a todos y nos hace conectarnos en infinitas posibilidades a nuestros alumnos.
No es una tarea nada fácil, por el contrario, la virtualidad nos obliga a ser más cercanos y allegarnos de elementos que son difíciles de calibrar pues la idea es conectar con mentes y corazones y permear conocimiento a la distancia, situación que cada uno de los maestros ha tenido que vislumbrar desde su punto de vista y su conocimiento.
Sin duda, ¡los maestros son Universos de infinitas posibilidades!
Valoremos su valor y su esfuerzo y creemos comunidad con ellos para generalizar un excelente Universo.
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