Libros de texto gratuitos. Las mentiras y abusos de Marx

Desde hace un par de semanas, Marx Arriaga Navarro, actual director de Materiales y Métodos Educativos (DGME) de la SEP, ha desatado una oleada de ...
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Desde hace un par de semanas, Marx Arriaga Navarro, actual director de Materiales y Métodos Educativos (DGME) de la SEP, ha desatado una oleada de críticas por la controvertida convocatoria a rediseñar los Libros de Texto Gratuitos (LTG) de primaria. El objetivo, dice él, es “convertirlos en una pieza clave para la solidaridad y la integración del país desde una visión humanista…” (Convocatoria para el rediseño  de los  LTG de primaria 2021).

Se invitó a participar a normalistas, investigadores universitarios, becarios Conacyt, miembros de los Consejos Técnicos Educativos, Mesas Técnicas, maestros y directivos de educación pública o privada, bibliotecarios de todo el Sistema Nacional de Bibliotecas, maestros jubilados, cronistas y población en general residente en México, (las negritas son nuestras), considerando su profesión o la naturaleza de sus estudios. Suponemos que de ahí se derivó la ocurrencia del lema “Libros de todos para todos”

Según información proporcionada por la SEP, se inscribieron 2 mil 650 personas, de las cuales fueron seleccionadas 2 mil 365 para continuar en el proceso de capacitación llevado a cabo del 22 al 26 de marzo, con el objetivo de que los maestros se convirtieran en “sujetos críticos conscientes de los juegos de poder que rodean al diseño que forma parte de los libros de texto” (sic)

En cinco días, la capacitación exprés versó sobre lo siguiente:

1. De los Programas y Planes vigentes al Diseño de Materiales Didácticos pasando por la Nueva Escuela Mexicana (https://youtu.be/83BbUoX7bUM)

2. Diseño de material didáctico (https://fb.watch/4p4eywcfSQ/)

3. La diversidad, la equidad y los valores básicos de México pos-pandémico; contextualización de los Materiales Didácticos (https://youtu.be/XZxUV10B3x8)

4. ¿Se pueden diseñar Materiales Didácticos dialógicos? “La palabra nunca tiende a una sola conciencia, una sola voz” (https://youtu.be/yzH78dEZUbQ). Éste último tema estuvo a cargo del multi aludido funcionario de nombre célebre; de todas las video sesiones, ésta fue la más larga.

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En resumen, de los más de dos mil registrados, la SEP seleccionó a mil 882 participantes, a quienes se les dio una capacitación exprés y se les pidió que en cinco días entregaran las secuencias pedagógicas que propondrían para cada libro; el plazo venció el 5 de abril. Cumplida esta fecha fatal, la SEP recibió un total de mil 92 materiales, entre secuencias didácticas, proyectos u otras modalidades de trabajo, de entre los cuales se elegirán los 234 de mayor calidad didáctica, disciplinar y pertinencia, luego de pasar por un proceso de evaluación  (En 5 días, mil 882 personas crean contenidos de los nuevos libros de texto gratuito). Más adelante volveremos sobre este último punto y su significado político.

Mucha tinta ha corrido desde entonces; los señalamientos se han concentrado en el apresuramiento, los libros Frankenstein que resultarán de este experimento, como el mismo Marx le llamó, aunque luego corrigió. Una vez más, se reedita la polémica en la que han estado envueltos, las discusiones son intensas, no es la primera vez. Los libros de texto, incluso desde antes que fuesen gratuitos, han sido objeto de disputa. Cada vez que se modifican se genera el mismo barullo o peor. Así que no volveremos a repetir lo que puede leerse en otros artículos, algunos de los cuales abordan con cierto detalle las convocatorios de modificación emitidas por la SEP desde 1993 a la fecha, sus avatares y resultados (Reflexiones sobre la elaboración de libros de texto gratuitos).

Sobre la convocatoria, el proceso, las fases, los mecanismos, procedimientos y condiciones ya se ha comentado bastante. Para abonar a la discusión e ir más allá, nos interesa comentar qué hay detrás de la burda manipulación, las mentiras, burlas, engaños y abusos del señor Arriaga, actual titular de la DGME.

En esto, nuestra posición es clara: Marx miente y engaña para legitimar propósitos políticos verdaderos. Más vale verlo para no llamarnos a engaño; exponemos aquí nuestros argumentos, para quien quiera verlo y no quedarse en una estéril discusión polarizadora en la que cada vez nos hundimos más, encegueciendo nuestra mirada y entendimiento. Vamos por partes.

  1. El montaje: abusos, mentiras y engaños

Abusos. Marx utiliza el cargo que ostenta -y por el que sí cobra mensualmente una cantidad nada despreciable en estos tiempos de austeridad, como ya varios han señalado- para mentir cínicamente. Haciendo gala de sus gustos y preferencias teóricas, en primerísimo lugar Bajtin, el lingüista ruso, aunque no faltó la mención a Vygotsky el psicólogo ruso, incluso Freire, el pedagogo brasileño. Ahí quedó el video de casi tres horas con su larga perorata.

El funcionario aseguró que el enfoque dialógico y la dialogicidad eran la neta del planeta, los libros que surgirían de esta histórica convocatoria, elaborados por todos y para todos, se diseñarían conforme este enfoque. Emulando al señor presidente, arremetió contra los intelectuales que se apropiaron de los LTG. Y fue todavía más lejos; les atribuyó propiedades mágicas de transformación y una sarta de mentiras que ya para qué le seguimos. ¡Tres horas en un monólogo hablando de dialogicidad!

También abusó de la buena fe de quienes aceptaron participar en este experimento al no aclarar desde el inicio, cuáles eran las condiciones en las que realizarían el trabajo. Quienes se registraron y aceptaron de buena fe participar en la convocatoria, sin paga -porque es tiempo electoral dijo el funcionario- y sacrificando sus vacaciones, fueron involucrados en un proceso complejo, cargado de múltiples exigencias, indicaciones, requisitos y, sobre todo, plazos reducidos. Hasta que la precariedad se haga costumbre, parece ser el lema de la SEP.

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Pero quizá el abuso más grave es que con engañifas y mentiras, o si se quiere verdades a medias, el señor Arriaga logró hacerse de la experiencia y el conocimiento especializado de los participantes. Recordemos que la DGME cuenta con 1094 materiales, y de éstos se seleccionarán únicamente 234. Es decir, en un par de semanas, se hizo de un banco de materiales para actualizar los LTG, obtuvo estos insumos sin gastar un solo peso, a la manera de corporaciones como Google, quizá inspirándose en su estrategia. Los agraciados en el proceso de selección en realidad fueron invitados a participar en el expolio de su propiedad intelectual. Para nosotros, esto es extractivismo cognitivo puro.

Mentiras. A la hora de la verdad, y cuando los mismos participantes en la actualización se lo requirieron, no pudo mostrar un solo ejemplo de texto, mucho menos una secuencia didáctica diseñada con base en el enfoque de la dialogicidad del que se dedicó a hablar sin consideración alguna para el respetable. Así que la verdad se reveló más temprano que tarde: la elaboración de secuencias didácticas había que hacerla conforme los planes y programas de estudio vigentesAsí que se equivocan quienes critican la actualización de los LTG por la falta de planes y programas. Esos planes y programas existen, son ni más ni menos que los heredados por la reforma 2013 combinados con los del 2011 de Calderón; si cabe alguna duda, invitamos a ver el video de la sesión 1 de la videocapacitación exprés mencionado arriba: De los Programas y Planes vigentes al Diseño de Materiales Didácticos pasando por la Nueva Escuela Mexicana. Así fueron las cosas, no tardó en caer el velo.

Las mentiras fueron cayendo por su propio peso, pronto quedaron evidenciadas. Primero en la organización del trabajo: las tareas (o los pedazos de ella), se distribuyeron individualmente, con tiempos e indicaciones precisas. Las promesas de diálogo y trabajo horizontal no encontraron asidero en la realidad; muchos participantes crearon, por iniciativa propia, grupos de whatsapp alternos. Muchos no entendían de qué se trataba el bombardeo, qué les pedían y qué tenían qué hacer; otros tantos abandonaron el experimento.

Ante la inmensidad y complejidad de la tarea a cuestas, y a punto de agotarse un tiempo escaso, solicitaron a los organizadores de la DGME y al propio Marx, una extensión del plazo para terminar las tareas. La respuesta fue una negativa acompañada del recordatorio de la fecha fatal de entrega, en el mejor de los casos, cuando no el silencio. Hasta ahí llegó la dialogicidad, ¡para eso nos gustaba!

  • Engañar con la verdad

Luego de este breve recorrido por las flagrantes mentiras y chantajes de las que ha hecho gala Arriaga en torno a los LTG, vale la pena preguntarse qué hay detrás de tan evidente manipulación, qué es lo que se pretende y no se logra mirar fácilmente o no se quiere ver. En perspectiva histórica, esto es lo que nosotros identificamos:

  • El proceso en marcha no es otra cosa que una ACTUALIZACIÓN. Nunca se habló de renovación, mucho menos de reelaboración. En esto, ni la SEP ni el funcionario mintieron; la convocatoria es clara. Desde el principio se dijo que se trataba de una actualización con base en los fines de la educación plasmados en el artículo 3º, la Ley General de Educación 2019, los planes y programas de estudio y ese amasijo de nociones vagas llamada Nueva Escuela Mexicana (NEM).
  • Los planes y programas vigentes corresponden, ni más ni menos que a los aprobados en 2011 en el llamado Acuerdo 592 y al Modelo Educativo 2017 publicado en el DOF en octubre de 2017. Estamos hablando de la herencia de Calderón conocida como Reforma Integral a la Educación Básica (RIEB) y de la reforma de EPN y el Pacto por México que NO ha sido derogados ni sustituidos por otros. Esteban Moctezuma Barragán, primer secretario de educación de la 4T, simplemente realizó modificaciones y formalizó la coexistencia de ambos planes (ACUERDO número 15/06/19 por el que se modifica el diverso número 12/10/17 por el que se establece el plan y los programas de estudio para la educación básica: aprendizajes clave para la educación integral.)

¿Frente a qué estamos entonces? Para nosotros la cuestión es clara, esto es lo que vemos: nos encontramos frente a una actualización progresista del modelo educativo neoliberal; en otras palabras: libros de texto neoliberales pero con máscara humanista.  

La actualización de los LTG se enmarca en y responde a un planteamiento curricular que no ha abandonado la noción de competencia, tampoco la de calidad, mucho menos el logro de aprendizajes, el aprender a aprender  y demás conceptos infaltables en la narrativa productivista sobre la educación, propia de la racionalidad neoliberal.

En el pasado reciente, la negación del carácter profundamente educativo de la reforma 2013, tuvo un costo político muy elevado. Así que desviar la crítica de los LTG de Marx hacia la falta de planes y programas que justifiquen y constituyan la base de unos nuevos libros de texto, conlleva el riesgo de ocultar la continuidad neoliberal detrás de un gobierno con cara progresista. Esta es la verdad que se oculta detrás de los abusos, las mentiras y manipulaciones de ese Marx.


Publicado en Insurgencia Magisterial 

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