Tal parece que la “austeridad republicana” ha traído consecuencias nada gratas en diversos órdenes de gobierno. Y es que mire usted, plantear de buenas a primeras que los creadores visuales participen en el rediseño de los libros de texto gratuitos (LTG) que se distribuirán en las escuelas del país en este año sin que exista una remuneración por el trabajo realizado, es una de las tantas ocurrencias que caracterizan a este gobierno. Me explico.
Hace unos días, la Secretaría de Educación Pública (SEP) a través de la Dirección General de Materiales Educativos (DGME) y la Estrategia Nacional de Lectura (ENL), lanzaron una convocatoria para rediseñar los LTG de primaria con la idea de convertirlos en una pieza clave para la solidaridad y la integración de un país desde una visión humanista; para ello, convocó a diversos actores educativos y no educativos, entre los que destacan docentes normalistas, investigadores de universidades, maestros y maestras, cronistas, entre otros, para que, con base en una capacitación sobre la Nueva Escuela Mexicana, el diseño de Planes y Programas, las categorías pedagógicas y las variables que deben de abordar en el diseño de los materiales didácticos, se tengan listos 18 nuevos libros de 30 el próximo 31 de mayo de 2021; esto, con la intención de que la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (CONALITEG) los imprima y que los niños los reciban en agosto, cuando inicie el ciclo escolar 2021-2022.
Tal convocatoria no es algo nuevo puesto que, en sexenios pasados, se convocaba a diversos especialistas para que, de manera conjunta con la SEP, se rediseñaran dichos textos. Lo nuevo aquí es que, en esta ocasión, se abre la posibilidad de que participen maestros y maestras de todo el país, asunto que podría ser harto favorable de no ser porque participar en diseño curricular no es una tarea sencilla, requiere de amplios conocimientos especializados en diseño curricular, didáctica de la asignatura o didáctica docente, así como también, expertos en ciertas disciplinas, en pedagogía y otros.
¿Es suficiente una capacitación de unas cuantas horas para el rediseño de los LTG sobre algo que poco se conoce como lo es la Nueva Escuela Mexicana?, ¿son suficientes 56 días para que diversos “equipos de trabajo” cumplan con una tarea nada sencilla como la que demanda este rediseño? Ojo, no estoy diciendo que los profesores y profesoras participantes no tengan el conocimiento que se requiere para esta tarea, lo que estoy diciendo es que se va a trabajar sobre algo que poco se conoce, por ejemplo: ¿cuál es el plan de estudios que se está tomando como base para el rediseño de los LTG si el plan de estudios de la “Nueva Escuela Mexicana” ni siquiera se ha publicado?, ¿será que la SEP ya tenga listo este plan, pero aún no lo difunde entre el magisterio? En este sentido, una cosa es lo que dicta el Artículo 3º Constitucional y sus leyes secundarias, y otra, muy diferente, contar con un nuevo plan de estudios o, como diría aquel, con un nuevo modelo educativo.
¿Quién asumirá los “costos” educativos por el trabajo realizado sin el debido fundamento?, ¿los maestros y maestras? Es más, me gustaría saber: ¿cuáles fueron los resultados de la evaluación curricular que orientaron la toma de decisiones para el rediseño de estos textos?, ¿es suficiente que un funcionario, como lo es Max Arriaga Navarro, haya afirmado que los LTG han perdido vida convirtiéndose un material oscuro para que se considere dicho rediseño?, ¿acaso no se acuerden que durante el peñanietismo se imprimieron cientos de LTG con una mano de seis dedos y que, en su momento, se criticó hasta el hartazgo?
Ahora bien, por lo que respecta a cierta remuneración que puedan recibir los participantes en esta primera convocatoria, se entiende que es eso, una convocatoria mediante la cual el que decida participar, puede hacerlo; de hecho, no tendría por qué existir una remuneración porque es una decisión voluntaria y la autoridad educativa pudo convocar a cierto grupo de profesores a través de una comisión para tal efecto. Muchos docentes han participado en otros procesos y, desde luego, se agradece la emisión de una constancia; esto no es nuevo.
Lo nuevo en este proceso es la siguiente convocatoria, la que fue dirigida a los creadores visuales, porque en ella se estipula que cada participante en el proceso de rediseño de los LTG, recibirá únicamente una constancia por sus materiales visuales, con valor curricular por parte de la DGME, así como un ejemplar del libro en el que aparezca su ilustración y su crédito y, por ello, el creador visual tendría que ceder sus derechos patrimoniales de las obras desarrolladas a la SEP. Sí, así como lo leyó usted: ceder sus derechos.
Y bueno, como era de esperarse esto no cayó del todo bien en diversos artistas visuales, artesanos en general, artistas urbanos, ilustradores, pintores, diseñadores gráficos, escultores, dibujantes, entre otros. De hecho, hace unos días, el movimiento “No Vivimos del Aplauso”, integrado por una cantidad de artistas y creadores, dieron a conocer una carta dirigida a la Secretaria de Educación, Delfina Gómez, y al Director General de Materiales Educativos, Max Arriaga, en la que expresaron su descontento y rechazo a tal convocatoria. Su argumento tuvo como sustento que, al ser una instancia como lo es el Estado para convocar a ciertos creadores visuales a participar en este rediseño, tendría que existir una remuneración de por medio; y es correcto.
Ciertamente habrá quien me pueda decir que es una convocatoria y que quién decida participar puede hacerlo; es más, con seguridad me podrán decir que los maestros no recibirían remuneración alguna por participar en este proceso, tal y como lo he comentado y que, por tal razón, no tendría por qué pagarles a los creadores visuales; y puede ser cierto. No obstante, a diferencia de los profesores que pueden ser comisionados para este trabajo, los creadores, a través de sus obras, cuentan con derechos patrimoniales que son propios de los trabajos que éstos desarrollan. En consecuencia, ¿tendrían los maestros que exigir sus derechos patrimoniales por la participación en este rediseño?, ¿no acaso una actividad intelectual para la que fueron convocados requiere de este reconocimiento y/o remuneración?, ¿qué dice la ley con relación a las formas de contratación de los profesores?, ¿qué dice la ley con relación a quien realiza un trabajo artístico por su propia cuenta? Obviamente hay una diferencia importante y, desde luego, la DGME y la SEP, cometieron un error más al pretender hacer las cosas con base en esa austeridad republicana y sin el conocimiento pleno de lo que significan ambas formas de participación.
Muchas veces en las redes sociales circulan diversos mensajes relacionados con el que no se debe “regatear” el trabajo que artesanos ofrecen en las calles, en los pueblos, en las ciudades, porque, curiosamente, cuando alguien compra en un centro comercial o en alguno de los locales donde se vende ropa de marca reconocida a nivel mundial no se “regatea”, simplemente se compra; ¿por qué no tendría que remunerarse el trabajo de estos creadores visuales?, ¿acaso no sus obras les permiten obtener un recurso que les permita llevar un sustento a casa?, ¿acaso los profesores no reciben su salario quincenalmente?
Muchos crecimos con LTG que, hasta la fecha, los tenemos en mente por las ilustraciones que en éstos aparecen dado el contenido que se abordó en Español, Matemáticas, Historia, entre otros. Tenerlos presente, independientemente del momento en que los hayamos trabajado con nuestros maestros, es un claro indicador de que, a través de estas imágenes, tuvimos o adquirimos un aprendizaje, cualesquiera que éste haya sido.
Desde mi perspectiva las ilustraciones deben pagarse.
Con negritas:
Bien podría el titular de la DGME acercarse a la Dirección General de Educación Superior para el Magisterio (DGESUM); ahí, por varios años, se ha trabajado un programa: “leer para la vida” que, dicho sea de paso, ha colaborado para que los estudiantes y maestros de las escuelas normales se acerquen a la lectura y a diversas obras que han publicado cientos de escritores. Esto lo digo porque tal acercamiento, le permitiría comprender que una obra es producto del intelecto humano y porque, dadas las recientes y desafortunadas palabras del Director, Max Arriaga, en cuanto a que las mujeres no leen y por ello no desarrollan un pensamiento crítico, tal parece que el que requiere leer y empaparse de la cultura es él y no las mujeres. Sin duda.
Referencias:
Crowley, C. (2021). Rediseño de libros de texto… exprés. Muxed. Recuperado de:https://www.muxed.mx/post/redise%C3%B1o-de-libros-de-texto-expr%C3%A9s?fbclid=IwAR3CXaI2OO8dVjrvypOBqdtY8Dp7anLmZu8W9ARGA4JFZuypOdpkltiCj1g
Quintanilla, S. e Ixba, E. (2011). “Martín Luis Guzmán y los primeros libros de texto gratuito”, en La educación pública: patrimonio social de México.
Roldán, N. (2021). Con el presupuesto más bajo en 8 años para libros, la SEP pide a ilustradores trabajar sin pago. Animal Político: https://www.animalpolitico.com/2021/03/libros-sep-ilustradores-trabajar-sin-pago/
SEP. (2021). Convocatoria para el rediseño de los libros de texto gratuitos de primaria 2021. Recuperado de: https://libros.conaliteg.gob.mx/Convocatoria_2021.pdf
SEP. (2021). Convocatoria a creadores visuales para el rediseño de los libros de texto gratuitos de educación primaria ciclo escolar 2021-2022. Recuperado de: https://drive.google.com/file/d/18UQkhq4cBcBG8M_kpPh71OrXxCZ7-JJm/view