El Secretario de Educación nos acostumbra a mandar señales de poder y con ello, doblegar los últimos intentos de insurrección en contra de la reforma educativa, que dicho sea de paso, empieza a rendir sus primeros frutos.
Y es que al inaugurar los foros de consulta para revisar el modelo educativo el pasado 7 de febrero, el comandante de la SEP reveló que más de 500 docentes en diversos estados del País fueron cesados del servicio por faltistas.
Como bien está enterado el lector, la ley general del servicio profesional docente mandata cese para aquellos trabajadores que falten a sus labores por tres días seguidos o discontinuos durante un mes.
Aquí habría que reconocer que el jerarca de la SEP siempre se cobija al amparo de la ley, pues afirmó que los ceses de los profesores “no se pueden revocar, pero sí se pueden impugnar ante el Poder Judicial”.
El breve detalle (y vaya detalle), es que, los victimados que deseen apelar al estado de derecho, deben entender que, por lo menos, el partido ya lo van perdiendo desde el vestidor por un par de goles, pues vivimos en un País gobernado con la vara de la injusticia y la impunidad.
Que si en efecto los docentes cesados agraviaron la ley general del servicio profesional docente es cosa que no nos toca determinar.
Se trata de que tendrán que pedir clemencia a un oscuro sistema de justicia cuestionable hasta los tuétanos, que un día, dependiendo de sus raros humores, puede justamente aplicar la ley, pero en otro; ensañarse contra el que se deje.