La “nueva” USICAMM: una tomada de pelo

Hoy se anuncia con bombo y platillo un “nuevo” esquema de ingreso y reconocimiento que ahora sí “revalorizará al magisterio...
Alfonso Cepeda Salas y Mario Delgado Carrillo
ALFONSO CEPEDA SALAS Y MARIO DELGADO CARRILLO

En un país donde las cosas que suceden parecen no tener sentido, se encuentra una más que mírese por donde se mire, fácilmente podría ser catalogada como una locura. Resulta que el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum “ha decidido” eliminar una de las propuestas que el expresidente Andrés Manuel López Obrador llegó a concretar al inicio de su mandato porque, según recuerdo, en ese entonces el sistema educativo requería de un mecanismo que lograra la tan anhelada y cacaraqueada “revalorización del magisterio”; me refiero a la Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros, mejor conocida como USICAMM. Sin embargo, debe recordarse que esta “fabulosa” idea no surgió de las entrañas del lopezobradorismo o de la “cuatro T” que lo cobijaba, sino de lo más rancio del neoliberalismo que hoy, igual que antaño, se crítica hasta el hartazgo. Veamos.

Allá por el 2008, cuando se firmó la Alianza por la Calidad de la Educación entre Felipe Calderón y la líder del sindicato Elba Esther Gordillo, surgió un esquema que tenía entre sus líneas la profesionalización de los maestros y las autoridades educativas, con tres indicadores fundamentales: el ingreso y la promoción; la profesionalización; y los incentivos y estímulos.

El cierto, alguien con mucha certeza y seguridad dirá que ese esquema de alguna forma se contemplaba en el Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica de 1992, y es correcto, porque durante el periodo salinista es que se concretó el programa denominado Carrera Magisterial, cuya premisa era la de evaluar a los profesores de educación básica y, para ello, se diseñó y echó andar una estructura que terminó siendo una estrategia de estímulos salariales cuyo control recayó en la Secretaría de Educación Pública (SEP) y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). Aquí valdría la pena preguntarse: ¿mucho ha cambiado para que todo siga igual en estos días tan surrealistas que se están viviendo en México? En fin.

Volviendo al tema que me ocupa, no debe olvidarse que, durante el calderonismo, el tema del control de las plazas (ingreso) por concurso nacional se planteó como un mecanismo que aseguraría la calidad educativa en las aulas y en las escuelas; con ello se comenzó a sembrar la idea de que las niñas, niños y adolescentes tenían que contar con las mejores maestras y maestros de México, como si un examen fuera el único instrumento que permite valorar la capacidad de una profesora o profesor frente a un grupo de 35 o 40 estudiantes.

Con este antecedente, obviamente sin perder de vista la injerencia de organismos internacionales como la OCDE o el BM, entre otros, en el 2013 el peñanietismo concretó lo que otros sexenios no pudieron; me refiero a aprobar una reforma educativa, de carácter punitivo, con procesos de ingreso, permanencia, promoción y reconocimiento del magisterio. ¡Qué no se olvide! Mario Delgado, Secretario de Educación con Claudia Sheinbaum, fue parte del Pacto por México que impulsó y logró la aprobación, en el senado y en la cámara de diputados, de la reforma educativa de 2013.

¿Qué criterios quedaron establecidos para el ingreso en 2013? a) Perfil con formación pedagógica o áreas afines que correspondieran a los niveles educativos; b) Parámetros e indicadores con base en criterios para el examen y asignación de plazas: congruencia, pertinencia, suficiencia, generalización y claridad; c) Instrumentos de evaluación previo registro para determinar: idóneo/no idóneo; d) Examen presencial en sedes; e) Listas de prelación; f) Asignación de plazas. ¿Cuáles fueron los criterios para la promoción en función de los incentivos en el marco de la evaluación del desempeño? a) Parámetros e indicadores con base en criterios para el examen y asignación de incentivos: congruencia, pertinencia, suficiencia, generalización y claridad; b) Instrumentos de evaluación previo registro: 1) No suficiente (regularización por tutoría y formación continua). 2) Suficiente (permanencia por 4 años y participación en programas de desarrollo profesional). 3) Destacado (participa en el programa de promoción en la función); 4) Incremento (ascenso en el programa en la función); c) Examen para la obtención del nivel; d) Lista de prelación (7 niveles de incentivos); e) Asignación de niveles.

Pasaron los meses y López Obrador llegó al poder con la reiterada promesa de que revalorizaría al magisterio y, para ello se abrogaría la reforma educativa de 2013 y todo lo que esta representaba. No tarde ni perezoso, ya con la reforma en las manos, de un plumazo desapareció a la Coordinación Nacional del Servicio Profesional Docente (CNSPD, organismo que aplicaba a rajatabla lo mandatado en la ley de 2013) y el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (que, entre otras tantas cosas, se encargaba del diseño de ciertas “políticas”, digamos evaluadoras) y surgió la USICAMM y la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la educación (MEJOREDU); esta última ya desaparecida por, digamos, ya no servir a los intereses del gobierno sin considerar que, con ello, una promesa de campaña de Obrador se fue al caño, porque su eliminación fue contraria al motivo que le dio su razón de ser: REVALORIZAR AL MAGISTERIO después de tanta denostación peñanietista. En fin.

En los hechos, en 2019 la CNSPD de 2013 quedó intacta, salvo por la eliminación de la palabra permanencia, todo lo demás quedó prácticamente de la misma forma en el nuevo organismo llamado USUCAMM. Para el ingreso se estableció: a) Parámetros e indicadores para el ingreso al SPD; b) Parámetros e indicadores como referente de la buena práctica y el desempeño eficiente del docente; c) Instrumentos de valoración previo registro a partir de elementos multifactoriales: 1) conocimientos y aptitudes, 2) formación docente pedagógica, 3) acreditación de estudios, 4) promedios general, 5) cursos extracurriculares, 6) movilidad académica, 7) experiencia docente (además del curso en línea de la NEM); d) Exámenes presenciales en sedes (aunque con la pandemia todo se cambió a “en línea”); e) Lista de ordenamiento; f) Asignación de plazas. Para el programa de promoción horizontal por niveles con incentivos: a) Perfiles, criterios e indicadores como referente de la buena práctica en el desempeño eficiente de la función docente (rasgos y características de los perfiles profesionales); b) Instrumentos de valoración previo registro: 1) antigüedad, 2) reconocimiento al buen desempeño, 3) grado académico, 4) desarrollo profesional, 5) instrumento de valoración (examen), 6) instrumento de valoración de recursos personal y práctica (¿otro examen?), 7) entrevista; c) Aplicación de instrumentos de valoración; d) Lista de resultados (8 niveles); e) Asignación de niveles.

Con este esquema, como bien dirían en mi pueblo, se evidenció aquello de que: “es la misma burra nada más que revolcada” o, en este caso: fue la misma burra nada más que revolcada, ¿cuál cambio o transformación entonces?

Hoy se anuncia con bombo y platillo un “nuevo” esquema de ingreso y reconocimiento que ahora sí “revalorizará al magisterio”; es más, hoy, tomados de la mano SEP y el SNTE, viven una novela de amor tan romántica como en los buenos tiempos de La maestra con Salinas, Fox o Calderón, amor que los ha llevado a afirmar que por fin el Sindicato tendrá presencia en los distintos procesos cuando en realidad siempre la han tenido, la realidad es que NO HAN HECHO NADA. En fin.

Vivimos tiempos tan inverosímiles que nos llevan a pensar que la “nueva” USICAMM es y será una tomada de pelo para el magisterio.

Al tiempo.

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