Recientemente impartí el webinar W167, titulado “Cuarta sesión del CTE: Elegir el tema idóneo para mi comunidad escolar”, por invitación de Red Magisterial, con el propósito de revisar lo relacionado con la Cuarta Sesión del Consejo Técnico Escolar (CTE). Días después, con el mismo objetivo, conversé con un grupo de maestras y maestros que desempeñan funciones de dirección y supervisión en diferentes entidades federativas, con quienes hemos trabajado juntos desde hace tiempo. Me llamó la atención la diversidad de formas en que se afronta la tarea de preparar y organizar las sesiones del CTE. En ambas ocasiones, hice un esfuerzo por explicar la propuesta oficial y ahondar en los casos particulares. Principalmente, me interesaba comprender las razones por las cuales algunas autoridades educativas locales y escolares ignoran, en mayor o menor medida, las orientaciones de la autoridad educativa federal.
En la Primera Sesión Ordinaria del CTE del ciclo escolar 2024-2025, la Secretaría de Educación Pública (SEP), a través de las orientaciones emitidas, destacó que “la puesta en marcha del Plan de Estudio 2022 ha transformado el funcionamiento y la orientación del Consejo Técnico Escolar”. Además, subrayó la importancia de priorizar el acompañamiento pedagógico hacia los colectivos, con el objetivo de resignificar las funciones del personal directivo y de supervisión. Entre las prácticas que estas figuras deben promover se encuentran: la autonomía profesional, la formación situada, el diálogo pedagógico y el establecimiento de las mejores condiciones para la realización del CTE, entre otras. En este contexto, se presentó una nueva modalidad de organización para las sesiones del CTE en el documento titulado “Programación propuesta para las Sesiones Ordinarias del Consejo Técnico Escolar. Ciclo Escolar 2024-2025”.
La SEP justificó este cambio como resultado de las observaciones realizadas a las sesiones del CTE desde enero de 2023, lo que “les permitió identificar que las temáticas propuestas no siempre responden a la diversidad de necesidades y niveles de apropiación de los colectivos”. Asimismo, se fundamenta en el Acuerdo Secretarial 05/04/24, que establece que una de las funciones del CTE es decidir las formas de organización de las sesiones que mejor atiendan las características del colectivo docente, el logro de los propósitos y el cumplimiento de sus funciones (artículo 8). Derivado de ello, se contemplan ocho sesiones ordinarias, de las cuales cuatro están destinadas a abordar temas relevantes a nivel nacional, mientras que en las otras cuatro, cada colectivo seleccionará, de un listado de diez temas, cuáles trabajar y en qué orden, según sus necesidades. Cada temática contará con insumos en diferentes formatos, diseñados para apoyar a los colectivos docentes en su desarrollo.
En este sentido, las orientaciones dirigidas a directivos y supervisores para la realización de la Segunda Sesión Ordinaria del CTE conciben este espacio como un escenario genuino para el ejercicio de la autonomía profesional, donde maestras y maestros puedan poner en juego sus capacidades, conocimientos, experiencias y saberes. Para los colectivos docentes, se emitieron diez documentos conocidos como orientaciones, que abordan de manera específica cada temática, pero que comparten aspectos metodológicos en la sección titulada “Sugerencias para el desarrollo de la sesión“. Esta sección propone:
1. Analizar el propósito y las ideas centrales para identificar puntos relevantes que permitan establecer el alcance del trabajo a desarrollar.
2. Revisar los insumos propuestos y seleccionar los más pertinentes según los intereses, inquietudes y características del colectivo.
3. Planear el trabajo de la sesión con actividades orientadas a privilegiar la reflexión, el diálogo y la discusión, vinculándolas con la realidad y el contexto.
4. Informar con anticipación a los docentes sobre las actividades previas a la sesión y recomendar la revisión previa de los insumos, para que el tiempo disponible se destine al desarrollo de las actividades planeadas y al intercambio pedagógico.
De acuerdo con anterior, propongo desglosar con mayor detalle las sugerencias como a continuación propongo:
Bajo esta nueva modalidad, o cuasi metodología, debió haberse llevado a cabo la Segunda Sesión Ordinaria del CTE. A la luz de la experiencia, sería valioso reflexionar sobre las razones para la selección de la temática, su relevancia, los aprendizajes esperados en los colectivos y cómo entablar un diálogo horizontal con las maestras y maestros. Cabría esperar que se cuente con más y mejores argumentos para desarrollar esta Cuarta Sesión, que metodológicamente debería ser muy similar, casi idéntica.
El próximo 31 de enero de 2025 se llevará a cabo la Cuarta Sesión Ordinaria del CTE correspondiente al ciclo escolar 2024-2025. Este encuentro representa una valiosa oportunidad para reflexionar sobre la coherencia entre el discurso, las acciones y los resultados. A mitad del año lectivo, es pertinente valorar el desempeño de las autoridades educativas, tanto federales como locales, y analizar si sus esfuerzos están a la altura de las expectativas planteadas. Si la toma de decisiones es congruente con el plan de acción trazado.
Asimismo, resulta crucial evaluar si existe una comunicación efectiva y una adecuada coordinación con las autoridades escolares. Si estas condiciones se cumplen, es probable que el CTE se convierta en un espacio de formación “in situ” que fortalezca la práctica docente y, por ende, el aprendizaje de las y los estudiantes. De lo contrario, podría aflorar el desaliento entre las maestras y los maestros, llevando a prácticas rutinarias o burocráticas que, inevitablemente, impactarían de forma negativa en los aprendizajes de las niñas y los niños. Esta situación, de no atenderse, representaría un obstáculo significativo para alcanzar los ideales de la Nueva Escuela Mexicana.
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