La dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Elba Esther Gordillo Morales, se abstuvo de opinar sobre el nuevo secretario de Educación Pública (SEP), Emilio Chuayffet Chemor.
Argumentó que la decisión de nombrar al responsable de la dependencia es facultad del presidente Enrique Peña Nieto, por lo que no tiene comentarios al respecto y se concentró en los retos de la nueva administración.
Tampoco se refirió a la iniciativa de reforma educativa que anunció el ejecutivo federal como uno de los 13 ejes de su gobierno que buscará establecer las bases para el servicio magisterial y contar con reglas claras para que el que quiera ser maestro, director y supervisor lo haga con méritos y acabar con las plazas vitalicias y hereditarias en el magisterio.
“Ha llegado el momento de la Reforma Educativa. Una nación basa su desarrollo en la educación. El capital humano es la base del desarrollo y progreso de un país; ésta es la razón por la que corresponde al Estado la rectoría de la política educativa”, dijo al inicio del séptimo punto.
“Habrá reglas claras y precisas, para que todo aquel que aspira a ingresar, permanecer y ascender como maestro, director o supervisor, lo haga con base en su trabajo y sus méritos, garantizándoles plena estabilidad laboral”, y prometió enviarla al Congreso de la Unión en los próximos días.