Durante años el gremio magisterial era sinónimo de liderazgo, de fortaleza, de interlocución, las siglas del SNTE hacían valer sus más de millón y medio de agremiados, los gobiernos proponían cambios en los contratos colectivos de trabajo y el sindicato revisaba, corregía y posteriormente emanaban acuerdos en beneficio de los trabajadores de la educación.
A través de reformas educativas sexenales, han ido acotando el poder sindical, el golpe mayúsculo lo dieron el sexenio pasado, descabezando el ultimo cacicazgo poderoso de la historia reciente del SNTE, la encarcelaron, no había manera amable de acabar con el poder acumulado durante más de dieciocho años, un personaje cercano puso su cabeza en bandeja de plata, Juan Diaz y con ello dieron paso a la era de dirigentes florero, invitados de piedra, adornos de ocasión que solamente servían para dar cierta legalidad a los actos decididos desde Palacio Nacional.
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Esa fue una época servil y triste para el gremio que tuvo que soportar el entreguismo de sus dirigentes y el maltrato de sus autoridades, parecía que no tenía fin, sin embargo, solamente duraron un sexenio, teniendo que maniobrar de último momento para que con la entrada de la llamada cuarta transformación, los floreros con su gran capacidad camaleónica, se invisibilizaron, desaparecieron, disque los encabeza un tal Poncho Cepeda, que al principio de su evolución camaleónica era gris de diversas tonalidades, hasta que finalmente se volvió totalmente invisible, se mimetiza a cada paso que da, de tal manera que toma la forma que le dictan en Palacio Nacional, si pensábamos que con Juan estábamos mal, con Poncho ni siquiera hay manera de llamarlo.
Para probar lo que digo voy a hacer unas preguntas acerca de donde estaba Poncho Cepeda y su Comité Invisible en los siguientes temas de relevancia para el magisterio nacional:
- ¿Dónde estaban? cuando aprobaron el pago en UMAS a los trabajadores afectando dolorosamente sus percepciones a todos los que han dejado una vida al servicio de la educación.
- ¿Dónde estaban? cuando se aprobaron unilateralmente criterios de movilidad docente que no toman en cuenta las particularidades de cada región de país.
- ¿Dónde estaban? Cuando se autorizó el incremento salarial de 19 pesos diarios en promedio, que evidentemente no alcanza para solventar los gastos de un trabajador.
- ¿Dónde estaban? Cuando autorizaron un calendario escolar que tendrá casi un mes más de días laborables que el vigente actualmente.
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En fin, estoy seguro que hay infinidad de temas que pueden enumerarse haciendo alusión a la invisibilidad del SNTE, la respuesta de cada una de ellas es simple, Poncho estaba apoyando las decisiones tomadas. Momentáneamente deja su invisibilidad para emitir comunicados donde apoya las acciones y determinaciones emitidas por la SEP, todo sea por seguir administrando las cuotas de un millón y medio de agremiados que no saben para que pagan dicha cuota.
Lo anterior parece triste y lamentable, pero más triste y lamentable es que no hay liderazgos ni dentro de la estructura sindical, ni fuera de ella, no hay quien pueda convocar o aglutinar algún porcentaje verdaderamente significativo de trabajadores, ni la otrora poderosa CNTE, ni ninguna otra corriente, ni los opinadores del quehacer magisterial, ni los investigadores del tema educativo, ni los Twiteros empedernidos que tienen muchos seguidores, ni los Facebuqueros revolucionarios que claman por el respeto de los derechos docentes. ¡Nadie!
Y eso es lo verdaderamente lamentable, un gremio que no tiene liderazgos, ni viejos ni nuevos, solamente puede sentarse a observar cómo poco a poco se termina de armar un ensamblaje que, apuesta por desbaratar las luchas colectivas, lo ganado en masa, la identidad gremial está acabada, y parece que no hay vuelta atrás, al inicio de este gobierno se anunció con bombo y platillo la democratización de los sindicatos, se hicieron las reformas legales correspondientes y se dijo que ahora si los trabajadores podrán votar todos de manera directa para elegir a sus dirigentes. Nada ha ocurrido.
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En lo particular, creo que nada ha ocurrido ni ocurrirá mientras el magisterio esté quietecito, viendo de lejos lo que ocurre, bien lo dijo Luisa María Alcalde Luján, titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS). “Ahora la clase obrera cuenta con herramientas para acabar con el charrismo y asegurarse mejores prestaciones. Pero no será el gobierno el que intervenga, ataja la secretaria de Estado más joven de la 4T. Serán los propios trabajadores los que tendrán que defender sus derechos y hacer valer lo que ahora les reconoce la ley.”
“En México hay nuevo marco jurídico y un renovado ambiente político a favor de los trabajadores, asegura, Pero los trabajadores deberán ser quienes recuperen sus sindicatos y defiendan sus derechos. El gobierno no intervendrá para quitar o posicionar a determinados líderes sindicales.”
Mas claro ni el agua, el balón está en el aire y la base trabajadora solo lo ve pasar de un lado a otro, sin poder parar el juego que hasta ahora no le favorece. La pregunta final es ¿hasta cuándo?