CURSO BÁSICO 2011-2012. Relevancia del docente en la escuela del nuevo milenio. PARTE II

Por:  ANEL GUADALUPE MONTERO DÍAZ @Anelin00 La propuesta del curso básico, que tiene como eje fundamental el papel del maestro en el desarrollo de ...

Por:  ANEL GUADALUPE MONTERO DÍAZ

@Anelin00

La propuesta del curso básico, que tiene como eje fundamental el papel del maestro en el desarrollo de competencias, tanto de los alumnos como de los docentes[i], plantea algunos temas, que en este texto serán objeto de reflexión con miras a develar algunas de las más profundas incongruencias entre el discurso que permea la reforma integral de la educación básica (RIEB) y la práctica docente de aquellos que, en su cotidianeidad, afrontan con valor su trabajo en el aula.

1.- LA RELEVANCIA DE LA PROFESIÓN DOCENTE

La profesión docente es, intrínsecamente relevante. Urge, eso sí, una revalorización magisterial. En este apartado, los autores apuestan porque el docente coloque un gran espejo frente a sí mismo y produzca dos textos donde conste que hizo este análisis: una semblanza profesional a partir de revalorar la práctica educativa y un texto escrito sobre lo que identificar a los docentes del siglo XXI. Es posible que este ejercicio tenga su referente en Programación Neurolingüistica, por aquello del “estado actual”, “estado deseado” y “estado perfecto”, como punto de partida para que el profesor realice un análisis FODA (Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas) de su práctica docente.

Sin embargo, este análisis está planteado en el contexto del enfoque por competencias, lo que de entrada dirige la reflexión del profesor al centrar  su atención específicamente a tres preguntas ¿qué es necesario saber? ¿qué es necesario saber hacer? Y ¿cuán bien se debe hacer?

Es válido pero no es suficiente. El docente es un profesional inmerso en un contexto que lo reta, lo interpela y lo amenaza. Si bien es cierto que en este apartado el profesor analiza su práctica docente, ésta no es una isla. No hay un análisis de las condiciones actuales en las que se encuentra inmerso el docente. No hay un cuestionamiento crítico hacia el sistema educativo que le trata como empleado burócrata en lugar de respetar su condición de profesional de la educación.

En este momento, los profesores buscan una bisagra a la cual asirse que les dé la seguridad que años anteriores les brindaba. Hay una profunda ruptura paradigmática entre el modelo en el que fueron educados y el que hoy exige que sean educados los alumnos. La emergencia de nuevas realidades, nuevas tecnologías, nuevas estructuras analíticas, hacen que sea urgente que el profesor tome una postura crítica en relación a los tiempos que vivimos:

 “Todos participamos, aunque desde diferentes posiciones, en un sistema global de cultura…cada vez menos dominada por Occidente, menos eurocéntrica…y entonces debe haber más y más gente en Occidente, como nosotros, perceptivos tanto de su ignorancia de muchas de las tradiciones de los otros y deseosos de saber más” (Kawame & Gates, 1997: XI)

2. LA FORMACIÓN DEL ESPÍRITU CRÍTICO Y CIENTÍFICO

Este punto constituye una de las mayores contradicciones del enfoque por competencias y por ende del planteamiento que en este curso, pretende que el profesor presente una propuesta de trabajo con la ayuda de una “miniguia”(sic) para el pensamiento crítico (¿?)

En este mismo portal de SDP noticias, presenté el artículo “Nuevos escenarios. El reto de la imaginación” donde abordo el espíritu crítico a través de una narración de Savater[ii], acerca de la importancia de hacer las preguntas adecuadas, más que de poseer las respuestas correctas.

En el curso que nos ocupa, uno de los planteamientos que aborda el pensamiento crítico, es el de Ana María Patiño:

 “se trata de promover el hábito de cuestionarse y de proponer alternativas diferentes, de construir, y no tanto de destruir, de tal modo que al pensamiento crítico se le asocia indisolublemente con la capacidad creativa… pues para ser creativo se debe hacer uso de la intuición, la imaginación y el pensamiento divergente” (Patiño, 2010: 91-92).

EL PORTAFOLIO DE EVIDENCIAS

Sin embargo, en la práctica docente el portafolio de evidencias de los alumnos es  donde se encuentra la grave incongruencia entre la formación del espíritu crítico de docentes y alumnos.

Mientras autores como Díaz Barriga sostienen que el portafolio de evidencias de los alumnos debe contener ejercicios que tomen en cuenta el contexto del alumno para que el aprendizaje sea significativo, otros como Ravela afirman que no necesariamente esto es válido, pues el portafolio puede contener cualquier ejercicio que el docente considere pertinente para el proceso de enseñanza-aprendizaje del alumno.

 “Es más importante la imaginación que el conocimiento”

 Einstein

 ¿Cómo propiciar el pensamiento crítico del profesor y del alumno constriñéndolos a su contexto inmediato? ¿cómo insertar al profesor y al alumno en la emergencia de repensar la realidad desde su posicionamiento sin utilizar la imaginación? Esto no es posible. ¿Conoce usted la biografía de Julio Verne? Si, es el autor de libros que han inspirado películas como Indiana Jones: “veinte mil leguas de viaje submarino”, “la isla misteriosa” y “viaje al centro de la tierra”, entre otras. Además es considerado el iniciador del género de ciencia-ficción. Don Julio Verne jamás viajó. Nunca abandonó su pueblito natal. Todas sus obras surgieron de su imaginación. Pensemos por un momento en un profesor que, en base al enfoque por competencias, le hubiera pedido al genio que todos los ejercicios, tareas, textos y reflexiones, se limitaran a su contexto…porque sólo así el aprendizaje sería significativo.

También mencioné en el artículo “Nuevos escenarios. El reto de la imaginación”, el caso de los señores preguntones australianos ganadores del nobel de medicina en 2005. A través de la imaginación, se atrevieron a retar el paradigma científico dominante en su tiempo, demostrando que el estómago sí es capaz de albergar la bacteria helicobacter pylori, causante de la gastritis. No sin antes, por supuesto, haber sido difamados, vilipendiados, ridiculizados, descalificados  y (esta no falla) tachados de locos.

Por cierto, La miniguía para el pensamiento crítico que se presenta como apoyo en el curso para que el docente presente una propuesta de trabajo, es una muestra de la gran contradicción que existe entre lo que se dice en el discurso y lo que los profesores reciben en los cursos en cascada de la Secretaría de Educación. No hay guías para el pensamiento crítico, porque cada profesor tiene su propio y diferente proceso de apropiación de la realidad.


[i] Curso Básico de formación continua para maestros en servicio. Relevancia de la profesión docente en la escuela del nuevo milenio 2011. Primera edición. SEP 2011.