Cambios en la educación secundaria deben tener como objetivo la formación integral de docentes y estudiantes: Mejoredu

Aseguran que los nuevos planes de estudio para maestras y maestros de educación básica contribuyen a la formación inicial de profesionales con ...
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Foto: ilustrativa

La comisionada de la Junta Directiva de la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu),  destacó que la transformación de la formación de docentes para la educación secundaria requiere considerar la historia de este nivel educativo y los aspectos relacionados con la organización, gestión, concepción educativa y pedagógica, así como las condiciones laborales.

En su conferencia magistral —dictada ante autoridades, maestras, maestros, alumnas y alumnos de esa casa de estudios— dijo que para emprender cualquier cambio en ese nivel se requiere reconocer el contexto, la diversidad y las condiciones actuales en que opera; definir el sentido de la educación secundaria y establecer una propuesta de vinculación entre los niveles que conforman la educación básica.

Acompañada de Crisóforo Zúñiga Mercado —director de esa Escuela Normal— Sandoval Flores señaló la necesidad de conducir acciones de formación de las y los docentes y directivos; vincular la formación inicial con la formación continua, y garantizar las condiciones institucionales para un trabajo colaborativo en favor de la formación integral de las y los adolescentes.

Señaló que el tránsito hacia un proyecto de transformación educativa de la magnitud del que se está implementando en la educación básica requiere orientar la formación de un docente renovado que domine nuevos enfoques de conocimiento pedagógico y didáctico, acordes con las tendencias actuales (derechos humanos, inclusión, equidad, diversidad) de modo que ello favorezca la formación de un estudiantado capaz de hacer argumentaciones partiendo de un pensamiento propio.

La comisionada de Mejoredu dijo que también se requiere de una maestra o maestro que enseñe de manera articulada y significativa los contenidos (organizados actualmente en campos y ejes articuladores) en vínculo con diferentes espacios: escuela, comunidad, familias; que problematice su propia enseñanza; asuma un compromiso humano con sus estudiantes; desarrolle y ejerza su autonomía profesional de manera ética; valore la diversidad social y cultural; y trabaje colaborativamente.

En este sentido, señaló que los nuevos planes de estudio para maestras y maestros de educación básica contribuyen a la formación inicial de profesionales con pensamiento crítico, científico y creativo para una sociedad compleja y cambiante, donde las instituciones formadoras tienen un papel clave.

Finalmente, consideró que la formación inicial de docentes de secundaria debe continuar con el compromiso de forjar una profesionalidad que les permita analizar, comprender y cuestionar cualquier propuesta educativa, dejando de lado la perspectiva que los asume como ejecutores del currículo.

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