La educación no debe ser campo de batallas ideológicas, advierte el SNTE

Para el presidente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Juan Díaz de la Torre, la influencia que ejercen intereses ...
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snte jdt-_optPara el presidente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Juan Díaz de la Torre, la influencia que ejercen intereses políticos, económicos y comerciales es uno de los problemas que impiden el éxito de las reformas educativas que se llevan a cabo en todo el mundo.

Durante su participación en la inauguración del “Foro de consulta sobre el modelo educativo y la propuesta curricular para la educación obligatoria”, el líder de los maestros mexicanos dijo que esos intereses desconocen el funcionamiento del sistema educativo y de las escuelas, así como las formas de aprendizaje de los alumnos o los esfuerzos que hacen los docentes para mejorar sus prácticas de enseñanza.

Y advirtió: “la educación no debe ser un campo de batallas ideológicas, ni disputas políticas y menos partidistas. Estamos en una situación extraordinaria, quizás frente a la última oportunidad para hacer acopio de nuestros talentos, nuestras experiencias y nuestros recursos para cambiar la situación actual”.

Ante el titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Aurelio Nuño Mayer, Díaz de la Torre aseguró que el SNTE reconoce en su justa dimensión las debilidades del sistema educativo mexicano.

Pero puntualizó que no comparte la visión y las posiciones de quienes todos los días se la pasan obsesionados con el pasado y se lamentan del presente.

En ese sentido expresó que con ello difícilmente se podrá imaginar y construir un futuro más prometedor.

Por último manifestó su apoyo a la reforma educativa y señaló que ésta, «debe contribuir verdaderamente a dignificar las condiciones materiales de las escuelas y empoderarlas. Asimismo, tiene el desafío de resarcir al maestro su papel central en el desarrollo educativo, apoyarlo pedagógicamente, reconocer su labor con un salario e incentivos decorosos, y recuperar el prestigio y reconocimiento social de la función docente”.