Alfonso Cepeda Salas, actual secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), viola el Estatuto del propio sindicato al desempeñar simultáneamente un cargo de dirigencia sindical y una curul en el Senado de la República, señalaron expertos en temas educativos.
De acuerdo con el artículo 41 del Estatuto del SNTE, los dirigentes sindicales no pueden ocupar cargos de elección popular, a excepción de quien ostente la Presidencia del sindicato, cargo que Cepeda Salas no ocupa.
“El Estatuto es claro: los secretarios generales no pueden ser diputados o senadores. Esta situación representa una clara irregularidad estatutaria que no debe normalizarse“, advirtió Erick Juárez Pineda, periodista especializado en educación.
A ello se suma el hecho de que el periodo de gestión de Cepeda Salas al frente del SNTE concluyó en febrero de 2024, sin que se haya convocado a elecciones para renovar la dirigencia nacional. Juárez Pineda señaló que el proceso de elección debe realizarse conforme a la legislación laboral vigente, es decir, mediante voto universal, libre, directo y secreto por parte de la base magisterial.
A este señalamiento se sumó el investigador Abelardo Carro Nava, quien recientemente publicó un texto en el que denuncia el papel históricamente subordinado del SNTE frente a los gobiernos en turno y califica al actual liderazgo como “charro” y “entreguista“.
“El entreguismo del SNTE a través del liderazgo de su charro mayor es descarado. Es obvio, gozar de las mieles del poder por entregar en bandeja de plata la dignidad del magisterio ha dejado buenos dividendos, pero tal goce no es para todos, solo para unos cuantos“, sostuvo Carro Nava.
El académico cuestionó además la falta de acciones del sindicato ante políticas que han afectado gravemente al magisterio, como la reforma al ISSSTE en 2007, la reforma educativa de 2013 y la actual Ley General del Sistema para la Carrera de las Maestras y Maestros (LGSCAMM).
“Hoy las cosas no han cambiado. ¿Cuándo se ha pronunciado el SNTE para exigir el cumplimiento del compromiso presidencial de una jubilación digna a los 28 años de servicio para las mujeres y 30 para los hombres? Nunca“, añadió.
Ambos especialistas coinciden en que el SNTE debe retomar el rumbo democrático, garantizar elecciones legítimas y replantear su relación con el poder político para recuperar la confianza de sus agremiados.