Cada 8 de marzo que se conmemora -que no celebración o festejo-, el día internacional de la mujer trae consigo un cúmulo de discursos, iluminación de edificios, cuentas alegres y muchos otros elementos que acompañan significativos avances que se pueden visualizar en los diferentes informes de las instituciones de los tres niveles de gobierno.
A pesar de los avances que podemos delinear aunque sea levemente, siempre palidecen ante el gran problema que aqueja a la mujer en el día a día, es importante recuperar aquello que nos permite entender desde diferentes puntos de vista no solo aquello que se ha logrado, sino preferentemente, aquello que nos falta para poder tomarlo como reto y entender que este es un camino que nos pertenece a todas y a todos, una referencia obligada desde cualquiera de los niveles de gobierno, clases sociales, profesiones, colores partidistas o edades de manera indistinta.
La cuestión va desde alertar y eliminar acciones que preceden a la violencia de género como son las bromas hirientes, entender que es en la construcción del tejido social desde donde se perfila en las nuevas generaciones, la semilla de lo que luego va creciendo y germinando hasta situaciones tan graves como lo es el feminicidio.
Un elemento que vale tener en consideración son los datos que nos ofrece la numeralia del ciberacoso en México de la Unidad de inteligencia competitiva, cuyas cifras nos dicen que 23 de cada 100 mujeres sufren de este tipo de violencia, y la incidencia se amplía conforme disminuye la edad, de tal manera que una de cada tres mujeres entre los 12 y 19 años ha sufrido ciberacoso.
Para el caso particular de nuestra entidad, tenemos motivos igualmente serios para preocuparnos, pues de acuerdo con datos de la Fiscalía General del Estado, existe una alerta porque las cifras por el delito de violación se incrementaron desde hace tres años, en donde la estadística ha crecido en más de un 22.5%, en donde se alerta, además, que debido a la falta de denuncias, este problema podría ser mucho mayor. Otro aspecto igualmente importante es la información que nos ofrece la plataforma de transparencia de la Secretaría de Salud en Chihuahua, que nos dice que, entre 2019 y 2022 crecieron en un 100% las lesiones por violencia familiar entre otras en el Estado.
Y así podemos seguir relatando evidencias del largo trayecto que nos falta para entender que estamos obligados a generar un mayor equilibrio social, una mayor protección a la mujer, dentro y fuera del hogar, en los trayectos, trasporte y avenidas, lo cual, invariablemente nos traerá grandes beneficios a la hora de crecer como comunidad.
No nos quedemos en las buenas intenciones, hagamos fuerza con la educación para fortalecer el tejido social en torno al tema de género un llamado emergente para que desde el hogar hagamos un frente común para detener este problema que sin duda podremos enfrentar si lo hacemos juntos como sociedad.
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