Los servicios de educación especial como apoyo a la educación inclusiva

La educación inclusiva no es un lugar, sino un enfoque; es decir, una manera de conceptualizar a las y los alumnos y a las prácticas educativas, ...
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La educación inclusiva implica el derecho de la totalidad de niñas, niños, adolescentes y jóvenes a recibir una educación que tome en cuenta sus características, capacidades, intereses y necesidades como únicos, por lo que deben considerarse un punto de partida para crear las condiciones necesarias en las escuelas, de manera que todo el alumnado pueda aprender. Ello implica tener un sistema educativo capaz de recibir y enseñar a todas las personas, particularmente a la población que corre el riesgo de exponerse a la marginación, la exclusión, la discriminación o el bajo rendimiento, como pueden ser estudiantes con discapacidad, en situación de pobreza extrema y migrantes, entre otros.1

Dentro del Sistema Educativo Nacional (SEN), uno de los apoyos que se brinda específicamente para favorecer la inclusión en las escuelas de estudiantes con discapacidad, aptitudes sobresalientes y otras condiciones, son los servicios de educación especial.2 Éstos aportan recursos especializados ‒por ejemplo, apoyos y ajustes razonables en comunicación, infraestructura, equipamiento y elementos del currículo‒ con el fin de promover la participación y el aprendizaje de las y los educandos, así como la eliminación o minimización de las barreras que puedan enfrentar en los diferentes contextos donde se desenvuelven. De igual manera, brindan orientaciones a madres, padres y tutores, así como a docentes.

Los servicios de educación especial buscan hacer valer el derecho a la educación de estudiantes con discapacidad, aptitudes sobresalientes y otras condiciones, de manera que puedan acceder, participar, aprender y permanecer en la escuela, para garantizar la igualdad de oportunidades, el respeto a la diversidad y la mejora de la calidad de vida. La Unidad de Apoyo a la Educación Regular (USAER), a partir del trabajo conjunto con las escuelas comunes, promueve su fortalecimiento con el fin de dar una respuesta educativa pertinente a la diversidad en general y a la discapacidad en particular. Por otra parte, los Centros de Atención Múltiple (CAM) representan espacios educativos temporales o permanentes para que los alumnos con discapacidad logren los fines educativos, implementando estrategias diversificadas y ajustes razonables que promuevan su autonomía, calidad de vida, así como su participación en diferentes contextos. En este número de Educación en Movimiento, la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu) propone a lectoras y lectores reflexionar sobre la importancia de los servicios de educación especial como promotores de la inclusión, pues es difícil hablar de equidad educativa si no se cuenta con profesionales especializados y formados que apoyen a las escuelas en la atención de las necesidades específicas del alumnado que presenta discapacidad, aptitudes sobresalientes y otras condiciones en cualquier espacio educativo. La educación inclusiva no es un lugar, sino un enfoque; es decir, una manera de conceptualizar a las y los alumnos y a las prácticas educativas, siempre con la visión de no dejar a nadie atrás.

1 Basado en <https://www.unesco.org/es/education/inclusion/need-know>.

2 Secretaría de Educación Pública (2018). Estrategia de equidad e inclusión en la educación básica: para alumnos con discapacidad, aptitudes sobresalientes y dificultades severas de aprendizaje, conducta o comunicación.


Editorial publicado en el boletín ‘Educación en Movimiento’ núm. 9 (tercera época) de Mejoredu.