De acuerdo con el Decreto de creación de la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (SEP, 1959), el artículo 3º constitucional mandata a la federación, estados y municipios proporcionar a las y los mexicanos educación obligatoria y gratuita. Tal gratuidad sólo podía considerarse plena si la totalidad de estudiantes de las escuelas primarias recibían sin costo los libros indispensables para sus estudios y tareas. Sobre esta base, el 12 de febrero de 1959 el presidente Adolfo López Mateos creó la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (Conaliteg) para que se encargara de fijar, con apego a la metodología y a los programas respectivos, las características de los libros de texto gratuitos (LTG) destinados a la educación primaria.1
Gratuitos, únicos y obligatorios es la tríada que caracteriza desde su nacimiento hasta hoy a los LTG, e implica la responsabilidad gubernamental sobre la orientación pedagógica y la perspectiva política en torno a la educación básica a escala nacional. Se trata de una política social y educativa que involucra a autoridades, docentes, familias y población en general, y que desde su origen tiene un profundo significado. Éste – que aún permanece– puede percibirse en el informe rendido por Martín Luis Guzmán –primer responsable de la Conaliteg– a raíz de la edición primigenia de estos textos, donde se refería a ellos como…
Los libros más humildes, pero a la vez los más simbólicos que una nación adulta podía ofrecer gratuitamente a sus hijos. Son los más humildes porque sólo responden al propósito, elementalísimo, de que los niños aprendan los rudimentos de la lectura. […] Son los más simbólicos, por- que con ellos se declara que, en un país amante de las libertades, como es México, el repartir uniforme e igualitariamente los medios y el hábito de leer es algo que nace de la libertad misma (Torres, 1972: 247-248).
La filiación con el Estado y su orientación política y social, además de su perspectiva educativa, han sido la causa de la oposición de algunos sectores a los LTG. Desde su creación como una política de Estado, grupos conservadores se han opuesto a la unificación de contenidos y al monopolio de su producción y distribución. Los argumentos: autoritarismo, derroche innecesario de recursos e incluso considerarlos un acto de “barbarie comunista” (Ixba, 2013). Un análisis interesante sobre el tema lo hace Lorenza Villa Lever, quien examina las causas de los conflictos recurrentes sobre estos materiales, que marcan derroteros acerca de la selección y orientación de los conocimientos. Los contenidos que en general sus detractores consideran inapropiados refieren a interpretaciones de hechos históricos, educación y diversidad sexual, y valores sociales, entre otros, con el argumento de que su abordaje corresponde a la familia o que influye políticamente en las mentes de las y los estudiantes (Villa, 1988 y 2009).
Con la reforma constitucional de 2019 el Estado mantiene la rectoría de la educación y la determinación de los planes y programas de estudio, poniendo en el centro de su acción el derecho de niñas, niños, adolescentes y jóvenes a recibir una educación de excelencia con justicia social. Ello supone colocar en el eje de las preocupaciones educativas a las poblaciones más desfavorecidas y permanentemente olvidadas. Conlleva un cambio de paradigma educativo que pasa del individualismo a la colectividad, y deja de lado la noción de “calidad” como algo medible a través de conocimientos estandarizados, perfilándose como una política orientada a dignificar la escuela pública mediante una educación integral y humanista; se trata de una propuesta pedagógica viable y congruente con los postulados constitucionales y los planteamientos establecidos en la Ley General de Educación (SEP, 2019).
Desde esta perspectiva, el entorno comunitario y social es un espacio de retroalimentación de conocimientos en el que se reconoce a los sujetos como partícipes en la construcción de un proyecto colectivo. La integración curricular, la autonomía profesional del magisterio, la comunidad como núcleo integrador de los procesos de enseñanza y aprendizaje, y el derecho humano a la educación son orientaciones pedagógicas, pero a la vez ejes de la política educativa de un gobierno transformador (SEP, 2022a).
En este contexto, los libros de texto gratuitos, esos que Martín Luis Guzmán describía como “los más humildes y los más simbólicos”, son ahora el centro de los ataques de diversos grupos porque siguen manteniendo la esencia que señalaba el historiador: “Son los más simbólicos porque [impulsan] un país amante de las libertades”. Tal vez por ello, vemos que, en cascada, se han concedido amparos para que no lleguen estos materiales a las escuelas y que, en editoriales, manifiestos, comunicados varios, son atacados por asociaciones civiles de derecha, fantasmales asociaciones de padres de familia y por intelectuales que consideran una afrenta el hecho de no haber sido convocados a su elaboración.
La voz de las y los maestros, en cambio, se ha escuchado poco o se ha acallado mucho; pudimos oírla a través de quienes participaron en la elaboración y proyectos de los LTG, en las conferencias de prensa destinadas a explicar la orientación de estos materiales; en las protestas sociales –como las de Chihuahua y Coahuila– que defienden el derecho a la educación del estudiantado. También hemos escuchado a grupos de docentes innovadores, que durante muchos años han impulsado otra pedagogía, incursionando en el trabajo por proyectos, fomentando escuelas comunitarias y proyectos pedagógicos diversos; en fin, disponiéndose a aportar su experiencia y conocimiento educativo porque saben que el LTG es un material de apoyo que se pondrá a prueba en las aulas; son maestras y maestros con experiencia y saberes que compren- den la importancia de contar con estos materiales para su trabajo, de conocerlos y ajustarlos conforme a sus contextos.
En la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación compartimos esta idea, y el 21 de agosto de 2023 publicamos nuestra posición:
Mejoredu se manifiesta a favor de la puesta en marcha del Plan y Programas de Estudio 2022, y de la distribución de los Libros de Texto Gratuitos porque contribuyen a garantizar el derecho a una buena educación con justicia social de niños, niñas, adolescentes y jóvenes, y apelan a la construcción de una perspectiva distinta del saber escolar que reconoce que la ciencia, los saberes locales, la vida social y comunitaria, la lengua y otros elementos pueden abordarse de manera integral en las aulas a partir del profesionalismo de las y los docentes (Mejoredu, 2023: 3).
Reconocemos la valía que tienen los LTG para la educación pública, para garantizar el derecho a la educación y contribuir a la formación de las y los estudiantes. De ahí la importancia de valorar sus alcances no sólo en cuanto textos, sino considerando su carácter práctico en la realización cotidiana del proceso educativo, en el marco de un proyecto transformador.
1 A finales de los años noventa esta condición se extendió a la educación secundaria, aunque con particularidades vinculadas a la participación de editoriales privadas en su elaboración y producción, cuestión que merece un análisis específico que puede arrojar muchas luces sobre las razones de la férrea oposición de estas empresas a los LTG elaborados en el sexenio 2018-2024.
Referencias
-Ixba, E. (2013). La creación del libro de texto gratuito en México (1959) y su impacto en la industria editorial de su tiempo. Autores y editoriales de ascendencia española. Revista Mexicana de Investigación Educativa, 18(59): 1189-1211.
-Mejoredu (2023, 21 de agosto). Manifiesto a favor de la puesta en marcha del nuevo Plan y Programas de Estudio 2022, y de la distribución de los Libros de Texto Gratuitos. <https://www.mejoredu.gob.mx/images/publicaciones/manifiesto_Mejoredu.pdf>.
-SEP. Secretaría de Educación Pública (1959, 13 de febrero). Decreto de creación de la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos como organismo público descentralizado. Diario Oficial de la Federación.
-Secretaría de Educación Pública (2019, 30 de septiembre). Ley General de Educación. Diario Oficial de la Federación.
-Secretaría de Educación Pública (2022a, 19 de agosto). Acuerdo número 14/08/22 por el que se establece el Plan de Estudio para la educación preescolar, primaria y secundaria. Diario Oficial de la Federación https://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5661845&fecha=19/08/2022#gsc.tab=0
-Secretaría de Educación Pública (2022b, 19 de agosto). Anexo del Acuerdo 14/08/22. Plan de Estudio para la educación preescolar, primaria y secundaria. Diario Oficial de la Federación. https://educacionbasica.sep.gob.mx/wp-content/uploads/2023/07/Plan_de_Estudios_para_la_Educacion_Preescolar_Primaria_y_Secundaria.pdf.
-Torres, J. (1972). La tierra prometida. Editorial Porrúa. Villa, L. (1988). Los Libros de texto gratuitos. La disputa por la educación en México. Universidad de Guadalajara.
-Villa, L. (2009). Cincuenta años de la Comisión Nacional de los Libros de Texto Gratuitos: cambios y permanencias en la educación mexicana. Comisión Nacional de los Libros de Texto Gratuitos.
—
Editorial publicado en el Boletín mensual de la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación. Año 2, núm. 21 / septiembre de 2023