“La transposición didáctica implica una traducción del conocimiento especializado a un saber que puede ser apropiado por los estudiantes, transformando el contenido sin desvirtuarlo.” Gerard Sensevy
En los centros educativos, se implementan una diversidad de estrategias y metodologías con el objetivo de favorecer el aprendizaje de las niñas, niños y adolescentes. Estas acciones no son simples ni improvisadas, sino el resultado de un profundo conocimiento, estudios y experiencia acumulados por el personal docente. Cada día, se enfrentan al desafío de tomar el saber experto, o lo que se conoce como saber sabio, y transformarlo en un contenido accesible y relevante para sus estudiantes, proceso que en el ámbito de la pedagogía se denomina transposición didáctica. Este concepto, acuñado por el pedagogo Yves Chevallard, describe cómo el conocimiento científico es adaptado y modificado para ser enseñado en el contexto escolar, de manera que pueda ser comprendido y asimilado por los estudiantes.
Este proceso no se limita a una simple transmisión de conocimientos, sino que exige una adaptación cuidadosa y reflexiva, basada en un amplio conjunto de herramientas pedagógicas que los docentes han adquirido a lo largo de sus carreras. Aquí radica la importancia de los estudios, formación y experiencia del profesorado, ya que les permite dominar tanto el contenido como las metodologías que deben emplear para enseñar de manera efectiva. La transposición didáctica implica no solo simplificar el saber experto, sino también contextualizarlo, reorganizarlo y, en ocasiones, hacerlo más accesible, todo ello sin perder la esencia del conocimiento original.
Claude Brousseau, otro teórico relevante en este ámbito, señala que la enseñanza no es una mera transferencia mecánica de información, sino que involucra la interacción dinámica entre el conocimiento, el docente y el estudiante. Es aquí donde se pone de manifiesto la capacidad del docente para hacer uso de variadas técnicas pedagógicas, dependiendo del contexto y las necesidades del grupo, aplicando principios de la didáctica que permiten que el saber sea comprendido de manera significativa por los estudiantes.
En este sentido, los docentes no solo transmiten información, sino que seleccionan, reorganizan y traducen el saber científico para que sea adecuado a las etapas cognitivas y emocionales de sus alumnos. Esto requiere de una sólida formación en teorías del aprendizaje, estrategias didácticas y un conocimiento profundo del currículo, lo cual les permite tomar decisiones pedagógicas precisas y pertinentes en cada momento del proceso educativo.
Por tanto, es fundamental reconocer que el aprendizaje no ocurre de manera fortuita ni espontánea. Detrás de cada lección, actividad o interacción en el aula, existe una planificación meticulosa que busca garantizar que el contenido académico sea no solo comprensible, sino también aplicable y relevante para los estudiantes.
El trabajo de las y los docentes consiste en manejar de manera adecuada y contextualizada, una serie de herramientas pedagógicas y didácticas que les permiten facilitar este proceso, contribuyendo así al desarrollo integral de sus alumnos.
En conclusión, la transposición didáctica subraya la complejidad del proceso de enseñanza, en el cual los docentes actúan como mediadores entre el conocimiento experto y el saber escolar, ajustando los contenidos para que sean significativos para sus estudiantes. La sociedad debe valorar y reconocer el trabajo docente, no solo como transmisores de conocimiento, sino como profesionales altamente capacitados que juegan un rol esencial en la formación de las generaciones futuras. Porque la educación, es el camino…