El primer encuentro oficial entre la Secretaría de Educación Pública (SEP) y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) se llevó a cabo con motivo del Día Mundial de las y los Docentes. Durante este evento, se evidenciaron diferencias significativas en los discursos de los líderes de ambas organizaciones. Alfonso Cepeda Salas (ACS), Secretario General del SNTE, centró su mensaje en cuestiones laborales, profesionales y políticas, tanto públicas como sindicales. Por otro lado, Mario Carrillo Delgado, Secretario de Educación Pública, puso énfasis en el aspecto educativo. Las prioridades de ambos son, hasta cierto punto, distantes y distintas.
Prioridades del SNTE
Alfonso Cepeda Salas expuso su visión sobre el «segundo piso» de la Cuarta Transformación, resumiéndola en nueve puntos clave:
1. Que el programa de basificación sea permanente.
2. Despegue salarial entre el personal de apoyo a la educación y los maestros.
3. Fortalecimiento del programa «La Escuela es Nuestra».
4. Reactivación del Programa de Escuelas de Tiempo Completo.
5. Reforma a la Ley del ISSSTE de 2007 e incremento del número de UMAS como tope salarial en las jubilaciones.
6. Incremento al porcentaje de ahorro en las cuentas individuales.
7. Revisión de la Ley General del Sistema de Carrera para las Maestras y los Maestros.
8. Más recursos para la promoción horizontal.
9. Mayor presupuesto para educación.
Cepeda Salas también intentó alinear los objetivos del SNTE con el plan de gobierno de Claudia Sheinbaum Pardo, Presidenta de México, comprometiéndose a:
– Garantizar el derecho a la educación del pueblo de México.
– Mantener estabilidad y gobernabilidad en el ámbito educativo.
– Defender los derechos de los trabajadores de la educación.
– Respaldar la política social del Estado y los programas del gobierno de la República.
Enfoque de la SEP
Por su parte, Mario Carrillo Delgado destacó la participación de Alfonso Cepeda Salas en las reformas legislativas recientes y subrayó la alta prioridad que la Presidenta de México otorga a la educación. Recordó que la reforma constitucional impulsada por el Presidente Andrés Manuel López Obrador corrigió los agravios de la anterior reforma educativa en contra del magisterio. Ejemplificó: echar abajo las evaluaciones punitivas; la basificación de casi un millón de maestras y maestros; entrarle en serio al tema salarial; atreverse a hacer una reforma educativa, en los contenidos, en el modelo educativo.
Propuso al SNTE equilibrar su agenda, sugiriendo que, además de los asuntos laborales, se enfoquen en el aprendizaje de las niñas y los niños. Enfatizó la importancia de adoptar el modelo de la Nueva Escuela Mexicana y sugirió convertir los Consejos Técnicos en comunidades de aprendizaje para intercambiar experiencias, mejorar los aprendizajes y las metodologías de enseñanza. De esta manera, las maestras y los maestros tendrán más tiempo para este tipo de ejercicios de mejora y servirá de diálogo entre ellos, y no será un mandato de la autoridad que les imponga más trabajo burocrático.
Y, para finalizar, dejó una tarea más: ¿A quién le toca hacer la revolución de las conciencias? ¿La formación de ciudadanos informados, participativos, críticos, libres? A ustedes, maestros.
Conclusión
En resumen, mientras Alfonso Cepeda Salas exigió mejores condiciones laborales, Mario Carrillo Delgado pidió enfocarse en los resultados educativos. Detrás de estos discursos, hay mucho por analizar. Aunque algunos se centraron en la conformación del USICAMM como un mecanismo transparente y justo, también es crucial abordar el rezago educativo y mejorar el aprendizaje de los estudiantes. La pregunta sigue siendo: ¿con cuál de estas tareas comenzar?